Una trágica historia de amor tiene como protagonistas a una joven menor de edad, su novio y una banda de sicarios; según informa la prensa peruana, el enamorado acudió a una cita que le había puesto su pareja, sin saber que era una trampa en la que encontraría la muerte de una forma muy trágica.
Los hechos acudieron exactamente en la región de Huaral, en la que una supuesta sorpresa romántica, preparada por la menor de edad, terminó con el asesinato del joven identificado como Romero Campos Meza. Su novio le vendó los ojos para llevarlo a un callejón donde le tenía una aparente sorpresa, sin embargo, allá lo estaban esperando la banda de sicarios conocida como ‘Los Monos de Quequepampa’ quienes le propinaron 16 disparos en la cabeza y uno en el cuello.
La prensa peruana detalló que la mujer tenía una relación sentimental con uno de los jefes de esta banda criminal, quien responde al nombre de Roger Moreno y que en el mundo del hampa responde al alias de ‘El colocho’, quien había hecho la petición a la mujer para acabar con la vida de Campos meza.
Las cámaras de seguridad ubicadas en el sector captaron el momento en el que la mujer lleva a su pareja hasta cierto punto, le venda los ojos y luego lo aproxima al callejón donde se encontraban los asesinos que, sin pensarlo dos veces, abrieron fuego al hombre, que finalmente recibió 17 impactos de bala.
Pero solo fue hasta el día siguiente que los vecinos del lugar encontraron el cuerpo y de inmediato avisaron a las autoridades. Fue gracias a la trazabilidad de las cámaras de seguridad que se logró identificar a los asesinos y dar captura a ‘El colocho’ y su novia, quien reveló que estaba siendo amenazada por el hombre si no entregaba a Campos meza.
Según la implicada, el jefe de la banda le dijo que iba a matar a su familia si no hacía llevaban a cabo su macabro plan. “Me dice (‘El colocho’), después de esa conversación, que si no lo centro a él, me va a matar a mí y a mis hermanos”, declaró la adolescente a las autoridades peruanas.
Tanto el asesino como la joven, se encuentran en poder de las autoridades.
Encuentran momia de más de 800 años en Perú, el cuerpo todavía tenía pedazos de piel y pelo
Un grupo de expertos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Perú, en investigaciones realizadas en el marco del Proyecto Arqueológico Cajamarquilla, informaron sobre el hallazgo de un cuerpo momificado con alrededor de 800 años de antigüedad, un hecho que llamó la atención de la ciencia en la región.
Según recalcaron desde la academia, el hallazgo se dio en el Complejo Arqueológico de Cajamarquilla, ubicado en la provincia de Lima. Hasta el momento se ha recalcado que el cuerpo hallado pertenecería a un adolescente entre los 12 y 13 años de edad, y unos 1,30 metros de altura; los restos fueron encontrados a dos metros de profundidad.
“La arena gruesa de la zona, con altos componentes de sales, habría generado un proceso de momificación natural, que ha permitido que los brazos, antebrazos y las dos piernas conserven restos de piel; mientras que la cabeza, separada del cuerpo, mantiene mechones de cabello, y en el caso de la mandíbula se aprecia aún parte de la dentadura”, indicó la líder del proyecto, la arqueóloga Yomira Huamán.
Así entonces, las investigaciones todavía no determinan si se trata de un hombre o mujer, pero se informó que la persona vivió entre el período Intermedio Tardío, es decir, entre 1200 y 1400 después de Cristo, y se estima que haya sido un habitante inmerso en la de Lima o Yshma.
“Sobre el ajuar funerario encontrado junto al cuerpo, precisó que incluye una boleadora (arma de piedra), un mate (plato), una aguja de cobre, material textil (envoltorios) y botánico, tales como maíz y ají”, agregó el arqueólogo Jorge Pérez, recalcando lo hallado en la unidad de excavación 8, siendo la primera vez que se encuentran restos humanos en este sector del complejo dentro de una “matriz funeraria”, puesto que el acceso estaba sellado por una roca de barro.
“Tras retirar el cuerpo, continúa la etapa de gabinete, donde se realizará el análisis del cuerpo, del material botánico, malacológico (conchas marinas), lítico y metal. Esta fase de la investigación es muy importante porque se podrá identificar las actividades que realizaba el individuo, es decir, a qué se dedicaba, de qué pudo haber muerto y las enfermedades que padeció, entre otros aspectos”, agregó Pérez.