Las autoridades mexicanas confirmaron este domingo 29 de octubre que son ya 48 los fallecidos por el paso del el huracán ‘Otis’ por el sur de México, de las cuales 43 corresponden a Acapulco y 5 a Coyuca de Benítez.
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, dijo que las autoridades mantenían la búsqueda de 36 personas, pero luego la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana ajustó la cifra a seis desaparecidos.
La Secretaría de Relaciones Exteriores reportó la localización de 263 extranjeros que ya fueron evacuados de Acapulco.
Además, hay cinco refugios temporales que acogen a 278 personas en Acapulco y siete refugios temporales con 1.342 personas acogidas en Coyuca de Benítez.
La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, dijo el sábado que la probable causa de la muerte de las víctimas del huracán fue “asfixia por sumersión”, aunque admitió que se continúan las investigaciones para identificar a los fallecidos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador criticó duramente a sus adversarios, a los que acusó de utilizar las muertes y la tragedia con fines políticos.
Las autoridades civiles y militares proseguían con las labores de limpieza en las vías de la ciudad de un millón de habitantes, donde aún había cerca de 200.000 hogares luz y buena parte de la población seguía sin servicio de agua.
López Obrador dijo el domingo que los empleados de la empresa estatal eléctrica le informaron que los trabajos de recuperación del suministro están avanzados, y aseguró que a “más tardar el martes” habrá energía eléctrica en todos los hogares de Acapulco y se restablecerá la totalidad de las 70 estaciones de gasolinas. A consecuencia del huracán, 513.524 usuarios quedaron sin servicio.
En algunas zonas de la ciudad imperaba el caos tras los saqueos que sufrieron cientos de comercios, lo que obligó al gobierno a reforzar la seguridad con 15.000 militares para evitar que la situación saliera de control.
Al presentar un balance de las operaciones de seguridad, el secretario de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval, señaló el domingo que el gobierno destinará 5.000 elementos de la Guardia Nacional a Acapulco para asegurar el orden, y que los uniformados tomarán el control de las estaciones de gasolina para evitar que se extraiga de manera ilegal combustible.
Luego de que el viernes se abriera un puente aéreo en Acapulco y de la incorporación de miles de militares, empleados públicos y voluntarios, comenzó a fluir la entrega de varios miles de litros de agua y de despensas que se habían demorado días en llegar. El progresivo restablecimiento de las operaciones aéreas permitió la evacuación de varios centenares de turistas que estaban varados en la ciudad.
Los barrios de la periferia de la ciudad seguían sumidos en el caos. La presencia gubernamental que había en el centro turístico no era visible en otros barrios. Sin señal de telefonía móvil, sin agua ni comida, las familias y los ancianos caminaban a duras penas, con el barro hasta los pies, entre calles inundadas para llegar a los grandes almacenes en busca de alimentos y agua.
De acuerdo con un balance que presentó la Coordinación Nacional de Protección Civil, había 273.844 viviendas afectadas, un 80 % de la infraestructura hotelera con daños, 120 hospitales y clínicas afectadas y que el sector eléctrico tenía fuera de servicio 37 líneas de transmisión, 26 subestaciones, una central de generación y 10.000 postes de luz caídos.
*Con información de AP y Europa Press.