Tuvieron que pasar casi dos décadas para que la justicia francesa llamara a la puerta de Farid el Hairy, un hombre que en 2003 fue condenado por presuntamente abusar de una menor. La corte señaló que el acusado quedaba “completamente exonerado de todos los cargos” en su contra, luego de que la presunta víctima reconociera que la verdad había sido tergiversada.
Tras conocer el dictamen, El Hairy, quien hoy tiene 41 años, dijo que finalmente su “lucha ha terminado (...). La vida empieza de nuevo”, y ahora espera poder recuperar su camino, “aprovechar la oportunidad para pasar página y seguir adelante (...)”.
Durante 23 años (desde que fue señalado) el europeo reconoce que constantemente se cuestionaba por qué estaba inmerso en una situación de tal envergadura. “Ahora ya lo sé y eso me alivia”, dijo. Ahora puede comenzar un proceso judicial para obtener, si así lo desea, una reparación.
El comienzo del ‘calvario’
En 1998, una adolescente (que en ese momento tenía 15 años), denunció haber sido víctima de violación. Tras escalar el caso, sus padres interpusieron una demanda y dieron paso a una investigación por agresión sexual y abuso en grupo. Desde el momento en el que El Hairy entró a prisión reiteró su inocencia y aseveró que no había sostenido relaciones con aquella mujer.
Sus razones no fueron escuchadas y en 2003 se dictaminó cinco años de cárcel y, de este lapso, poco más de cuatro estaban exentos de cumplimiento. Durante las indagaciones, exámenes médicos reforzaron la denuncia de la joven, cuyo relato carecía de inconsistencias, informó el diario Le Figaro.
Sumado a lo anterior, el acusado tuvo que pagar una multa de 17.000 euros (casi 87 millones de pesos colombianos a día de hoy). También estaba obligado a presentarse una vez al año ante la Gendarmería y someterse a una “sanción social”, pues su nombre aparecía en la lista de sentenciados por delitos sexuales.
En octubre de 2017, 14 años después de la condena, la denunciante hizo llegar un documento a la Fiscalía en el que reconocía que se había señalado a un hombre inocente. “El señor Farid el Hairy no es culpable de nada, espero que se restablezca la verdad. Me vi envuelta en mi propia mentira”, rezaba el texto en el que contó que realmente había sido “víctima de incesto por parte de su hermano mayor”.
Se hizo justicia
Otro caso similar se presentó en Noruega, donde un hombre salió de la cárcel 21 años después. Viggo Kristiansen estuvo privado de libertad, acusado de doble asesinato. La absolución llegó, tras un error judicial que lo vinculó con la violación y muerte de dos niñas.
Los cuerpos de ambas menores fueron encontrados a mediados de 2000, después de haber salido a bañarse en un lago, rodeado de un área boscosa al sur del país. El año pasado se reabrió el caso y debilitó el testimonio de un coacusado que permeó el nombre a Kristiansen en el crimen.
“El caso ha tenido consecuencias profundamente trágicas, en particular para el señor Kristiansen, que cumplió más de 20 años de prisión y fue privado de grandes partes de su vida, y para sus allegados (...). “Por ello quiero, en nombre de la acusación, pedir mis más sinceras disculpas por la injusticia que se ha cometido”, dijo el fiscal general, Jørn Sigurd Maurud.
*Con información de Europa Press.