Al menos una de cada seis escuelas apoyadas por el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) en el este de Ucrania han sufrido daños o han quedado directamente destruidas, entre ellos el único centro gestionado por dicha agencia en la localidad de Mariúpol.

Solo en la última semana los ataques han afectado a dos escuelas y, en total, ya son 15 los centros dañados, de un total de 89. En todo el país son cientos de instalaciones que han sufrido el impacto directo del conflicto o han sido reconvertidas para otros usos, también como refugios o con fines militares.

El representante de la Unicef en Ucrania, Murat Sahin, ha comparado el actual escenario con la “esperanza” que supuso para muchos niños el inicio del curso escolar, después de la parálisis derivada de la pandemia de la covid-19.

Lejos de este optimismo inicial, “cientos de niños han sido asesinados y el año escolar termina en medio del cierre de las aulas debido a la guerra y la destrucción de las instalaciones educativas”, ha lamentado el representante.

Unicef ha mencionado que, para la infancia, la escuela es más que un mero centro de aprendizaje. Sahin ha advertido que “garantizar el acceso a la educación puede marcar la diferencia entre una sensación de esperanza o desesperación para millones de niños”, algo “crucial” para el futuro de estos menores y también para el del conjunto de Ucrania.

“A pesar del horror de la guerra, se ha realizado un trabajo impresionante para garantizar que los niños puedan seguir aprendiendo”, ha resaltado Sahin. Unicef ha reconvertido en algunas zonas sus trabajos, por ejemplo, para llegar a quienes permanecen refugiados en las estaciones de metro de Járkov.

Sin embargo, el representante de la organización ha apuntado que este tipo de iniciativas solo son provisionales y que “la lucha debe detenerse para que las aulas puedan reconstruirse y las escuelas puedan ser lugares seguros y divertidos para aprender nuevamente”.

Médicos del Mundo preocupados por la salud mental de la población ucraniana

Médicos del Mundo han alertado sobre la salud mental de la población ucraniana por la guerra con Rusia, que alcanza su día 70 de conflicto, especialmente por los casos de las personas desplazadas “que son los más vulnerables”, debido a que necesitan el apoyo y ayuda de sus cuidadores para sobrevivir.

“Se debe prestar especial atención a familias monoparentales, menores, personas de edad avanzada, las personas con alguna enfermedad crónica, personas con discapacidad intelectual y sobre todo las personas con trastorno de salud mental, porque son las más vulnerables y porque necesitan el apoyo y la ayuda de sus cuidadores para poder sobrevivir”, ha señalado Ricardo Angora, coordinador de salud mental de Médicos del Mundo en la emergencia en Ucrania.

Autoridades han denunciado el uso de los abusos sexuales como táctica de guerra por parte de tropas rusas. | Foto: AP Foto/Alexei Alexandrov

La organización insiste en que las personas desplazadas son las más afectadas por el conflicto, a nivel mental, porque aunque han huido a zonas más seguras, son lugares desconocidos para ellas, en los que tienen que sobrevivir sin apenas recursos, buscar alojamiento, alimentarse, etc. “Empezar de cero con la cabeza y el corazón rotos, con la incertidumbre de no saber si algún día volverán a su ciudad y verán a los suyos. A estas personas se suman las refugiadas, que tratan de rehacer sus vidas en otro país”, lamenta Médicos del Mundo.

Uno de los principales problemas que se han encontrado los profesionales de la psicología es la falta de cultura de ir a terapia en Ucrania. “Durante los primeros días tuvimos casos en los que nos acercamos a la gente y dijimos ‘somos psicólogos y queremos ayudar y respondían que no querían’”, ha revelado Denis Humenny, psicólogo de crisis y voluntario de la organización Ucrania Unida.

“La gente se siente avergonzada de pedir apoyo, porque hasta hace dos meses tenían sus propias casas, sus trabajos, su vida, y ahora solo experimentan la pérdida: pérdida de familia, de bienes, todo lo que solían hacer y amaban. Viven con incertidumbre, con ambigüedad y sin saber cómo arreglar sus vidas. Es muy difícil adaptarse a una nueva vida, porque todo está arruinado”, ha explicado la técnica de Médicos del Mundo, Hanna Lehkova, como profesional sanitaria, pero también como ucraniana que ha tenido que huir.

*Con información de Europa Press.

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