Estocolmo fue escenario de dos profanaciones recientes del Corán: la primera a fines de junio y la última el pasado jueves 20 de julio, ambas protagonizadas por un refugiado iraquí, Salwan Momika.
Momika pisoteó y rompió un ejemplar del libro sagrado, aunque sin prenderle fuego, como había amenazado que haría. La policía sueca había autorizado el acto en nombre de la libertad de reunión, aunque matizó que eso no significa que apruebe los actos del refugiado iraquí.
Estos incidentes han causado una grave crisis diplomática entre Suecia e Irak, que expulsó a la embajadora del país nórdico. También en dos ocasiones, los partidarios del clérigo Moqtada Sadr invadieron la embajada sueca en Bagdad, que fue incendiada poco antes del amanecer del mismo 20 de julio.
Un día después la embajada de Suecia en Irak fue temporalmente movida a Estocolmo por razones de seguridad, según lo confirmó el Ministerio sueco de Relaciones Exteriores, un día después de que la legación fuese incendiada por manifestantes.
Por otro lado, un pequeño grupo de manifestantes de extrema derecha prendió fuego a copias del libro sagrado del Islam, el Corán, frente a las embajadas de Egipto y Turquía en la capital de Dinamarca, Copenhague.
La manifestación antiislámica en Copenhague por parte de un grupo ultranacionalista de extrema derecha llamado Patriotas Daneses siguió a las quemas del Corán que el grupo realizó el lunes y la semana pasada frente a la embajada iraquí, según cuenta Al Jazeera.
Turquía dijo a principios de esta semana que condena enérgicamente lo que llamó un “ataque despreciable” contra el Corán y pidió a Dinamarca que tome las medidas necesarias para prevenir este “crimen de odio” contra el Islam.
Seguido a esto, según reporta la agencia Reuters, el ministro de relaciones exteriores de Turquía habría llamado telefónicamente al canciller de Dinamarca, Lars Lokke Rasmussen en el que expresaba su descontento por los ataques al Corán realizados en los últimos días.
Miles de personas denunciaron ayer viernes 28 de julio en Irak, Irán y Líbano una profanación del Corán en Suecia, que el jueves provocó el incendio de la embajada del país escandinavo en Bagdad y una grave crisis diplomática.
Convocadas por el influyente líder religioso iraquí Moqtada Sadr, cientos de personas protestaron en Bagdad tras la oración musulmana.
El Gobierno de Arabia Saudí convocó este viernes al encargado de negocios de Dinamarca en Riad para protestar por la reciente quema de un ejemplar del Corán a manos de un grupo de grupo de ultranacionalistas frente a la Embajada iraquí en la capital danesa, Copenhague.
El Ministerio de Exteriores saudí criticó en un comunicado publicado a través de su cuenta en Twitter lo que ha descrito como “acciones de un grupo extremista en Dinamarca” y ha cargado contra “los eslóganes de odio y racismo contra el islam y los musulmanes”.
La cancillería recalcó que Riad ha trasladado “una nota de protesta” al encargado de negocios danés que incluye “la demanda por parte del Reino para el fin de estos actos vergonzosos, que violan todas las enseñanzas religiosas, así como las leyes y normas internacionales”, al tiempo que mostró su “rechazo categórico a los actos que alimentan el odio interreligioso”.
La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el martes una resolución que condena todos los actos de violencia contra los libros sagrados, alegando que se trata de violaciones del Derecho Internacional, después de que se produjera una oleada de críticas desde países árabes y musulmanes hacia aquellos que han permitido la quema de ejemplares del Corán, como ha sido el caso reciente de Suecia y Dinamarca.
Previamente, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas había aprobado una resolución condenando la profanación del Corán y otros actos de odio religioso, a pesar de que varios países habían advertido de que el texto podía socavar la libertad de expresión, tras un debate urgente reclamado por Pakistán a raíz de la quema de una copia del Corán durante una manifestación celebrada en junio frente a una mezquita de Estocolmo.
Con información de AFP y Europa Press*