La esperada vacuna contra el VIH/Sida de Johnson & Johnson no demostró una protección adecuada en un ensayo clínico en el que participaron mujeres jóvenes en el África subsahariana, comunicaron este martes la compañía y las autoridades sanitarias de Estados Unidos.
Pese a que se determinó que la vacuna no tenía efectos secundarios graves, su eficacia para prevenir la infección por VIH fue de poco más del 25 %, según se informó.
Este ensayo clínico llamado “Imbokodo”, que comenzó en 2017 e incluyó a unas 2.600 mujeres entre 18 y 35 años, será detenido y se informará a los participantes de Malawi, Mozambique, Sudáfrica, Zambia y Zimbabwe si recibieron la vacuna o el placebo.
Las mujeres y las niñas representaron el 63 % de las nuevas infecciones de VIH en 2020 en esta región. Paul Stoffels, director científico de J&J, agradeció en un comunicado tanto a las mujeres que participaron en el ensayo como a los socios del laboratorio.
“Pese a nuestra decepción de que la vacuna candidata no proporcionara un nivel suficiente de protección contra la infección por VIH en el ensayo Imbokodo, el estudio aportará importantes hallazgos científicos en la continua búsqueda de una vacuna para prevenir el VIH”, señaló.
“Debemos aplicar el conocimiento aprendido en el ensayo Imbokodo y continuar nuestros esfuerzos para encontrar una vacuna que proteja contra el VIH”, señaló por su lado Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, que cofinancia el estudio.
No obstante, el laboratorio continuará con un ensayo paralelo en hombres que tienen sexo con hombres e individuos transgénero que se realiza en las Américas y Europa, donde la composición de la vacuna difiere como lo hacen las cepas prevalentes del VIH. Se espera que esta prueba concluya en marzo de 2024.
En las cuatro décadas transcurridas desde que se documentaron los primeros casos de lo que se conocería como sida, los científicos lograron grandes avances en el tratamiento del VIH, transformando lo que alguna vez fue una sentencia de muerte en una condición manejable.
La OMS advierte que la infección por VIH aumenta el riesgo de padecer covid-19 grave y crítico
El riesgo de desarrollar covid-19 grave o mortal es un 30 % mayor en personas que viven con el VIH en comparación con las personas sin infección por el VIH, según un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En general, casi una cuarta parte (23,1 %) de todas las personas que viven con el VIH que fueron hospitalizadas con covid-19 fallecieron, señala el informe que se basa en datos de vigilancia clínica de 37 países con respecto al riesgo de resultados deficientes de covid-19 en personas que viven con el VIH (PVVIH) ingresadas en el hospital.
Las condiciones subyacentes como la diabetes y la hipertensión son comunes entre las personas que viven con el VIH. En el caso de los hombres con VIH mayores de 65 años, la diabetes y la hipertensión se asociaron con un mayor riesgo de covid-19 más grave y mortal. Se sabe que estas condiciones aumentan el riesgo de que las personas padezcan enfermedades graves y la muerte.
Esto destaca la necesidad de que las personas que viven con el VIH se mantengan lo más saludables posible, accedan y tomen regularmente su terapia antirretroviral (TAR) y prevengan y controlen las afecciones subyacentes. Esto también significa que las personas que viven con el VIH, independientemente de su estado inmunológico, deben tener prioridad para la vacunación en la mayoría de los entornos.
Una encuesta informal de la OMS ha revelado que de 100 países con información, 40 países han priorizado a las personas que viven con el VIH para la vacunación covid-19. El análisis se basa en datos de la Plataforma Clínica Global de la OMS para covid-19, que recopila datos clínicos a nivel individual y caracteriza el virus entre las personas hospitalizadas con infección por SARS-CoV-2 sospechada o confirmada en todo el mundo.
Con información de AFP y Europa Press.