Este sábado primero de octubre, la empresa estatal energética de Ucrania, Energoatom, acusó al Ejército ruso de detener al director de la planta nuclear de la región de Zaporiyia, Ihor Murashov, quien continúa desaparecido. Al parecer, el hombre fue interceptado por militares desde el viernes.

Justamente, el director de Energoatom, Petro Kotin, fue en el que denunció la desaparición del alto cargo de la planta nuclear a través de su página de Facebook, indicando que sobre las 4 de la tarde, hora local, una patrulla del Ejército ruso detuvo a Mursahov mientras se dirigía a la planta en su vehículo particular.

“El automóvil fue interceptado y Murashov detenido por la fuerza. Se le vendaron los ojos y actualmente no hay información ni sobre su paradero ni su destino”, aseveró Kotin, agregando que el dirigente de la planta “es una persona que tiene licencia para trabajar y tiene la responsabilidad principal y exclusiva de la seguridad nuclear y radiológica de la central nuclear de Zaporiyia”.

Y advirtió que la detención de Murashov “supone un peligro para el funcionamiento de la central nuclear más grande de Europa”, puesto que el trabajo de este hombre sería indispensable para la rutina diaria de la planta, incluso más durante la coyuntura, tras los enfrentamientos de los ejércitos ruso y ucraniano en la zona.

“Exijo que los militares rusos, que controlan la central nuclear y los empleados de (la operadora rusa) Rosatom, que también están ilegalmente en nuestra instalación, detengan los actos de terrorismo nuclear contra la dirección y el personal de la central nuclear, liberen inmediatamente al jefe de la central y lo devuelvan a sus deberes oficiales para mantener el funcionamiento seguro de la central”, añadió Kotin en su denuncia.

Es de recordar que la planta nuclear de Zaporiyia, en el este de Ucrania, lleva meses bajo las hostilidades entre las fuerzas de Rusia y Ucrania. Sin ir más lejos, el pasado viernes la misión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en la ciudad ucraniana de Zaporiyia informó sobre la explosión de una mina terrestre que dañó un cable de alimentación de bajo voltaje de la central nuclear.

El director general del OIEA, Rafael Grossi, expresó su “profunda preocupación” por la repetición de este tipo de explosiones de minas terrestres cerca de la mayor central nuclear de Europa, donde se han producido frecuentes bombardeos en los últimos dos meses.

Entre tanto, este viernes 30 de septiembre hubo un bombardeo sobre una columna de vehículos de civiles en el límite entre la zona ucraniana y la región ocupada de Zaporiyia, en el sur, que causó al menos 23 muertos. Las fuerzas de ocupación rusas también informaron que en la región vecina de Jersón, un alto responsable del poder regional, afín a Moscú, murió en un bombardeo ucraniano.

“El enemigo lanzó un ataque con cohete contra un convoy humano de civiles, gente que hacía cola para ir a la zona temporalmente ocupada, ir a reunión con los familiares, recibir ayuda... Hay 23 muertos y 28 heridos, todos civiles, locales... Ardan en el infierno, malditos rusos”, indicó en Telegram el gobernador ucraniano de la región, Oleksandr Starukh.

*Con información de Europa Press y la AFP.