El próximo domingo, primero de enero, será la posesión como presidente de Luis Ignacio Lula da Silva, el candidato que derrotó en las urnas al actual presidente Jair Bolsonaro, quien buscaba la reelección como jefe de Estado.
En medio de la tensión que siempre trae consigo un acto de esta magnitud, el ministro entrante de Justicia de Brasil, Flavio Dino, aseguró que reforzará los mecanismos de seguridad para la toma de posesión debido a las recientes amenazas de bomba que han registrado las autoridades del país.
“Todos los procedimientos serán reevaluados, con miras a fortalecer la seguridad. Y se intensificará la lucha contra los terroristas y los alborotadores. La democracia ha ganado y ganará”, dijo el ministro.
Como es bien sabido, la derrota de Bolsonaro avivó la violencia en varias ciudades del país. Muchos inconformes con el resultado, decidieron bloquear las carreteras más importantes y enfrentarse a la policía, esto generó una ola de detenciones y enfrentamientos que ponen en peligro el acto solemne en el que Lula jurará como presidente del país.
La Policía de Brasilia detonó un presunto artefacto explosivo este fin de semana en las afueras del aeropuerto de la capital y detuvo a un empresario, George Washington de Oliveira Sousa, que confesó haber planeado un atentado.
En declaraciones a la Policía, el hombre afirmó que el acto fue planeado por integrantes de los actos a favor del presidente Jair Bolsonaro (PL), que tienen lugar en la sede del Ejército, en Brasilia, informa el portal de noticias G1.
Según las autoridades, existen campamentos ‘patrióticos’ de personas ajenas al nuevo gobierno que han generado violencia en ciudades como Brasilia. A este tipo de grupos, el ministro Dino criticó tajantemente, asegurando que se trataba de una “incubadora de terroristas”.
La toma de posesión tendrá un alto número de invitados internacionales que requieren una garantía en la seguridad del evento; como invitados especiales están 12 dignatarios de diferentes latitudes, entre ellos, los presidentes de Alemania, Angola, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Portugal, entre otros.
Por el lado de México, el presidente López Obrador aseguró que no podrá asistir a la posesión por un viaje programado a Palenque, pero que en su reemplazo estará su esposa Beatriz Gutiérrez Muller.
Por otro lado, el presidente electo de Brasil tomó una decisión crucial en materia de seguridad: aseguró que retirará las competencias de seguridad a la Oficina de Seguridad Institucional (GSI) debido a su vínculo con el actual jefe de gobierno Jair Bolsonaro.
Según ha adelantado Folha de Sao Paulo, la primera evaluación llevada a cabo por las futuras autoridades brasileñas apuntan a que, en los últimos tiempos, se han nombrado a afines a Bolsonaro en el seno del GSI, lo que representa un riesgo para la seguridad del Partido de los Trabajadores (PT), fórmula en la que Lula concurrió a las presidenciales.
Fuentes consultadas por el mencionado diario han informado de que a partir de ahora las competencias de la seguridad del presidente de Brasil recaerán en la Policía Federal y, en concreto, bajo el liderazgo del delegado federal Alexander Castro Oliveira.
Con información de Europa Press*