La tragedia en Libia ha alcanzado proporciones devastadoras, dejando un rastro de destrucción y pérdida de vidas que estremece al mundo. Según los informes presentados por el Ministerio del Interior del gobierno oriental de Libia, se ha confirmado la muerte de al menos 5.300 personas, mientras que más de 10.000 continúan desaparecidas, sumiendo a las familias en una angustia insoportable.
Las inundaciones desencadenadas por eventos climáticos extremos han provocado que miles de personas se vean forzadas a abandonar sus hogares, con manzanas enteras convertidas en paisajes de desolación y ciudades enteras declaradas “zonas de desastre”.
Además de las terribles pérdidas humanas, se han detectado al menos dos fallas en las presas, lo que ha contribuido significativamente a la magnitud de la tragedia. La combinación de factores naturales y la infraestructura deficiente ha llevado a que cadáveres sean arrastrados hacia el mar, con escenas desgarradoras de cuerpos sin vida emergiendo en las costas.
La nación ubicada en el norte de África pide ayuda internacional urgente para contrarrestar lo que ya se considera la peor tragedia en su historia y así poder controlar las avalanchas. Por su parte, el papa Francisco ha elevado sus oraciones y solidaridad por las devastadoras consecuencias y expresó su profunda cercanía con los sobrevivientes y los valientes equipos de rescate que trabajan incansablemente en medio de la tragedia.
Imágenes de la tragedia
Las imágenes que circulan de la ciudad de Derna, de 100.000 habitantes, muestran varios edificios en las orillas de un río, que colapsan, y pequeñas casas que desaparecen entre las aguas crecidas después de que se rompieran dos represas.
Usama Ali, portavoz de los servicios de emergencia del gobierno de Trípoli, reconocido internacionalmente, y que dispone de un equipo en Derna, indicó que las inundaciones causaron “más de 5.300 muertos” y unos 7.000 heridos, y más de 10.000 personas están desaparecidas.
Según responsables del este de Libia, un país donde dos gobiernos se disputan el poder, las dos principales represas del río Wadi Derna se rompieron el domingo por la noche y provocaron riadas de lodo que destruyeron puentes y edificios a su paso, hasta desembocar en el Mediterráneo.
Entre los fallecidos hay tres voluntarios de la Media Luna Roja libia que ayudaban a personas afectadas por la catástrofe, indicó este martes la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR).
Paisaje apocalíptico
Los socorristas parecían sobrepasados por el alcance de la tragedia, según imágenes grabadas por vecinos de la región que circulan en las redes sociales.
“Las necesidades humanitarias superan por mucho las capacidades de la Media Luna Roja libia e incluso las capacidades del gobierno”, advirtió en Ginebra, Tamer Ramadan, de la FICR.
Carreteras cortadas, deslizamientos de tierra e inundaciones impedían que los servicios de emergencia llegaran a la población de las zonas afectadas, que tenía que recurrir a medios rudimentarios para recuperar los cadáveres y extraer a los supervivientes de entre el lodo.
Derna y otras ciudades están aisladas del resto del país pese a los esfuerzos de las autoridades para restablecer las redes de telefonía móvil e internet.
Desde el violento terremoto que sacudió la ciudad de Al Marj (este) en 1963, esta es la peor catástrofe natural que azota esta zona del país.
Entre las imágenes que circulan, algunas muestran decenas de cuerpos envueltos en mantas y sábanas, en la plaza principal de Derna, a la espera de ser identificados y ser inhumados en Martouba, un pequeño pueblo a unos 30 km al sureste.
Movilización humanitaria
Convoyes de ayuda desde el oeste del país fueron enviados hacia Derna. El gobierno de Trípoli, dirigido por Abdelhamid Dbeibah, anunció el envío de dos aviones medicalizados y un helicóptero, con 87 médicos, un equipo de socorristas y de investigación, así como técnicos para restablecer la corriente.
El este de Libia alberga los principales yacimientos y terminales petrolíferas. La Compañía Nacional de Petróleo (NOC) ha declarado el “estado de máxima alerta” y “suspendido los vuelos” entre los centros de producción, donde la actividad se ha reducido drásticamente.
Equipos de emergencia enviados por Turquía también llegaron a la zona siniestrada, según las autoridades.
El embajador de Estados Unidos en Libia, Richard Norland, anunció que la embajada había emitido una “declaración de necesidades humanitarias (que) autorizará la financiación inicial” de su país para suministrar ayuda a los equipos de emergencia, según un mensaje en X (ex-Twitter).
La Unión Europea (UE) también se dijo dispuesta a enviar ayuda, según afirmó también en X el jefe de la diplomacia del bloque, Josep Borrel.
Calificada por los expertos como un fenómeno “extremo en términos de cantidad de agua caída”, la tormenta Daniel afectó en los últimos días Grecia, Turquía y Bulgaria, con un saldo de 27 muertos.
*Con información de AFP.