¿Qué pasaría en un escenario donde las comunicaciones se vean interrumpidas (más en una era permeada por el internet)? Ese interrogante surge cuando se habla de fenómenos como las tormentas solares. Al abordar los posibles efectos, algunos incluso refieren a una magnitud ‘desproporcionada’ que va más allá de interferencias.
National Geographic las describe como un evento en el cual el Sol arroja un alto contenido de “partículas cargadas”, así como radiación electromagnética. Estas terminan teniendo un acercamiento tanto con la atmósfera superior de la Tierra como con el “campo magnético terrestre”, bajo el riesgo de dejar a su paso una variedad de consecuencias.
La revista mencionada hace hincapié en que la llegada de este tipo de fenómenos no es inusual y su impacto ha tenido efectos ‘moderados’. No obstante, tampoco se descarta que en un futuro las consecuencias sean devastadoras al punto de comprometer la continuidad de lo conocido en el también llamado Planeta Azul.
El tiempo para prepararse
Los científicos y sus avances tecnológicos han intentado, con el paso de los años, llegar a predicciones más precisas para que el mundo esté mejor preparado ante fenómenos que pongan en riesgo su supervivencia. Sin embargo, los avances no han llegado al nivel de determinar; por ejemplo, cuándo ocurrirá un terremoto o su magnitud exacta (aunque sí, las zonas de mayor exposición).
Un panorama similar ocurre con las tormentas solares, aunque un estudio de la NASA está allanando el camino para acercamientos más ‘precisos’. Es así como la agencia espacial anunció el sistema Deep Learning Geomagnetic Perturbation (Perturbación geomagnética de aprendizaje profundo o simplemente DAGGER), apoyado en la Inteligencia Artificial (IA).
Con este modelo tecnológico, se estaría en la capacidad de predecir una tormenta solar con hasta 30 minutos de antelación. El punto a no dejar de lado es si el mundo podría tomar sus precauciones una vez el reloj empiece la cuenta regresiva.
Según explica la NASA, en su sitio oficial, este sistema detonaría una sirena (como ocurre en el caso de tornados en Estados Unidos) para alertar sobre la llegada de otro evento potencialmente peligroso. En el asunto en cuestión, el modelo computarizado reúne datos satelitales de ese organismo espacial con la inteligencia artificial para conocer dónde será el impacto (todo en un lapso no menor a media hora).
Efectos de una tormenta solar
Las consecuencias varían desde interrupciones en las redes eléctricas hasta apagones continuos y fallas generalizadas en las comunicaciones globales. En una sociedad como la de hoy, día los efectos serían mayores, dado el vínculo entre; por ejemplo, las finanzas y los sectores tecnológicos.
“Tal caos (...) podría paralizar las economías y poner en peligro la seguridad y el sustento de las personas en todo el mundo”, advierte la NASA.
En su página oficial, ese organismo eleva su alerta al mencionar que “el riesgo de tormentas geomagnéticas y efectos devastadores en nuestra sociedad está aumentando actualmente a medida que nos acercamos al próximo ‘máximo solar’ (...) que se espera que llegue en algún momento de 2025″.
Con base en el sistema DAGGER, se busca poder reconocer el vínculo entre el viento solar y las “perturbaciones” que tienen un impacto directo en las comunicaciones. Para ello se prevé que las computadoras logren usar patrones fundados en ejemplos del pasado.
Como medidas de precaución, National Geographic resalta: abastecerse de comida no perecedera (además de medicamentos y agua), garantizar que los vehículos tengan suficiente combustible, no dejar todo en los bancos, sino disponer de dinero en efectivo y potenciar destrezas elementales de supervivencia.