Afganistán, país que vive bajo el régimen talibán y ha padecido el flagelo de la guerra durante varios años, reporta una tragedia.
El director de Información y Cultura de la provincia de Nuristán confirmó hace unas horas la muerte de dos pequeños que se encontraban jugando con artefactos explosivos.
“Debido a la detonación de un explosivo de guerra, dos niños murieron y otro resultó herido, la explosión ocurrió en un momento donde varios niños jugaban con el artefacto”, dijo el funcionario de la provincia afgana.
En total eran diez los niños que jugaban con el peligroso juguete, pero solo tres resultaron afectados cuando este explotó.
El pasado 26 de marzo el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) también denunció la muerte de ocho niños en Afganistán por la explosión de munición abandonada en ese país y alzó una voz de alarma sobre una crisis que el año pasado dejó unos 700 niños muertos o mutilados en el país centroasiático.
“Los niños perdieron sus vidas cuando estaban jugando con esta munición o mientras estaban recogiendo chatarra”, lamentó en su momento la agencia de Naciones Unidas en un comunicado publicado en su cuenta de Twitter. “Unicef ofrece sus condolencias de todo corazón a las familias y amigos de los niños”, añade.
La agencia recordó que cada día en el 2022 al menos dos niños murieron o resultaron heridos cada por la munición que ha quedado sin estallar tras décadas de guerra, bien sean cohetes o minas antipersona.
“UNICEF está aumentando los esfuerzos de educación sobre el riesgo de las minas para educar a los niños, los cuidadores y las comunidades. También estamos brindando apoyo psicosocial a las familias/niños afectados”, añade el fondo, que pide un “esfuerzo común para completar las tareas de desminado, la educación sobre el riesgo de las minas y la asistencia a las víctimas para los afectados”.
Más niños víctimas de la guerra en Afganistán
Un guardia de seguridad y otras ocho personas, entre ellas cinco periodistas y tres niños, resultaron heridas como consecuencia de un atentado con bomba contra un centro cultural chií de la provincia afgana de Balj, en el norte del país, escenario de varios ataques, como el que acabó costando la vida a su gobernador.
El portavoz del Ministerio talibán del Interior, Abdul Nafay Takoor, explicó que la detonación ocurrió en el centro cultural Tabayan de la capital provincial, Mazar e Sharif, escenario de un acto para agradecer a la prensa su labor en la provincia, según rueda de prensa recogida por Tolo News.
Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad del atentado, pero todas las miradas están puestas en la filial afgana de la organización yihadista Estado Islámico, que tiene a la minoría chií y hazara del país en su punto de mira desde hace años y especialmente aprovechando los vacíos de seguridad abiertos con la reconquista talibana del país.
Cabe recordar que un atentado de Estado Islámico en 2017 contra una sucursal de Tabayan, una organización que cuenta con el respaldo de Irán, en la capital, Kabul, que acabó dejando en torno a medio centenar de fallecidos.
Estado Islámico reivindicó el ataque suicida contra el gobernador de la provincia de Balj, Daud Muzmal, que falleció ha causa de una explosión registrada durante una reunión en su oficina provincial.
Con información de Europa Press