El levantamiento del Grupo Wagner en contra del régimen ruso y del Kremlin, que inició con un llamado a ocupar varias zonas de Rusia el pasado viernes, de parte del líder del grupo, el mercenario Yevgeny Prigozhin, parece ser el principio de una nueva era para Putin, quien ha estado al frente del país desde el año 2000, de manera casi ininterrumpida.

¿Qué queda claro?

La información más reciente apunta a que, después de haber tomado una región como Rostov, el grupo Wagner ha iniciado una marcha atrás, después de que el mercenario y líder del grupo, Progozhin, hubiera negociado con el presidente de Bielorusia, Alexander Lukashenko, una tregua entre él y Putin.

Aún a pesar del posible retiro del Grupo Wagner y aunque el llamado a un golpe de Estado quede a mitad de camino, lo que pasó revela que el control interno de Putin se está desvaneciendo.

Es claro que Putin ya no puede controlar las bandas armadas rivales que él mismo incetivó a crear y esa aura de hombre inalterable se está disipando.

La amenaza

Todo inició cuando Prigozhin advirtió el viernes que contaba con 25.000 efectivos decididos a llegar “hasta el final” y “destruir todo lo que se interponga” en su camino. “Estamos muriendo por el pueblo ruso, que debe ser liberado de quienes bombardean a la población civil”, afirmó, en referencia al destacado papel de los mercenarios en importantes batallas en Ucrania.

“Hay que poner freno a quienes tienen responsabilidad militar en el país”, insistió el jefe paramilitar, llamando a los rusos a unirse a sus tropas y a no oponer resistencia.

Aún a pesar del posible retiro del Grupo Wagner y aunque el llamado a un golpe de Estado quede a mitad de camino, lo que pasó revela que el control interno de Putin se está desvaneciendo. | Foto: Copyright 2023 The Associated Press. All rights reserved.

El jefe de Wagner afirmó el viernes que sus hombres fueron bombardeados por el ejército ruso cerca de la línea de frente con Ucrania y acusó al ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, de haber ordenado esos ataques.

Unas acusaciones que son una mera “provocación” y “no se corresponden con la realidad y son una provocación”, replicó el Ministerio de Defensa.

La debilidad de Putin

Lo que queda claro es que, tras el desarrollo de los hechos, se ha visto con claridad que el poder de Putin tambalea y que las muestras de fuerza frente a Ucrania, poco corresponden con la realidad interna del país.

Tal como lo revela la revista Foreign Policy, el hecho de que una fuerza de 25.000 mercenarios armados hubieran tomando el centro de comando operativo de Rusia para la guerra de Ucrania y hubiera avanzado con facilidad hacia Moscú, demuestra una posibilidad que no parecía posible para Putin, tras dos décadas de poder: la posibilidad de perder el control por fuerzas de su propio país.

De acuerdo con el análisis de Alexander Vindman, exdirector de asuntos europeos en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, recogido por la revista Foreing Policy, este levantamiento se convirtió “en un golpe de estado en toda regla”.

Vindman asegura que es Ucrania quien se ve favorecido en este intercambio: “El mayor beneficiario de esta distracción es Ucrania, con Rusia perdiendo su guerra en Ucrania y abriendo un segundo frente en sus propios territorios”, dijo.

Más allá de Prigozhin

Prigozhin no es un líder carismático, ni un hombre influyente políticamente como Aleksei Navalny, al contrario, es un mercenario, reconocido por sus métodos sanguinarios que iniciaron en Siria, sin embargo, más allá de Prigozhin, los hechos demuestran que Putin es vulnerable y que su gobierno se puede desafiar.

El hecho de que miembros del Grupo Wagner hayan sido ovacionados por gente del común en la ciudad de Rostov-on-Don en el sur de Rusia y la llegada de Wagner sin mayor resistencia, muestra la posibilidad de una Rusia sin Putin.