El presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, se dirigió al papis a través de un comunicado oficial bajo el cual pedía disculpas por el manejo de la crisis ocasionada tras la ola de sismos que azota a Turquía desde el terremoto del 6 febrero. Y es que la cantidad de muertes y pérdidas no es lo único que va en aumento, también asciende el descontento popular. Hoy más de 100 personas han sido detenidas este lunes en la capital de Turquía, Estambul, durante unas manifestaciones en protesta por la respuesta del Gobierno turco a los terremotos que ya suman más de 44.000 mil muertos en este país.
“Debido a los efectos destructivos de los temblores y las condiciones de tiempo desfavorables, durante los primeros días no llevamos a cabo los trabajos en Adiyaman con la eficiencia deseada”, dijo Erdogan, “pido perdón por ello”, agregó.
Erdogan se encuentra bajo una lluvia de críticas por varios motivos, no solo por su tardía y lenta respuesta a a la hora de enviar ayudas y personal de brigada para atender las emergencias generadas por los terremotos sino que además se le acusa de corrupción en los procesos de contratación para la construcción de edificios.
De acuerdo con cifras entregadas por el ministro de Interior Suleyman Soylu, a la emisora estatal TRT, tras los sismos al menos 600.000 mil apartamentos y 150.000 locales recibieron al menos daño moderado, y cada vez que tiembla se cae un nuevo edificio. Esto ha llevado a la población a preguntarse bajo que parámetros y revisiones se somete a los constructores para otorgarles un contrato.
La protesta del día de hoy, organizada por la Confederación de Sindicatos Progresistas de Turquía (DISK) y la Confederación de Sindicatos de Empleados Públicos (KESK), se centró en esto último. Los ciudadanos salieron a las calles con la intención de denunciar los recientes “informes de corrupción” a raíz de la ayuda humanitaria. El secretario general de la DISK, Fahrettin Engin Erdogan, se encuentra entre los más de 100 detenidos.
“La represión violenta de una manifestación sindical pacífica en Turquía es completamente inaceptable”, ha indicado la secretaria de la Confederación Europea de Sindicatos en un comunicado, Esther Lynch, tildando de “represión” la respuesta a la protesta pacífica.
Por otro lado, habitantes de varias zonas del país denuncian que las demoras en la atención se deben al porcentaje de apoyo al gobierno o a la oposición. De acuerdo con los ciudadanos, aquellas áreas donde el apoyo al gobierno no es tan fuerte y los partidos opositores tienen una buena porción del electorado a su favor, las ayudas se han demorado bastante o no han llegado.
Pero además, en estos días en medio de varios partidos de fútbol, hinchas asistentes al estadio han pedido a gritos la dimisión del presidente. Esto es curioso porque Turquía no es un país en el que los actos de protesta sean bien aceptados, y sus ciudadanos no son dados a hacerlo, sin embargo, en medio de la coyuntura, cada vez más ciudadanos salen a protestar.
De hecho, en el último partido del equipo Beşiktaş JK, los asistentes no solo gritaron pidiendo la renuncia del presidente, sino que llevaron peluches que lanzaron a la cancha al término del partido. Esto para que fueran donados a los miles de niños damnificados por los terremotos.
Esto se le suma al álgido clima electoral del país. Turquía tendrá elecciones presidenciales en cuatro meses, y el presidente Erdogan es candidato para reelección, por lo que el manejo de la crisis y las decisiones que tome ahora serán cruciales para determinar el rumbo político del país.