El presidente Donald Trump dijo este miércoles que la intervención en Medio Oriente fue la "peor decisión" en la historia de Estados Unidos, tres días después de haber anunciado la retirada de tropas estadounidenses del norte de Siria. "Ir a Medio Oriente fue la peor decisión jamás tomada en la historia de nuestro país", escribió el mandatario en Twitter. "Fuimos a la guerra con una premisa falsa, que ya ha sido desmentida, armas de destrucción masiva", añadió Trump. "¡No había (armas)! Ahora traemos lenta y prudentemente de vuelta a nuestros grandes soldados y militares". El mandatario ha enfrentado críticas de todo el espectro político estadounidense tras el anuncio sorpresa hecho el domingo por la Casa Blanca de que Washington estaba retirando entre 50 y 100 efectivos de la frontera norte de Siria.
El presidente Erdogan anuncia el comienzo de la arremetida contra los Kurdos. Se estima que Estados Unidos tiene entre 60.000 y 80.000 militares desplegados en el área que corresponde al Comando Central estadounidense, que incluye Afganistán, Irak y Siria.
Trump lamentó lo que consideró una cuenta de "ocho billones de dólares" por "combatir y vigilar" en Medio Oriente, y los miles de soldados estadounidenses que han muerto o han sido heridos en combate. Los kurdos en Siria llamaron el miércoles a los civiles a defenderse ante un temido ataque turco que consideran inminente, pese a la insistencia de Trump de que no ha abandonado a sus aliados kurdos. A pesar de que la mayoría de internacionalistas coincide con Trump en que las intervenciones de Estados Unidos en guerras externas han resultado desastrosas y han acarreado miles y miles de muertos, también insisten en que una retirada masiva, arbitraria y errática como la que está impulsando el presidente en Medio Oriente desemboca en una crisis humanitaria sin precedentes y, sobre todo, en una gran traición para sus aliados. "Las fuerzas armadas turcas y el Ejército nacional sirio (rebeldes sirios apoyados por Ankara) dieron inicio a la operación ‘Fuente de paz‘ en el norte de Siria", dijo Erdogan en la red social Twitter.
Coincidiendo con este anuncio, los periodistas de la AFP escucharon una fuerte explosión en la región Ras al Ain, en la frontera entre los dos países. La ONG Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) confirmó que hubo bombardeos en el noreste de Siria. "Aviones de guerra turcos han empezado a bombardear zonas civiles, hay pánico entre la gente", corroboró un portavoz de los fuerzas kurdas, Mustafa Bali. Esta operación tiene como objetivos, según Erdogan, a "los terroristas" de la milicia kurda Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y a miembros del grupo yihadista Estado Islámico. Turquía considera a las YPG un grupo "terrorista", debido a sus vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que lleva a cabo una guerra de guerrillas contra Turquía.
Un pueblo sumido en el caos, acorralado por los enfrentamientos y ahora abandonado. "Nuestra misión es evitar la creación de una zona terrorista en nuestra frontera sur y traer paz a esta zona", explicó Erdogan. Concretamente, Ankara desea crear una "zona de seguridad" para los sirios refugiados en Turquía y separar la frontera turca de las posiciones de las YPG. "La zona de seguridad que vamos a crear va a permitir el retorno de los refugiados sirios (que se encuentran en Turquía, ndlr) a su país" agregó el mandatario. Prender fuego a la región Turquía ya llevó a cabo dos ofensivas en Siria. En una de ellas, a principios de 2018, su ejército y efectivos sirios retomaron el control del enclave kurdo de Afrin (noroeste). Según el diario turco Hürriyet, Turquía contempla en un primer momento tomar el control de una franja de territorio en la frontera, de 120 km de largo y de unos treinta kilómetros de profundidad, desde las ciudades de Tal Abyad hasta Ras al Ain. Con su decisión de seguir adelante con esta operación militar, Erdogan desoye las advertencias de la comunidad internacional. Este miércoles, el presidente ruso Vladimir Putin pidió en vano a su homólogo turco que reflexionara. Su ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, consideró que una ofensiva turca podría "prender fuego a la región". Desde Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pidió a Turquía que "detenga la operación" porque, a su juicio, "no traerá a buenos resultados".
La operación turca tampoco cuenta con el beneplácito de Washington. El presidente estadounidense Donald Trump, que pareció dar su visto bueno el domingo a esta operación turca y anunció la retirada de tropas de esta zona de Siria, rectificó y aseguró que Estados Unidos "no ha abandonado a los kurdos", que desempeñaron un papel crucial en la batalla que propició el fin del Estado Islámico.
3.6 millones de refugiados sirios en Turquía. El mandatario estadounidense amenazó con destruir "completamente la economía de Turquía" si esta "sobrepasaba los límites". En agosto, Estados Unidos impidió in extremis una ofensiva turca contra las YPG y propuso la creación conjunta de una "zona de seguridad", promesa que no ha llegado a concretarse. En Damasco, el gobierno sirio anunció este miércoles que frustrará cualquier ataque turco contra su territorio "por todos los medios legítimos" y denunció igualmente el refuerzo militar en la frontera. Resistencia contra Turquía Los kurdos del norte de Siria decretaron una "movilización general" de tres días e instaron a los habitantes de la región a la "resistencia" frente a Turquía. "Proclamamos un estado de movilización general durante tres días", anunció en un comunicado la administración semiautónoma kurda, que controla vastas regiones en el norte y noreste sirio. En el texto se instó al pueblo kurdo "a dirigirse hacia la zona fronteriza" para garantizar "la resistencia" y se señaló a Estados Unidos y a toda la comunidad internacional responsables en caso de "catástrofe humanitaria".
Desde el miércoles por la mañana, en Ras al Aín se apilaron neumáticos, listos para ser quemados en caso de ofensiva, y nublar así la visibilidad del atacante. Los estandartes de las YPG ondeaban a poca distancia de la bandera roja y blanca de Turquía, al otro lado de la frontera. Iniciada en 2011, la guerra en Siria causó más de 370.000 muertos y millones de refugiados.
Campamentos de refugiados en todo Medio Oriente por las sucesivas guerras. Los civiles son los mayores perjudicados. El petróleo detrás del fuego Ahora, algunos allegados a la Casa Blanca están seguros de que Trump es temerario y rápido a la hora de anunciar la retirada de tropas estadounidenses de Medio Oriente porque en el fondo sabe que ya no depende de Oriente para mantener a flote su economía. Desde que Estados Unidos comenzó a producir petróleo, tanto como para darse el lujo de guardarlo en reservas, está decidido a acabar con sus relaciones diplomáticas y comerciales con Medio Oriente. Sin embargo, otros aseguran que el presidente no se caracteriza por hilar tan fino y que más bien lo que esto demuestra es un mandatario con excesivo poder, que no piensa en las consecuencias, que no se deja asesorar y que no tiene ni idea de política exterior. En cualquier caso, para muchos Trump es ahora un gran traidor, que no solo pone en peligro al mundo, sino a la propia seguridad nacional de Estados Unidos al levantar peleas sin sentido con casi todos los países del globo. * Con información de AFP.