El asesinato de Fernando Marino, ocurrido el 27 de julio de 2020, volvió a evocarse en los últimos días, luego de que esta semana empezara el juicio contra dos personas por homicidio calificado. Tras poco más de tres años del crimen, los hechos continúan generando conmoción por la manera en que se desencadenaron.
De acuerdo con Todo Noticias, los sospechosos fueron identificados como Johanna Anabella Quevedo y Mauro Sebastián García, quienes terminaron bajo custodia dos días después de que el joven muriera. El ataque se produjo en la ciudad argentina de Adrogué, mientras la víctima se disponía a entregar un domicilio.
Justamente aquella era su primera semana de trabajo, pero también se convirtió en una ‘pesadilla’ para sus familiares, quienes exigen que la muerte del argentino (en ese momento de 28 años) no termine en la impunidad. Clarín precisó que las audiencias se realizan en el Tribunal Oral en lo Criminal número 9 de Lomas de Zamora.
Para este miércoles (30 de agosto) se prevé una de esas comparecencias y otros de los delitos que se tendrán en cuenta son “robo calificado por el empleo de arma de fuego y tenencia ilegal de arma de guerra, todo ello en concurso real entre sí”.
¿Cómo ocurrió el crimen?
En video quedaron registraron los minutos de agonía de Marino quien, de acuerdo a medios locales, se arrojó como pudo de la camioneta, una vez le habían disparado desde una moto. Todo Noticias señaló que dos motochorros habían arremetido contra él sin aparente razón y, durante el hecho, tampoco se llevaron nada.
Las cámaras de vigilancia del sector dieron cuenta del joven sentado en la carretera, mientras pasaban algunos vehículos que no se detenían. Al argentino se le vio apretando con su mano derecha la herida bajo la imposibilidad de pedir ayuda, pues ya se encontraba en agonía.
“Recién pude ver el video del crimen este mes, y no lo pude ver todo. Lo hice por la cercanía del juicio y porque manejo las redes sociales que reclaman justicia por Fernando. Casi que lo vi sin querer y no puedo manejar el dolor que sintió mi hijo”, dijo la mamá de la víctima, Mirta Cortés, al medio mencionado.
La mujer confesó que no podía con esa situación. “Hubiese querido estar ahí, correr y levantarlo con mis propias manos, llevarlo yo misma al hospital”. Tanto la tardanza en recibir atención médica como la gravedad de su herida pudo haber derivado en su muerte, misma que ocurrió de camino al centro sanitario.
Según trascendió, el joven fue llevado al hospital en una patrulla, pues la ambulancia no llegó para, quizás, ampliar las posibilidades de supervivencia. Cuando finalmente ingresó a la unidad asistencial, se confirmó que no había nada por hacer para salvar su vida: ya no tenía signos vitales.
¿Quién era Fernando Marino?
Poco antes del crimen, la víctima había comprado el carro de su papá y convertido el vehículo en su medio principal de trabajo en plena temporada de la pandemia (cabe reiterar que el crimen ocurrió en 2020). Según Clarín, decidió sumarse a algunos amigos como repartidor y garantizar así una fuente de ingresos.
En conversación con ese diario, su mamá contó que “a él se le ocurrió que eso le iba a dar más libertad, para poder estudiar una carrera universitaria, para poder hacer más cosas”. Justamente, el dinero que tenía ahorrado se lo dio a su progenitor para la compra del carro.
Ahora, los seres queridos de Fernando siguen buscando justicia. “Lo que pide toda la familia es la máxima pena. Mi hija terminó con medicación, con psiquiatras, con psicólogos, la novia de Fernando lo mismo”, dijo su mamá a Clarín.