La oficina de Twitter en Bruselas, clave en la adopción de los cambios regulatorios de la Unión Europea en lo concerniente al discurso del odio y la desinformación, se ha quedado sin trabajadores después de que los dos últimos empleados decidieran marcharse.

El cierre de la oficina de Bruselas se da luego de los despidos hechos en las últimas semanas por el actual dueño y director ejecutivo de la plataforma, el magnate Elon Musk, que la dejó con solo dos empleados.

Estos dos últimos empleados se marcharon la semana pasada, en medio de la gran dimisión que siguió al ultimátum de Musk para que se adhirieran a la nueva política, que exigía el compromiso de trabajar más duro por la empresa, como han contado cinco personas conocedoras de estas marcha a Financial Times.

Aunque no está claro si se han ido de forma voluntaria, su marcha sentenció el cierre de una oficina que se entiende como vital para la adaptación de la plataforma a las normativas de la Unión Europea en materia de desinformación y el tratamiento del discurso del odio.

Una de esas normativas es la Ley de Servicios Digitales, la cual entró en vigor la semana pasada. De cumplimiento obligatorio para todas las plataformas en línea, busca “limitar la difusión de contenidos y productos ilícitos en línea, aumentar la protección de los menores y ofrecer a los usuarios más posibilidades de elección y mejor información”, como explicó la Comisión Europea.

Precisamente cuando Musk compró la plataforma, el comisario europeo de Mercado Interno, el francés Thierry Breton, le envió un mensaje al millonario. “El ave (Twitter) volará de acuerdo con nuestras [UE] reglas”.

Al mismo tiempo, la Comisión Europea dio a conocer que se registró un descenso en las operaciones de las plataformas digitales para frenar el discurso de odio en Internet, de acuerdo con la evaluación del informe anual del Código de Conducta contra este fenómeno.

Este año, el informe registró un retroceso en la lucha contra el discurso de odio en Internet y señaló que las empresas tecnológicas realizaron menos acciones para combatir esta cuestión. En concreto, señala una caída en el número de notificaciones revisadas por las empresas. Desde el 90,4 % en 2020, el 81 % en 2021, al 64,4 % de este año, siendo TikTok la única compañía que ha mejorado sus controles.

La retirada de contenido denunciado fue del 63,6 % también por debajo de los datos registrados en 2020, cuando se alcanzó la cifra récord del 71 %. En este apartado, solo YouTube mejoró sus controles en los últimos dos años, pero otras plataformas como Facebook y Twitter dieron pasos atrás en este aspecto.

En general, se retiró 69,6 % del contenido que alentaba a la violencia contra personas o grupos sociales y el 59,3 % de los casos en los que se usaba lenguaje difamatorio o imágenes para referirse a grupos sociales.

Eso sí, Bruselas constata una evolución positiva en la frecuencia y la calidad de los comentarios de las empresas a los usuarios, algo que la Comisión había pedido a las empresas que mejoraran en su informe del año pasado.

*Con información de Europa Press.