Wanda Palmer, de 51 años, despertó de un coma de dos años tras haber sido brutalmente atacada en su casa e identificó a su hermano, Daniel Palmer III, como su agresor.
Palmer, residente de Virginia Occidental, en Estados unidos, fue atacada en su casa cerca de Cottageville en junio de 2020 con una arma cortopunzante y, en el momento de atender la emergencia, los oficiales pensaron que ya había muerto, dada la gravedad de las heridas.
La víctima se encontraba en una posición vertical en un sofá de su casa con heridas graves causadas por lo que parecía una especie de hacha, según contó CNN.
Si bien los oficiales pensaron inicialmente que había muerto, pudieron notar que tenía un pulso leve, por lo que fue remitida a urgencias inmediatamente, donde quedó en coma.
El sheriff del condado de Jackson, Ross Mellinger, le contó a CNN que un testigo ubicó al hermano de la víctima, Daniel Palmer, en la vivienda de la mujer sobre la medianoche, pero que no se pudo relacionar con el crimen, ya que no había registros telefónicos, imágenes de las cámaras de seguridad ni más testigos oculares.
Si bien la policía tuvo una lista de varios posibles atacantes, no pudo concluir nada ni arrestar a ninguno de ellos al no tener pruebas suficientes.
Sin embargo, la historia dio un giro inesperado hace unas semanas, cuando Palmer despertó del coma. Si bien en un principio la mujer no podía comunicarse correctamente, poco después pidió a su equipo médico que le permitieran hablar con la policía.
En medio de respuestas de sí y no, ella pudo explicarles que fue su hermano el que la atacó. Su testimonio fue suficiente y las autoridades procedieron con la captura de Daniel Palmer.
El hombre, de 55 años, fue detenido en su casa y acusado de intento de asesinato y lesiones dolosas y se le impuso una fianza de 500.000 dólares. Aún se desconoce cómo se declaró ante los cargos.
Finalmente, CNN supo que Wanda Palmer se recupera lentamente, es más coherente y entiende dónde se encuentra, pero no puede mantener conversaciones completas.
“Me dormí con 22 años y me desperté con 58″, la historia del hombre que pasó más de 30 años en coma
La historia de Manel Monteagudo es de esas que sorprenden al mundo. Estuvo 35 años en coma y regresó a la vida en un entorno totalmente diferente de lo que recordaba antes del trágico accidente. Era marinero desde los 14 años, estuvo trabajando en África, en la Marina Mercante Española, y luego decidió partir a Alemania buscando mejores oportunidades.
“Enrolado en un mercante alemán que partió de Bremen, a la altura de Basora (Irak), Manel se precipitó desde una altura de seis metros, golpeándose la cabeza y entrando en coma. Era el 28 de febrero de 1979, el día que cumplía 23 años”, narró en un artículo el diario El Mundo de España. Estuvo los primeros días en un hospital en Irak, después lo trasladaron a un centro médico en Coruña (España) y los últimos años de su estado de coma los pasó en casa, en donde fue cuidado por Conchi, la mujer que en el momento del accidente era su novia y luego se convirtió en su esposa.
Monteagudo explicó que a su esposa siempre le decían que no tuviera esperanza, que era muy difícil que se recuperara, pero ella mantuvo la fe y lo cuidó hasta el día que despertó, el 15 de octubre de 2014, 35 años después del accidente que lo tuvo en coma. “Mi primera impresión es que el accidente lo tuviera el día anterior, que estaba en un hospital, pero en Basora. En ningún momento fui consciente de que estaba en España, yo pensaba que era el día siguiente del accidente”, explicó a El Mundo Manel, quien narró que reconoció a su novia Conchi, pero se extrañó cuando la vio con canas, pero no podía hablar, pues tenía que pasar por una rehabilitación para recuperar la normalidad para volver a caminar e ir al baño
Cuando recuperó el habla, Manel se negaba a aceptar que era él y eso se lo manifestó a su esposa. No podía entender qué habían pasado tantos años y ahora estaba con canas y más signos de la vejez. La otra sorpresa para este español fueron los cambios que tuvo el mundo en esos 35 años en estado de coma. No conocía internet, se enteró de nuevos canales de televisión y también recibió con asombro la noticia de que su país había ganado el Mundial de Fútbol en el campeonato jugado en Sudáfrica en 2010.
También había cambiado de residencia, pues antes del accidente vivía en Noia, pero al despertar estaba en Vigo, en donde vive con la mujer que lo cuidó y acompañó durante los largos 35 años de su pérdida de conocimiento.