La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, volverá a trabajar “en persona” el próximo 3 de mayo, casi una semana después de ser diagnosticada por covid-19, anunció este lunes su portavoz.
La secretaria de prensa de Harris, Kirsten Allen, dijo que la vicepresidenta dio negativo al virus en una prueba de antígenos, pero aún usará una máscara en público durante varios días.
Harris, de 57 años, entró en cuarentena el 26 de abril, la última de una serie de contagiados entre la élite de Washington. La Casa Blanca dijo que era asintomática y que el presidente Joe Biden, de 79 años, no era considerado un contacto cercano por no haberse encontrado esos días. Sin embargo, varios miembros del Congreso anunciaron haber tenido covid-19 a finales de abril, mientras que el esposo de Harris, Doug Emhoff, lo contrajo en marzo.
La Casa Blanca ha reconocido públicamente la posibilidad de que Biden dé positivo, al tiempo que minimiza cualquier posible consecuencia, insistiendo en que podría seguir trabajando de forma remota. El sábado, Biden, que no llevaba mascarilla, asistió a una cena organizada por la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca.
Cabe recordar que en octubre de 2020, antes de que las vacunas anticovid estuvieran disponibles, el entonces presidente Donald Trump pasó tres días en el hospital recibiendo tratamiento de emergencia por la covid-19, luego de haberles dicho a los estadounidenses que el virus no era un peligro.
Más de 900 mil personas han perdido la vida hasta ahora en Estados Unidos por la covid-19, que en su punto máximo dejaba más de 3.000 muertos por día. Actualmente, alrededor de 300 a 400 personas mueren por la enfermedad todos los días en el gigante norteamericano.
Coronavirus en China
Aunque Estados Unidos aún conserva algunas medidas de prevención contra la covid-19, ninguna tan estricta como las que ha ejecutado China, específicamente en Shanghái, donde la mayoría de sus 25 millones de habitantes han sido confinados durante semanas en sus casas, mientras la ciudad se enfrenta a un importante brote de covid.
Cientos de miles de personas positivas al coronavirus han sido llevadas a improvisados centros de aislamiento, ya que China no les permite efectuar una cuarentena en sus casas. Pero habitantes que habían dado negativo en los test afirmaron a la AFP que fueron obligados a dejar sus hogares y llevados a instalaciones situadas fuera de la ciudad, algunas de ellas a una distancia de centenares de kilómetros.
“La Policía nos dijo que había demasiados casos positivos en nuestro complejo residencial, y que si seguíamos viviendo aquí acabaríamos todos infectados”, dice a la AFP Lucy, habitante de esa ciudad, que prefirió no dar su apellido. “No nos quedaba otra opción”, agregó.
Lucy cuenta que el grupo de gente que dio negativo fue enviado a un centro de cuarentena, con centenares de habitaciones individuales prefabricadas, en la vecina provincia de Anhui, ubicada a unos 400 km de distancia. La mujer añade que ignora cuándo podrá volver a su casa.
Sin embargo, la AFP habló con otros habitantes de Shanghái, en buena salud y negativos al virus, que fueron igualmente enviados para efectuar una cuarentena en otras provincias. Uno de ellos dice que sus vecinos protestaron y se negaron a irse.
Otro, del distrito Jing’an, dijo que fue llevado de noche, junto a decenas de personas de su complejo residencial, a un centro de cuarentena ubicado también en Anhui
“Recibimos llamados del comité del vecindario diciendo que había demasiados casos positivos en nuestro complejo residencial, y que por ello incluso los que eran negativos al virus debían ser transferidos a hoteles para permanecer aislados”, dice a la AFP esta habitante, que requiere el anonimato.
La mujer explica que se sintió “aterrorizada” cuando vio el lugar de su residencia temporal, y asegura que “ha perdido la confianza en el gobierno de Shanghái”.
*Con información de la AFP.