La semana anterior se cumplió un año desde el inicio de la guerra en Ucrania, un conflicto bélico que ha centrado la atención y preocupación de los demás países del mundo respecto a las consecuencias que día tras día se conocen sobre el conflicto, y la expectativa frente a eventuales acuerdos o acciones que finalmente deriven en el fin de la confrontación que cada vez escala más y genera una incómoda tensión en el resto del orbe.
Si bien de momento se ha dicho por parte de los expertos y analistas internacionales que estamos ante una guerra de desgaste, que será ganada por el que logre resistir más en un contexto en el que la financiación y las reservas son claves, las recientes declaraciones entregadas por el jefe de inteligencia de Ucrania presentan un nuevo panorama.
Las declaraciones en cuestión fueron conocidas el pasado jueves, 2 de marzo, y fueron emitidas por un alto mando militar en Ucrania, más precisamente el mayor general Kyrylo Budanov, quien actualmente se desempeña como jefe de inteligencia, quien advirtió que se avizora en el futuro próximo una batalla definitiva entre Rusia y Ucrania que seguramente puede definir el futuro del diferendo internacional.
Lo anterior, según Budanov, porque si bien Rusia se ha mostrado internacionalmente fuerte con una invasión y toma de terrenos que se prolonga por más de un año, en la práctica se encuentra reducida y ad portas de comenzar a evidenciar una crisis de capacidades de batalla en tanto sus “herramientas militares”, referidas a municiones y capacidad militar, se han visto mermadas.
Según el experto, si bien Rusia había estado barajando un gran ataque para conmemorar el año de la toma territorial del 24 de febrero de 2022, las capacidades venidas a menos se lo impidió, refiriendo a una tropa desmoralizada y sin motivaciones por seguir peleando una guerra que deja miles de muertos de los dos bandos, mientras que en las altas esfera del poder siguen insistiendo en seguir recrudeciendo los ataques.
Para Budanov, los rusos han “desperdiciado enormes cantidades de recursos humanos, armamentos y materiales”, lo cual se ha reflejado en su economía, que además del gasto militar se ha visto golpeada por las sanciones internacionales.
Así, el militar ucraniano apuntó que se agota el tiempo para Rusia, y que si ese país no alcanza su cometido ahora, más adelante tampoco lo hará en tanto se ha enrolado en una confrontación que ha supuesto un importante desgaste para su pie de fuerza y sus capacidades militares que poco a poco se ven más mermadas.
Las declaraciones de Budanov fueron entregadas al medio estadounidense Usa Today, reconociendo que parte de la tropa rusa estaría desmoralizada e intentando deponer las armas para poner fin a la guerra.
El experto también afirmó que si bien internacionalmente Rusia ha intentado mostrar un plan de largo aliento en materia de capacidades bélicas, en realidad sus recursos se están mermando y cada vez son más escasos.
En ese sentido, para la inteligencia ucraniana, la próxima ofensiva que adelante Rusia y la forma en la que Ucrania pueda reaccionar a ella, será clave, en tanto podrían estar en juego los últimos recursos y, por ende, su resultado marcaría una senda sobre el desenlace de la confrontación.
Según medios internacionales, Estados Unidos, uno de los principales aliados y proveedores de Ucrania en su campaña de resistencia, es consciente de esta realidad, por lo que teme que Rusia pueda adelantar nuevas mordidas en el ajedrez geopolítico y de alianzas, buscando que China se convierta en su proveedor de armas, lo que ocasionaría en efecto que la guerra pueda pasar a otros niveles y el tablero de la guerra pueda cambiar, incluso con la llegada de nuevos actores interviniente que harían que el conflicto ascienda a otro nivel.
Como parte de su análisis, el jefe de la inteligencia ucraniana no hizo mención de la posibilidad que tendría Rusia de recurrir a armas nucleares, lo que no se descarta, e incluso se teme en el marco del reciente abandono del tratado Start con Estados Unidos.
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