El gobierno ucraniano prometió el domingo seguir combatiendo a las personas y entidades prorrusas que pretenden desestabilizar Ucrania, después de que el Reino Unido acusara a Moscú de querer instalar a un líder favorable en Kiev, en tanto Estados Unidos desaconsejó a sus ciudadanos viajar a Rusia y ordenó la salida de las familias de sus diplomáticos de Kiev.
“Nuestro Estado continuará su política de desmantelamiento de cualquier estructura oligárquica y política que pueda estar trabajando para desestabilizar Ucrania o ayudar a los invasores”, dijo a medios internacionales Mykhailo Podolyak, asesor del jefe de gabinete del presidente Volodimir Zelenski.
La secretaria británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, afirmó el sábado que Reino Unido posee informaciones fidedignas sobre maniobras de Moscú para “instalar un dirigente prorruso en Kiev”.
Según Rusia, la acusación británica es “absurda”. Los países occidentales acusan a Rusia de desplegar tanques, artillería y unos 100.000 soldados en la frontera con Ucrania para preparar un ataque.
Rusia niega cualquier intención bélica, pero condiciona la desescalada a tratados que garanticen la no expansión de la OTAN, en particular a Ucrania, así como la retirada de la Alianza Atlántica del este de Europa, algo que los occidentales consideran inaceptable.
‘Provocaciones estúpidas’
El Ministerio ruso de Relaciones Exteriores pidió al Reino Unido dejar de “difundir tonterías” y cesar “sus estúpidas provocaciones (...), muy peligrosas en la situación actual”.
Según el comunicado de la cancillería británica, los servicios de inteligencia rusos mantuvieron contactos con varios políticos ucranianos y “el exdiputado Yevhen Murayev es considerado como un dirigente potencial” de esta exrepública soviética.
En reacción a estas declaraciones, Murayev pidió dejar la división “entre prorrusos y prooccidentales” y subrayó que su país necesita “nuevos líderes políticos” guiados por “los intereses nacionales de Ucrania y del pueblo ucraniano”.
La diplomacia británica también mencionó otros nombres como el ex primer ministro Mykola Azarov, que huyó a Rusia junto al entonces presidente Viktor Yanukovic en 2014 tras un levantamiento popular.
Los otros son el ex jefe del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa Vladimir Sivkovich y el ex vice primer ministro Serhiy Arbuzov.
“Algunos de ellos están en contacto con agentes de los servicios de inteligencia rusos y actualmente implicados en la planificación de un ataque contra Ucrania”, denunció Reino Unido.
Después de las acusaciones, Estados Unidos manifestó de inmediato su preocupación. “El pueblo ucraniano tiene el derecho soberano de determinar su propio futuro, y respaldamos a nuestros socios democráticamente electos en Ucrania”, expresó la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Emily Horne, el sábado.
Washington ordenó el domingo a las familias de los diplomáticos estadounidenses en Kiev que abandonen el país “debido a la amenaza persistente de una operación militar rusa”.
El Departamento de Estado también desaconsejó a los ciudadanos estadounidenses viajar a Rusia “debido a la tensión en la frontera con Ucrania”.
Jornada de oración
El domingo, el papa Francisco dijo que seguía “con preocupación” las crecientes tensiones en Ucrania y convocó a una jornada de oración por la paz el próximo miércoles.
El sábado, el jefe de la Armada alemana, el vicealmirante Kay-Achim Schönbach, descalificó como “sinsentido” la idea de que Rusia pretenda invadir Ucrania. Sus comentarios, que van en contra de lo que piensa el gobierno alemán, provocaron una tormenta diplomática, por lo que tuvo que dimitir, según informó el Ministerio de Defensa.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, aseguró el domingo no tener “ninguna duda” sobre la determinación de Alemania frente a Rusia, al ser consultado por el canal NBC.
La acusación del Reino Unido se produjo apenas unas horas después de que el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, aceptara una invitación para reunirse en Moscú con su par británico, Ben Wallace, para hablar de la crisis en la frontera ucraniana.
La reunión bilateral sería la primera desde 2013. Francia pidió el domingo un diálogo directo entre la Unión Europea y Rusia sobre seguridad en Europa, según informó el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Clément Beaune.
Beaune insistió en que no es razonable hablar de una posible invasión ya que la vía diplomática para resolver las tensiones sigue su curso.
Los jefes de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, y estadounidense, Antony Blinken, se reunieron el viernes en Ginebra para tratar de rebajar las tensiones en la frontera ruso-ucraniana y acordaron proseguir sus conversaciones “francas” esta semana.
*Con información de AFP