Las autoridades ucranianas tienen previsto evacuar el lunes más civiles de la ciudad de Mariúpol, luego de que decenas fueron puestas a salvo después de pasar semanas atrapadas bajo el intenso fuego ruso, en un complejo siderúrgico del estratégico puerto.
La planta ha enfrentado un bloqueo ruso desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero, con historias conmovedoras sobre las condiciones brutales en Mariúpol, en una guerra que ha dejado miles de muertos y millones de desplazados.
La ONU anunció el domingo que en el complejo siderúrgico se ejecuta “una operación de paso seguro”, y Kiev afirmó que unos 100 civiles fueron evacuados de la planta de acero. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) participa del operativo.
El Ministerio ruso de Defensa señaló que fueron 80 los civiles evacuados y que “quienes deseaban salir a zonas controladas por el régimen de Kiev fueron entregados a representantes de la ONU y el CICR”.
Ni la ONU, ni el CICR, han dicho a cuántos civiles transportaron y no quedó claro por qué los dos bandos dieron cifras diferentes.
En su mensaje diario al país, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, exaltó el éxito de la operación y anunció más evacuaciones el lunes.
“Hoy finalmente logramos iniciar la evacuación de la gente de Azovstal”, declaró en el video, señalando que deben llegar el lunes a Zaporiyia, bajo control ucraniano.
“Por primera vez hubo dos días de verdadero alto el fuego en este territorio. Más de cien civiles han sido evacuados”, agregó.
Una informe noticioso ruso cifró en 500 el número de civiles que permanecen en la planta.
El ministerio ruso confirmó previamente que los civiles se irían, y divulgó un video que muestra vehículos y autobuses transitando de noche marcados con una “Z”, la letra utilizada por las fuerzas rusas en el conflicto.
Temor constante
Esas fuerzas continuaron el domingo su empuje en el este de Ucrania, matando a ocho civiles en ataques con misiles en Donetsk y Járkov, indicaron los gobernadores de esas regiones.
Moscú concentró sus esfuerzos en la parte oriental del país, en particular la región de Donbás, que incluye a Donetsk y Lugansk, luego de fracasar en el intento de tomar la capital Kiev en las primeras semanas de la guerra.
Lyman, un centro ferroviario, podría ser la próxima ciudad en caer a manos del ejército ruso tras el retiro de las fuerzas ucranianas.
Las fuerzas rusas parecieron lograr avances notables alrededor de esa localidad, indicó el domingo un equipo de AFP en la zona.
Otras tres personas murieron en el bombardeo de áreas dentro y alrededor de Járkov, la segunda ciudad ucraniana, dijo en Telegram el gobernador regional Oleg Synegubov.
El ejército ucraniano se retiró también de Járkov y situó sus tropas en posiciones periféricas, según periodistas de la AFP que visitaron la ciudad recientemente.
Rusia ha buscado afianzarse en las áreas bajo su control, y el domingo comenzó a circular en la región de Jersón la moneda rusa, el rublo, inicialmente junto a la grivna ucraniana.
“Comenzando el 1 de mayo nos trasladaremos a la zona del rublo”, indicó Kirill Stremousov, administrador civil y militar de Jersón, citado por la agencia estatal rusa RIA Novosti.
Dijo que la grivna podrá ser usada durante un período de cuatro meses, pero que luego “pasaremos completamente a pagos en rublos”.
En el frente oriental, las fuerzas rusas, apoyadas en el uso masivo de artillería, han avanzado de forma lenta pero sostenida.
Pero las fuerzas ucranianas también recapturaron algunos territorios los últimos días.
Una de las zonas recuperadas del control ruso fue la localidad de Ruska Lozova, que según los evacuados estuvo ocupada por dos meses.
“Fueron dos meses de un miedo terrible. Nada más, un miedo terrible y constante”, declaró a la AFP Natalia, de 28 años, tras ser evacuada de Ruska Lozova.
Kiev admitió que las fuerzas rusas capturaron varios poblados en la región de Donbás y pidió a las potencias occidentales más armas pesadas para apuntalar sus defensas en la zona.
“Todos entienden que debemos resguardar la línea aquí”, declaró a la AFP el teniente Yevgen Samoylov, de la Brigada 81, cuando su unidad salía de la línea de combate cerca de la localidad de Sviatogirsk.
“No podemos dejar que el enemigo se acerque. Tratamos de retenerlo con toda nuestra fuerza”, agregó.
“No se dejen intimidar”
Las potencias occidentales han buscado aumentar la presión sobre Rusia, al continuar su asalto sobre Ucrania. Fuentes dijeron el domingo a la AFP que la Unión Europea (UE) propondrá un prohibición por fases de la importación de petróleo ruso como parte de sus sanciones contra Moscú.
La Comisión Europea, en representación de la UE, prepara actualmente el texto que podría ser sometido el miércoles a los 27 países del bloque, según diplomáticos.
Varios diplomáticos dijeron que la prohibición del petróleo ruso fue posible luego de un cambio de postura de Alemania, que había resistido la medida por considerarla potencialmente dañina para su economía.
En tanto, la líder de la cámara baja estadounidense, Nancy Pelosi, se reunió el sábado con Zelenski, siendo el más alto cargo de Washington en visitar Kiev desde el inicio de la guerra.
“No se dejen intimidar por matones”, dijo a periodistas el domingo en una conferencia de prensa en Rzeszow, en el sur de Polonia, tras salir de Ucrania.
Prometió aprobar el paquete de ayuda por 33.000 millones de dólares en armas y ayuda que anunció el presidente Joe Biden la semana pasada.
Rusia, a su vez, ha buscado formas de responder a la creciente presión internacional.
El líder de la cámara baja del Parlamento, Vyacheslav Volodin, sugirió que Moscú tome bienes rusos de países considerados hostiles. “Es justo tomar medidas recíprocas”, aseguró.
Por ser una noticia de interés mundial, todo el contenido sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania será de libre acceso para nuestros lectores en todas las plataformas digitales de SEMANA.
Con información de AFP