Al menos 133 personas murieron en el ataque del viernes a una sala de conciertos en Moscú, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico, indicaron este sábado las autoridades rusas en un nuevo balance.
“El número de personas muertas en el atentado terrorista perpetrado en la sala de conciertos Crocus City Hall ha pasado a 133. Las operaciones de búsqueda continúan”, dijo en un comunicado en Telegram el Comité de Investigación ruso.
El balance anterior era de 115 fallecidos en el ataque armado ocurrido en la periferia de la capital.
En ese sentido, el presidente ruso Vladimir Putin prometió este sábado “castigar” a los responsables del atentado que dejó la víspera al menos 133 muertos en Moscú, y aseguró que los sospechosos fueron detenidos cuando huían a Ucrania, sin mencionar la reivindicación del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Ucrania ha negado en firme cualquier vínculo con el ataque y afirma que Rusia, cuya ofensiva combate desde hace más de dos años, busca apenas la forma de echarle la culpa.
El ataque a la sala de conciertos Crocus City Hall, en la periferia de Moscú, la noche del viernes, es el más sangriento en Rusia desde hace dos décadas, así como el más mortífero reivindicado en Europa por el grupo EI.
El presidente ruso dijo en un discurso televisado que los cuatro atacantes fueron detenidos cuando “se dirigían a Ucrania, donde según los datos preliminares [de los investigadores] se había preparado una ‘ventana’ para que pudieran cruzar la frontera”.
Putin respaldó así la versión expuesta poco antes por sus servicios de seguridad, el FSB. En ningún momento de su discurso mencionó la reivindicación del grupo yihadista Estado Islámico, difundida el viernes por la noche y reiterada este sábado.
“El ataque fue conducido por cuatro combatientes del EI, armados de ametralladoras, una pistola, cuchillos y bombas incendiarias”, afirmó la organización yihadista en una de sus cuentas de Telegram, y añadió que el ataque se inscribe en el contexto de “la guerra” con “los países que combaten al islam”.
Putin, reelegido la semana pasada por otros seis años, calificó el drama de “acto terrorista salvaje”, prometió castigar a todos los responsables y decretó este domingo como día de luto nacional.
Poco antes, el Kremlin había anunciado la detención de 11 personas, entre ellas “los cuatro terroristas directamente implicados en el atentado”.
Esas cuatro personas fueron detenidas en la región de Briansk, en la frontera con Ucrania y Bielorrusia, precisó luego el Comité de Investigación ruso, competente en este tipo de crímenes.
El atentado tuvo lugar el viernes antes de un recital del grupo de rock ruso Piknik, en una sala de conciertos del Crocus City Hall, en Krasnogorsk, un suburbio del noroeste de Moscú.
El FSB afirmó que los sospechosos tenían “contactos” en Ucrania, confrontada desde 2022 a una intervención militar rusa, y planeaban huir a este país tras el ataque, pero no ofreció pruebas de este supuesto vínculo ni dio detalles sobre su naturaleza.
El asesor presidencial ucraniano, Mijailo Podoliak desmintió la acusación de Rusia y escribió en la red social X que “las versiones de los servicios especiales rusos sobre Ucrania son absolutamente insostenibles y absurdas”.
Advertencias
El balance de muertos subió el sábado a 133 muertos, según las autoridades, y podría seguir aumentando, ya que la búsqueda continuará aún varios días entre los restos del edificio, devorado por las llamas y cuya cubierta se derrumbó parcialmente.
Los asaltantes emplearon armas automáticas y provocaron un gran incendio con líquido inflamable, según los investigadores.
Según los primeros elementos de la investigación, las personas murieron por “heridas de bala” y por inhalar humo del incendio.
Los medios rusos empezaron a hacerse eco del ataque hacia las 20H15 (17H15 GM).
“Justo antes del inicio [del concierto], escuchamos ráfagas de ametralladoras y el terrible grito de una mujer. Y luego muchos gritos”, contó a la AFP Alexéi, un productor de música que se encontraba en los camerinos.
“La gente se pisoteaba, hubo una avalancha”, dijo Anna, una mujer de 40 años, quien explicó que estaba en la sala con su marido, que cayó al suelo, pero pudo finalmente huir con ella.
El EI, que Rusia combate en Siria y está activo también en el Cáucaso ruso, cometió ya atentados en el país desde finales de los años 2010, pero nunca reivindicó un atentado de semejante alcance.
La reivindicación del grupo yihadista suscita algunas interrogantes.
Según medios rusos y el diputado Alexander Jinstein, algunos de los sospechosos son originarios de Tayikistán.
Estados Unidos aseguró el viernes que había advertido a Rusia, a inicios de marzo, sobre un posible ataque “terrorista” en un lugar de Moscú con “grandes concentraciones” de gente, dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Washington, Adrienne Watson.
La Policía y las fuerzas especiales rusas siguen desplegadas el sábado frente al incendiado recinto, donde cientos de rescatistas recogían los escombros en busca de más víctimas.
En la mañana del sábado, largas filas se formaron frente a algunos centros para donar sangre en Moscú, según imágenes de medios estatales rusos. En algunas paradas de autobús aparecieron también carteles con la inscripción “Estamos de luto 22/03/2024″.
Varios eventos públicos fueron suspendidos en el país, como el partido amistoso previsto el lunes en Moscú entre las selecciones de fútbol de Rusia y Paraguay.
*Con información de la AFP.