En el este, la batalla por Bajmut sigue activa tras un año. Los rusos, que tomaron en mayo la devastada y simbólica ciudad tras meses de sangrientos combates, están ahora a la defensiva. “En el sector de Bajmut, 3 km2 fueron liberados la semana pasada. En total, 40 km2 han sido ya liberados en el flanco sur del sector de Bajmut”, anunció Ganna Maliar, viceministra ucraniana de Defensa.
En el frente sur, donde las fuerzas ucranianas buscan los puntos débiles de las líneas de defensa rusas, formadas por campos de minas, trincheras y trampas antitanques, Maliar no dio detalles pero indicó progresos.
En la región de Jersón (sur), la viceministra informó de “acciones” de “ciertas unidades” ucranianas en la orilla oriental del Dniéper, donde el ejército ruso se retiró en noviembre de 2022, convirtiéndose el río en la línea del frente.
“No podemos dar detalles, pero llevamos a cabo estas acciones. Para consolidar hay que desalojar al enemigo y liberar el territorio”, añadió.
Necesidad de armas
Respaldada por una importante ayuda militar occidental, Ucrania lanzó en junio una gran contraofensiva para expulsar al ejército ruso de los territorios que ocupa. Kiev pasó meses preparando la operación, mientras que los rusos construyeron fuertes defensas que han dificultado el avance ucraniano, todavía modesto.
Los dirigentes ucranianos siguen diciendo que los combates son duros, pero que los primeros resultados están aquí y que necesitan más armas, especialmente de largo alcance, para atacar la retaguardia rusa y reconquistar el territorio.
“Contamos con que nuestros socios comprendan la situación y que es inaplazable” el envío de armas de largo alcance y de defensas antiaéreas, dijo el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, tras recibir el lunes al ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner. Rusia repite que la contraofensiva ya ha fracasado.
Moscú lanzó su propia ofensiva en el noreste, amenazando la ciudad de Kupiansk, liberada por Kiev en septiembre, y obligando a las autoridades ucranianas a evacuar decenas de pueblos en esta parte de la región de Járkov.
Este lunes, el ministerio ruso de Defensa afirmó que “los sistemas rusos de defensa antiaérea detectaron y destruyeron drones” atribuidos a Kiev “sobre el territorio de la región de Bélgorod”. “No hubo víctimas ni daños”, según Moscú.
Tensión en el mar Negro
Los bombardeos rusos destruyen diariamente restaurantes, hoteles y viviendas, dejando muertos y heridos. El lunes está previsto el entierro de un niño de ocho años que murió tras ser alcanzado por un bombardeo con un misil hipersónico Kinzhal, según Kiev, en la región de Ivano-Frankivsk (oeste), a cientos de kilómetros del frente y raramente bombardeada.
El importante puerto ucraniano de Odesa, en el mar Negro, fue atacado en la noche del domingo al lunes por quince drones y ocho misiles, según el mando operativo ucraniano. Derribados por la defensa antiaérea, sus restos dañaron un supermercado, dejando tres heridos según la misma fuente. Otros edificios y vehículos también sufrieron daños, según el ayuntamiento.
También en el mar Negro, Ucrania denunció el lunes los disparos de advertencia la víspera contra un carguero que iba al puerto fluvial de Izmail, una de las principales salidas de productos agrícolas ucranianos desde que Moscú puso fin en julio al acuerdo sobre las exportaciones de grano.
“Estas acciones muestran la política deliberada de Rusia de amenazar la libertad de navegación y la seguridad de la marina mercante en el mar Negro”, comunicó el ministerio ucraniano de Asuntos Exteriores.
Por otro lado, se dio a conocer que en la madrugada del lunes, Rusia llevó a cabo un nuevo ataque con drones y misiles dirigidos hacia la ciudad de Odesa, ubicada en la costa del Mar Negro en Ucrania. A pesar de haber sido interceptados, estos ataques han dejado al menos tres personas heridas.
*Con información de AFP.