El presidente de Chile, Gabriel Boric, comienza este lunes la búsqueda de un nuevo proceso para reformar la Constitución vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), tras el rechazo masivo a un nuevo texto considerado demasiado radical.
La resaca electoral tras el referéndum del domingo dejó un mensaje claro: la propuesta de Carta Magna elaborada por una Convención Constitucional, formada por 154 constituyentes elegidos de forma paritaria y con escaños indígenas reservados, no convenció a la población.
El “Rechazo” se impuso con el 61,86% de los votos frente al 38,14% del “Apruebo”, tras escrutarse más del 99,99% de los sufragios. Fue una jornada con una participación histórica de casi 13 millones de electores de un total de 15,1 millones convocados a votar de forma obligatoria.
Boric hizo un llamado a todas las fuerzas políticas a participar desde este lunes en diálogos para encauzar el camino constituyente. Sin embargo, ningún partido de la derecha opositora confirmó asistencia y Presidencia informó de reuniones del presidente esta tarde solo con la coalición oficialista y representantes del Congreso.
El “Rechazo” ganó en todas las regiones de Chile. Apenas en 8 de 346 municipios en el país austral hubo mayoría en favor de la propuesta constitucional. El “Apruebo” venció en el voto desde el extranjero, donde casi 100.000 chilenos estaban llamados a las urnas, en este caso de forma voluntaria.
Bolsa sube y peso se aprecia
La Bolsa de Chile abrió este lunes con alza el 3,65% y el peso chileno se apreció frente al dólar 3,2%, a 885,52 por dólar, en la apertura de mercados.
El proyecto mantenía los pilares de la economía chilena, pero aspiraba a consagrar un nuevo catálogo de derechos sociales en materia de salud, derecho al aborto, a la educación y pensiones, con énfasis medioambiental y una “plurinacionalidad” indígena.
“Como Presidente, recojo con humildad este mensaje y lo hago propio. Hay que escuchar la voz del pueblo”, dijo el izquierdista Gabriel Boric en un mensaje a la nación, tras anunciarse el resultado de inesperada contundencia.
Boric se comprometió de inmediato a impulsar un nuevo proceso constituyente que tocará a los legisladores dirigir. Aseguró que el “malestar sigue latente” y Chile no lo puede ignorar, en referencia al estallido social de 2019.
Duro golpe
“Encontrar un camino rápido hacia adelante beneficiaría al gobierno, que ha recibido un duro golpe de los resultados de anoche”, afirmó Mariano Machado, analista de riesgos de Verisk Maplecorf.
Con el triunfo aplastante en contra de la propuesta constitucional, la actual Carta Magna elaborada en 1980 sigue vigente, aunque la mayoría de votantes, líderes políticos y organizaciones sociales coinciden en que Chile quiere una nueva Constitución. “Dado el nivel de incertidumbre y la distancia ideológica entre los campos, es muy probable que haya un punto muerto en la búsqueda de un plan B”, señala no obstante Machado.
En su mensaje a la nación, con tono sereno, Boric llamó a las fuerzas políticas a “poner a Chile por delante”. El presidente de 36 años aseguró que para atender las demandas reclamadas en las calles, “el Congreso Nacional deberá ser el gran protagonista”.
El Parlamento está integrado en un 50% por la derecha. El resto se reparte entre independientes, socialistas y democratacristianos. La Unión Europea reaccionó al resultado del referéndum este lunes y subrayó la necesidad de seguir adelante.
“La UE toma nota del compromiso expresado por el presidente Boric y por todo el espectro político sobre la necesidad de proseguir el proceso constitucional, en consonancia con el deseo del pueblo chileno de un nuevo acuerdo constitucional que reúna el apoyo de una amplia mayoría de ciudadanos”, dijo el portavoz de la Unión Europea en un comunicado.
La contundente victoria del “Rechazo” se explica por el temor de una gran mayoría de que la nueva Constitución anulara a la oposición política, además de la falta de gradualidad en la implementación de las medidas que se proponían, explicó a la AFP el analista Marcelo Mella, de la Universidad de Santiago.
El contenido del texto, considerado demasiado radical por parte de la población, y las polémicas actuaciones de los convencionales también aparecen como factores, junto al escenario de desaceleración económica y de alta inflación.
Con información de AFP.