Este martes, 13 de septiembre, en horas de la noche, arribó a Londres, a bordo de un avión procedente de Escocia , el féretro de la reina Isabel II de Inglaterra, luego de permanecer una jornada en cámara ardiente en la ciudad de Edimburgo.

A su llegada a Londres, el féretro de la monarca fue desplazado, a bordo de una carroza fúnebre, hacia el Palacio de Buckingham, sede de la Corona Británica, y el cual fue su residencia oficial por cerca de 70 años, y hasta hace unos pocos meses, cuando había decidido retirarse al Palacio de Windsor.

En su desplazamiento, el cortejo fúnebre colapsó algunas de las principales vías de Londres, en donde los carros se detuvieron para rendir honor a la reina al paso de sus despojos mortales, en medio de un ambiente de respeto que estuvo marcado por cabezas bajas, algunos pitos y aplausos.

Uno de los momentos más emotivos fue precisamente su ingreso al palacio real en el centro de Londres, donde las personas permanecieron en completo silencio en señal de duelo, haciendo una calle de honor que, a su ingreso a la residencia real, fue seguida por los miembros de la guardia real.

Tras el ingreso de la carroza al palacio, la concurrencia estalló en un fuerte aplauso para la monarca.

A las afueras del palacio, se concentran altas cantidades de seguidores de la reina, quienes, desde el pasado jueves se han acercado hasta las proximidades del lugar para hacer ofrendas florales, y dejar algunas cartas y mensajes en honor de la reina más longeva en la historia de su país.

A su llegada a Londres, los despojos mortales de la reina, fueron recibidos por la primera ministra británica Liz Truss, y por varios miembros de la familia real, por disposición de la misma reina Isabel II, quien había establecido estos protocolos en el llamado plan del Puente de Londres.

El féretro de la reina viajó desde Edimburgo hacia Londres, en un avión militar, y el cuerpo de la reina, cuyo ataúd ya fue sellado y permanece envuelto en las insignias reales, fue acompañado por la princesa Ana, quien abordó el mismo vuelo en Escocia, tras recibir allí honores militares, y ser despedido al son de las gaitas.

Así, la noche de este martes 13 de septiembre, será la última noche de la reina en el Palacio de Buckingham, pues, según lo previsto y establecido en el protocolo de los funerales, este miércoles será trasladado al Westminster Hall, sede del Parlamento británico, donde se realizarán cuatro días de cámara ardiente, que culminará con el funeral de Estado el lunes 19 de septiembre, con una asistencia de cerca de 2.000 invitados de gobiernos internacionales y figuras locales en la Abadía de Westminster.

Precisamente, de cara a la llamada cámara ardiente, las autoridades de Londres han dispuesto todo un operativo para permitir que los británicos acudan a despedir a su reina. En ese sentido, las autoridades han dispuesto incluso la logística para las kilométricas filas que se presentarán en el sector donde se ubica el parlamento.

Según revelaron las autoridades, “la cola se formará en Albert Embankment, recorrerá Belvedere Road detrás del London Eye y se dirigirá a Southwark Park”.

En ese sentido, también se ha dispuesto la presencia de 1.000 policías que resguardarán la fila, así como un equipo de mayordomos y voluntarios que brindarán ayuda a los londinenses y demás británicos que han llegado a la ciudad para el evento.

En ese mismo sentido, los hospitales cercanos también activaron un dispositivo especial, destinando a su personal para atender cualquier eventualidad que se presente en las largas filas.

Este martes, incluso antes de que el cuerpo llegara a Londres, a las afueras del Parlamento, ya había personas haciendo fila para poder ingresar a despedirse de la reina, pese a las inclemencias del clima, dadas por una marcada lluvia que también adornó el regreso de la reina a Londres.

Sobre las ofrendas que presentan los seguidores de la reina, las autoridades han pedido que estas solo sean florales, llamando a que se evite la ubicación de bombas y peluches, e incluso los mismo plásticos envoltorios, con el objetivo de que estas muestras de cariño, puedan convertirse en compostaje.