Estados Unidos anunció -este miércoles- un nuevo paquete de asistencia militar para Kiev valorado en 300 millones de dólares (271 millones de euros), que incluye municiones para sistemas de lanzacohetes múltiples estadounidenses Himars.
“Este último paquete ayudará a Ucrania a continuar defendiéndose con valentía frente a la guerra brutal, no provocada e injustificada de Rusia, que podría terminar su guerra hoy. Hasta que lo haga, Estados Unidos y nuestros aliados y socios permaneceremos unidos con Ucrania, durante el tiempo que sea necesario”, ha sentenciado en un comunicado el secretario de Estado, Antony Blinken.
En concreto, la Administración Biden ha autorizado la trigésimo séptima retirada de equipo de los inventarios del Departamento de Defensa, un paquete que, además de municiones para Himars, incluye misiles de 155 milímetros, así como rondas de artillería, también del mismo calibre.
Asimismo, en la lista de armamento también hay misiles con seguimiento óptico, sistemas antiblindaje AT-4 y Carl Gustaf, así como cohetes Hydra-70, armas pequeñas, camiones y remolques para equipo militar pesado o municiones para obstáculos, entre otros.
“Estados Unidos continuará trabajando con sus aliados y socios para proporcionar a Ucrania la capacidad de satisfacer sus necesidades inmediatas en el campo de batalla y sus requisitos de asistencia de seguridad a largo plazo”, ha señalado en un comunicado el Pentágono.
Urgente: Moscú acusa a Ucrania de utilizar drones para intentar asesinar a Vladimir Putin. Alerta en el mundo
Rusia aseguró este miércoles 3 de mayo que derribó dos drones ucranianos supuestamente dirigidos contra el Kremlin y denunció un intento de asesinato contra el presidente Vladimir Putin.
“Dos drones dirigidos al Kremlin” fueron desactivados “gracias a la utilización de sistemas de radar”, según la presidencia rusa. “Vemos estas acciones como un intento de acto terrorista y un atentado contra la vida del presidente”, añadió.
“Como resultado de las adecuadas acciones del Ejército y los servicios especiales (...), los aparatos han sido puestos fuera de servicio”, puntualizó el Kremlin antes de añadir que “no hay víctimas ni daños materiales como resultado de la caída de fragmentos en los patios” del recinto.
En medio de las tensiones, el alcalde de Moscú, Sergei Sobianin, anunció en su cuenta de Telegram una prohibición del uso de drones, “a excepción de los utilizados por decisión de las autoridades (...). La medida ha sido adoptada para evitar el uso no autorizado” de esos elementos, lo que podría dañar “los trabajos de las agencias de seguridad”, enfatizó.
Poco después Kiev rompió el silencio y rechazó los señalamientos. “Ucrania no tiene nada que ver con los ataques con drones contra el Kremlin”, dijo Mijailo Podoliak, consejero presidencial. “Ucrania no ataca al Kremlin porque, por empezar, eso no resuelve ningún problema militar”.
Rusia y Ucrania siguen en una constante disputa, en la que ninguna de las partes ha dado muestras para retomar una ruta cuya salida diplomática a la crisis sea la que predomine. Por el contrario, los enfrentamientos y acusaciones mutuas continúan ocupando el primer plano, a más de un año desde que se agudizó el conflicto.
El gobierno de Vladimir Putin ha denunciado múltiples agresiones con este tipo de artefactos contra aeródromos y otros objetivos, particularmente en áreas aledañas a la frontera con Ucrania. Las acusaciones han tenido mayor constancia en los últimos meses, en el marco de la invasión a su país vecino en lo que asegura es una “operación especial”.
Entre tanto, el portavoz del Kremlin, Dmitro Peskov, rechazó una estimación de Estados Unidos sobre la cifra de bajas que habrían sufrido los militares rusos durante los últimos cinco meses. El número se sitúa en 100.000, 20.000 de las cuales corresponden a uniformados muertos.
Con información de Europa Press