Las autoridades estadounidenses manifiestan su preocupación frente a la serie de eventos derivados de la ola invernal que han venido afectando a su población en los últimos días, siendo uno de ellos una inundación en el estado de Kentucky, que ya ha sido considerada como el peor fenómeno natural de ese tipo en referido territorio.
Sobre dicha inundación, las autoridades locales y los cuerpos de rescate han entregado un reciente parte con las dimensiones de lo ocurrido, resaltando que esta ha dejado un saldo mortal de 15 personas que han perecido a consecuencia de ello; aclarando que la cifra podría incluso duplicarse debido a que la alta pluviosidad se ha mantenido a lo largo de la presente jornada; es decir, durante este viernes, no ha parado de llover, lo que podría ocasionar que la situación se agudice, lo que implicaría eventualmente que la cifra de fallecimientos siga creciendo.
En consecuencia, frente a lo ocurrido, el presidente de ese país, Joe Biden, ha decretado el estado de ‘desastre natural’ para ese estado, lo que permite que se movilicen esfuerzos y recursos federales para atender a la emergencia, que además de las tormentas e inundaciones ha derivado en la ocurrencia de deslizamientos de tierra, desbordamiento de ríos y avalanchas de lodo.
Según detallan medios internacionales, el actual fenómeno natural se desencadenó el pasado miércoles en horas de la noche, haciendo que la alta cantidad de agua caída en las carreteras de Kentucky convirtiera las vías carreteables en ríos, obligando a que los ciudadanos de este céntrico estado tuvieran que refugiarse en los tejados, a la espera de alguna ayuda para poder evacuar.
En ese mismo contexto, personas que se encontraban al volante durante las fuertes tormentas, y debido a las inundaciones, terminaron arrastrados, al interior de sus carros, por las aguas, en un hecho que las autoridades estatales, en cabeza del gobernador, Andy Beshear, han calificado de devastadoras.
En declaraciones entregadas por el funcionario a la cadena internacional de noticias CNN, este afirmó que “la cantidad de kentuckianos que hemos perdido es de 15 y se espera que se duplique”.
En medio de su nueva alarma, el gobernador del estado también afirmó que es importante que los pobladores tengan especial cuidado con las poblaciones infantiles, considerándola un nicho de personas en alto riesgo, e incluso avizorando que dentro de las cifras de nuevas víctimas proyectadas se encuentren algunos menores.
Dada la dimensión de la catástrofe, autoridades han afirmado que la reconstrucción de los terrenos arrasados por las lluvias y las inundaciones, se podría prolongar por cerca de un año, o más, apuntando que el trabajo que significa el reponer a decenas de personas que lo han perdido todo.
Frente a la ingente emergencia y catástrofes, cuerpos especializados en atención de este tipo de situaciones, pertenecientes a estados vecinos, se han desplazado hasta Kentucky, para poner sus servicios a las órdenes de sus conciudadanos.
En el marco de las acciones adelantadas, según destacan medios internacionales, se han realizado cerca de 50 rescates aéreos, y otros más por vía ‘fluvial’, advirtiendo que, debido a las fuertes lluvias y la cantidad de agua que ello representa, se han formado corrientes muy fuertes que han dificultado la acción de los cuerpos de rescate.
La tragedia no para
Dadas las actuales condiciones climáticas, las autoridades de ese territorio han señalado que se prevé que los aguaceros que azotan a Kentucky se extiendan hasta este viernes en horas de la noche, razón por la que la alerta de inundaciones se mantiene vigente.
Según los expertos, situaciones como la actual emergencia se deriva de secuelas del llamado cambio climático y el calentamiento global, que ha impulsado a que la atmósfera tenga mayor presencia de vapor de agua, incrementando a su vez las condiciones para que se desarrollen fuertes aguaceros.
Sobre las lluvias de los últimos días, las autoridades meteorológicas han apuntado a que estas han significado índices de pluviosidad de hasta 20 centímetros en solo 24 horas; situación que ha representado incrementos en las afluentes hídricas como ríos, lo que ha inducido a desbordamientos.
Además de los incrementos en los niveles de agua y las inundaciones, estas también han influido en que, en algunos sectores, se originara el corte de servicios de electricidad para evitar mayores afectaciones; no obstante, la condición actual tiene sin energía a miles de personas.
Gimnasios, parques y hasta templos tuvieron que ser adaptados como albergues dado el elevado número de personas damnificadas.
Medios internacionales también refieren que esta ola, que ha causado las peores inundaciones de la historia de Estados Unidos, han seguido a los considerados peores tornados en la historia del Estado, ocurridos en el mes de diciembre, situación que derivó en la muerte de cerca de 80 personas.
*Con información de AFP.