Al menos 40 migrantes, entre ellos, un bebé de pocos meses, murieron a raíz del naufragio de su embarcación frente a la costa italiana, no lejos de la ciudad de Crotone, en Calabria (sur), pocos días después de aprobarse una controvertida normativa de salvamento de migrantes en el mar.
“Decenas y decenas de muertos ahogados, incluidos niños, muchos desaparecidos. Calabria está en duelo por esta terrible tragedia”, lamentó en un comunicado Roberto Occhiuto, presidente de la región calabresa.
Los bomberos italianos confirmaron en Twitter que recuperaron 28 cuerpos y que otros tres fueron arrastrados lejos por las corrientes desde la embarcación, en la que viajaban “más de 200 personas”, indicaron estos a la AFP.
Medio centenar de personas habrían sido rescatadas, según la misma fuente.
La agencia AGI, por su parte, afirmó citando a un responsable de la Cruz Roja italiana “presente en el lugar del naufragio” que “los cuerpos recuperados hasta ahora son 40″.
La embarcación de migrantes, con exceso de peso, se partió en dos al chocar con una gran ola, según esta agencia. Entre las víctimas figuran “un recién nacido de algunos meses”, dijo AGI citando a un bombero que participa en las tareas de rescate.
Consultados por la AFP, los guardacostas italianos no respondieron de manera inmediata.
Este nuevo naufragio tiene lugar apenas días después de la adopción en el Parlamento italiano de unas controvertidas nuevas reglas sobre el rescate de migrantes impulsadas por el gobierno dominado por la extrema derecha.
”Inmigración clandestina”
La jefa de gobierno Giorgia Meloni, líder del partido Hermanos de Italia (FDI, extrema derecha), llegó al poder en octubre en una coalición tras haber prometido que reduciría la inmigración llegada a Italia.
La nueva ley obliga a los barcos humanitarios a efectuar un solo rescate por salida al mar, lo que según los críticos aumenta el riesgo de muertes en el Mediterráneo central, considerado como la travesía más peligrosa del mundo para los migrantes.
Para el ministro italiano de Interior, Matteo Piantedosi, esta “tragedia (...) demuestra cómo es absolutamente necesario luchar firmemente contra las redes de inmigración clandestina”.
La situación geográfica de Italia la convierte en un destino de elección para los demandantes de asilo que pasan del norte de África a Europa.
Roma se queja desde hace años del número de llegadas a su territorio. Según el ministerio de Interior, cerca de 14.000 migrantes han llegado a Italia desde principios de año, frente a los 5.200 del mismo periodo el año pasado y 4.200 de 2021.
Aunque las oenegés tan solo rescatan a un pequeño porcentaje de ellos -la mayoría son interceptados por la guardia costera o por embarcaciones de la armada-, el gobierno las acusa de estimular las llegadas y de alentar a los traficantes con su labor.
“Las personas en el mar deben ser salvadas sea cual sea el coste, sin penalizar a quienes las ayudan”, reaccionó el domingo en Twitter Carlo Calenda, exministro y líder del partido centrista Azione.
Gran despliegue para vigilar los barcos de migrantes en el canal de la Mancha
Más de un año después del mortífero naufragio de un barco de migrantes en el canal de la Mancha, el dispositivo francés e internacional se ha reforzado para evitar que se repita esta tragedia.
En una noche glacial de febrero, el “BSAM Rhône”, un navío de guerra francés de 70 metros de eslora, ha seguido durante horas a una pequeña embarcación hinchable con decenas de pasajeros a bordo que intenta abrirse camino entre los cargueros y los ferris frente a las costas de Calais (norte de Francia) en dirección a Inglaterra.
El canal de la Mancha es una de las zonas marítimas más frecuentadas del mundo.
“Nuestro trabajo es garantizar que la embarcación no choque”, explica Gaspard, el oficial de guardia, con los ojos clavados en el radar para comprobar que su navío permanece a al menos un kilómetro de distancia de la pequeña embarcación.
En el cielo, un avión de Frontex, la agencia europea de vigilancia de las fronteras, vuela en círculos. En el mar, un navío militar belga está en alerta.
Poco después de medianoche, tras un peligroso periplo de cinco horas, la embarcación de migrantes entra en aguas británicas.
Uno de los pasajeros, siguiendo las instrucciones de los traficantes de personas, llama a los servicios de emergencia.
El navío “Volunteer” de la guardia fronteriza británica se posiciona para ir a recuperar la embarcación.
“Cuando están en aguas inglesas, han conseguido su objetivo. Si tienen que ser evacuados cuando están aguas francesas, los traemos a Francia”, explica el capitán Enoal Gabriel.
*Con información de AFP