El 8 de septiembre será recordado como la fecha en la que la reina Isabel II falleció en el castillo de Balmoral (Suecia). El mundo entero se conmocionó con la noticia, pues la monarca británica estuvo en el trono por más de 70 años.
Desde el palacio de Buckingham, se difundió el deceso de la reina de la siguiente manera: “La reina murió pacíficamente en Balmoral esta tarde”.
Así las cosas, se dio inicio al protocolo Puente de Londres para despedir a la soberana, mientras que el hijo mayor de la influyente mujer heredó el trono. Ahora, el príncipe Carlos es el rey Carlos III de Inglaterra.
No obstante, el fallecimiento de la longeva monarca trae consigo diferentes modificaciones. Una de ellas tiene que ver con la moneda de cambio que tiene consignada el rostro de la reina Isabel II, pero al fallecer se debe reemplazar por el retrato del nuevo rey.
Isabel II tomó la corona en 1952, aunque su rostro empezó a notarse en la libra esterlina ocho años después de su posesión.
Al haber muerto a sus 96 años, ha sido la soberana que más ha permanecido en el trono y eso hizo que los billetes de Reino Unido se masificaran con su rostro diseñado por Robert Austin.
De acuerdo con The Guardian, se estima que hay al menos unos 4.500 millones de monedas y billetes que tienen la cara de la reina Isabel II. Debido a la significativa suma, el cambio podría llegar a tardarse dos años, luego de llegar a un acuerdo en conjunto en el que, desde el palacio de Buckingham, se autorice el reemplazo.
De este modo, la cifra convertida indica que el cambio será de más de 5.000 millones de dólares y ese sería su costo.
Sin embargo, el retrato de la fallecida reina no solo está presente en la moneda de Inglaterra. Varios países de la Commonwealth también tienen a la soberana en algunos recursos económicos de diferentes denominaciones. Por ejemplo, la cara de la mujer está en billetes de $20 canadienses, monedas de Nueva Zelanda y en los billetes emitidos por el banco central del Caribe Oriental.
Sumado a esto, el cambio de la moneda británica no es el único que se presentará con la coronación del rey Carlos III. Asimismo, sellos, pasaportes, y uniformes de la policía y ejército serán modificados.
Lo anterior porque varios de estos elementos llevan una insignia con las letras “ER”, el monograma de la difunta reina que se traduce a Elizabeth Regina.
Incluso, también tendrá que ser cambiado una de las estrofas del himno nacional de Reino Unido. La parte que dice “God save our gracious Queen” (’Dios salve a la reina’, en español), pasará a referir al rey Carlos III.
Cambio de políticas y derechos
Los nombres del “gobierno de su majestad”, del tesoro y de las aduanas pasarán de ser “her majesty’s” a “his majesty’s”.
Así también, será “el discurso del rey”, y no el de la reina, el que inaugure las sesiones parlamentarias presentando el futuro programa de gobierno.
Cambiarán, del mismo modo, el nombre de “la guardia de la reina”; que suele ser fotografiada hasta más no poderse por los turistas frente al Palacio de Buckingham.
La Policía ya no velará por la paz de la reina, sino por la del rey, y los abogados superiores pasarán de ser QC (Queen’s counsel) a KC (King’s counsel).
Para terminar, también se masculinizará el nombre del “Her Majesty’s Theatre”, teatro del célebre barrio londinense del West End, donde se presenta El Fantasma de la Ópera desde 1986.
*Con información de AFP