“Hubo aficionados que murieron en brazos de jugadores”, contó este domingo -2 de octubre- a la radio española Cadena Ser el entrenador chileno del club indonesio Arema, Javier Roca, al relatar cómo vivió en el estadio de Malang la avalancha que provocó al menos 125 muertos.
“Tras el partido me fui al vestuario y algunos jugadores se quedaron en el campo. Al volver de la rueda de prensa me encontré con la tragedia y con el caso dentro del estadio. Los muchachos pasaban con víctimas en brazos”, explicó Javier Roca, técnico del equipo local en el partido de la tragedia.
“Lo más terrible fue cuando entraban víctimas a ser atendidas por el médico del equipo. Entraron unas veinte personas y fallecieron cuatro. Hubo aficionados que murieron en brazos de jugadores”, añadió.
Los incidentes comenzaron cuando aficionados del Arema saltaron al césped del estadio de Kanjuruhan, en Malang, después de la derrota de su equipo por 3-2 contra el Persebaya Surabaya.
La policía trató de dispersar a los aficionados y devolverles a la grada mediante el uso de gases lacrimógenos tras la muerte de dos agentes, lo que provocó avalanchas y movimientos incontrolados.
“Estoy destrozado mentalmente. Siento una carga muy fuerte, incluso responsabilidad. Los resultados mandan y determinan lo que pasa al acabar. Si hubiésemos empatado, esto no hubiese pasado”, dijo.
“Quedó demostrado que el estadio no estaba preparado, no esperaban un caos de tal magnitud. Fue una avalancha. Nunca había pasado nada así en el estadio, y se vio colapsado por la cantidad de gente que quería huir. Creo que la policía se extralimitó, aunque no estaba en el campo y no viví el desenlace. Viendo las imágenes, quizás podrían haber usado otras técnicas”, añadió Roca en su entrevista a la Cadena Ser.
“No hay ningún resultado, en ningún partido, por muy importante que sea, que merezca la pena por una vida”, sentenció.
Críticas a la policía en Indonesia tras la estampida
Tras la estampida que dejó al menos 125 muertos en el estadio, muchas voces se alzaron este domingo para denunciar el uso de gases lacrimógenos por parte de la policía contra miles de aficionados que habían invadido el campo.
La policía intentó persuadir a los aficionados de regresar a las gradas y dispararon gas lacrimógeno después de la muerte de dos agentes.
Esto provocó que la muchedumbre se dirigiera rápidamente hacia las salidas, donde muchas personas quedaron atrapadas.
Numerosas víctimas murieron pisoteadas o asfixiadas.
Las autoridades revisaron a la baja de 174 a 125 el balance de muertos, explicando que algunos fallecidos habían sido contabilizados en varios hospitales.
“El balance es por el momento de 125 muertos. 124 cuerpos fueron identificados, falta por identificar uno. Algunos nombres fueron registrados dos veces porque algunas personas fueron referidas a otros hospitales y se inscribieron dos veces”, dijo a la cadena Metro TV el vicegobernador de la provincia de Java Oriental, Emil Dardak.
El presidente indonesio, Joko Widodo, ordenó el domingo revisar la seguridad en los estadios tras la tragedia.
En un mensaje por televisión, Widodo ordenó al ministro de Deporte y Juventud, la policía nacional y la asociación local de fútbol “realizar una evaluación a fondo de los partidos de fútbol y los procedimientos de seguridad”.
El director de un hospital dijo a una televisión local que entre las víctimas hay un niño de cinco años.
Imágenes captadas dentro del estadio durante la estampida mostraron gran cantidad de gas lacrimógeno y gente subiendo a las vallas.
Amnistía Internacional llamó a que se efectúe una investigación sobre por qué se utilizó gas lacrimógeno en un espacio cerrado.
“El gas lacrimógeno solo debe ser usado para dispersar multitudes cuando hay violencia generalizada o cuando otros métodos han fallado. Se debe advertir a la gente que el gas lacrimógeno va a ser utilizado para permitirle que se disperse”, indicó en un comunicado.
En Yakarta, unos 300 aficionados al fútbol, entre ellos varios “ultras”, se congregaron para una vigilia fúnebre delante del estadio Gelora Bung Karno, el más grande de Indonesia. Algunos gritaron “asesinos” y lanzaron fuegos artificiales como protesta.
*Con información de AFP.