La invasión de las tropas rusas en Ucrania está dejando consecuencias nefastas. Las autoridades ucranianas estiman que más de 2.500 personas han fallecido, solo en la ciudad de Mariúpol, desde el inicio del conflicto bélico que desató Vladimir Putin el pasado 24 de febrero.
El asedio de las tropas rusas a esta ciudad ucraniana es brutal. La ofensiva ha dejado la zona sin suministros básicos, causando graves inconvenientes a los ciudadanos, según denunciaron recientemente organizaciones internacionales en defensa de los Derechos Humanos.
Un asesor de la Presidencia ucraniana, Oleksiy Arestovych, aseguró a la agencia de noticias UNIAN, citado por Europa Press, que la ciudad Mariúpol “resiste” a los ataques rusos, que han alcanzado también infraestructuras civiles, pero “el número de víctimas entre los ciudadanos crece”.
La viceprimera ministra de Ucrania, Irina Vereshchuk, destacó este lunes 14 de marzo que las autoridades “intentarán una vez más desbloquear finalmente el movimiento de un convoy humanitario con comida y medicinas entre Berdiansk y Mariúpol”, según recogió el portal de noticias Ukrinform.
Por su parte, el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, recordó a todas las partes que deben anteponer la situación humanitaria por encima de cualquier consideración de carácter bélico. “Los habitantes de Mariúpol viven en una pesadilla que dura semanas”, lamentó Maurer en un comunicado de prensa enviado a los medios.
El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja exigió que se garanticen los suministros básicos, también la comida y el agua, después de que tanto el CICR como Médicos Sin Fronteras (MSF) alertaron de condiciones precarias, con personas obligadas incluso a recoger nieve para poder beber. El CICR se ofreció como intermediario para evitar una tragedia aún mayor.
La toma de Mariúpol, a orillas del mar de Azov, es estratégica para los intereses militares de las fuerzas rusas, ya que podrían conectar por tierra la península de Crimea y las regiones del este de Ucrania que controlan desde el año 2014 los rebeldes separatistas.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó este lunes 14 de marzo un total de 31 ataques contra centros sanitarios desde el inicio de la invasión de Rusia en Ucrania, con el resultado de 12 muertos y 34 heridos, de los cuales ocho de los heridos y dos de los muertos eran trabajadores sanitarios.
“La OMS condena enérgicamente los actos de violencia contra la asistencia sanitaria. Cada uno de los ataques priva a las personas de servicios que salvan vidas. Los ataques a la asistencia sanitaria son violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos”, señala la OMS en un comunicado.
Desde que comenzó la ofensiva militar rusa en Ucrania, la OMS está trabajando para garantizar un flujo constante de suministros sanitarios, de modo que los países vecinos dispongan de la infraestructura para atender las necesidades de los refugiados, así como para apoyar al sistema sanitario de Ucrania para que pueda satisfacer las necesidades sanitarias inmediatas de sus ciudadanos.
El número actual de personas afectadas en Ucrania se estima en 18 millones, de los cuales 6,7 millones son desplazados internos. Casi tres millones de personas han huido del país.
“Las cadenas de suministro se han visto gravemente interrumpidas. Muchos distribuidores no están operativos, algunas reservas son inaccesibles debido a las operaciones militares, los suministros de medicamentos se están agotando, y los hospitales tienen dificultades para atender a los enfermos y heridos”, explicó el organismo sanitario de Naciones Unidas.
La OMS también está colaborando con sus socios para paliar la escasez de equipos y medicamentos como oxígeno e insulina, material quirúrgico, anestesia y equipos de transfusión para recoger, analizar y transfundir sangre de forma segura.
Generadores de oxígeno, generadores para mantener el suministro eléctrico en los centros sanitarios afectados, desfibriladores, monitores, medicamentos para anestesia, sales de rehidratación, gasas y vendas son algunos de los suministros médicos que la OMS y sus socios están enviando a Ucrania para salvar vidas y mantener los servicios sanitarios.
*Con información de Europa Press.
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