Un nuevo revés ha dado el gobierno ugandés, que ha mantenido su intención a toda costa de promover la polémica ley “anti LGBTI”, y que a pesar de las presiones de la comunidad internacional en su contra, este martes 2 de mayo el parlamento de Uganda informó que finalmente aprobó la normativa.
Al parecer, el órgano legislativo indicó que, tras volver a revisar la medida, se llegó finalmente a la aprobación de la ley, revisión que había pedido el presidente del país, Yoweri Museveni, quien devolvió el documento al Parlamento para continuar con la intención de que sí o sí se promulgara la polémica normativa.
Pues bien, tras una votación casi unánime -con tan sólo uno de los parlamentarios votando en contra-, la medida pasó y ahora deberá ser firmada o vetada por Museveni, quien se ha hecho parte de su fama a nivel mundial por las declaraciones al respecto de esta ley.
“África debería proporcionar el liderazgo para salvar al mundo de esta degeneración y decadencia que es realmente muy peligrosa para la humanidad. Si las personas del sexo opuesto dejan de apreciarse mutuamente, ¿cómo se propagará la raza humana?”, fue una de las intervenciones del presidente ugandés, mensaje recogido por la cadena de radiodifusión pública UBC, en contra de la homosexualidad.
Por su parte, la presidenta de la Cámara, Annet Anita Among, aprovechó para anunciar el paso de la norma y afirmó que “tenemos una cultura que proteger, occidente no mandará en Uganda”, según informa el periódico Daily Monitor, haciendo referencia a la oposición de la comunidad internacional sobre la ley.
¿Qué penalizará ahora Uganda?
Los cambios implican que sólo se penalizarán los “actos” o la “promoción” de actividades homosexuales y no la orientación sexual en sí, como había solicitado el presidente, unos cambios que no acallarán las críticas de las organizaciones internacionales de Derechos Humanos, que se han pronunciado en contra de la medida.
Por otro lado, no han hecho otro de los cambios que solicitaba el presidente, que pedía revisar el castigo del delito de ‘homosexualidad agravada’ -cuando implica a menores o hay lazos familiares-, que se mantendrá como un delito capital con posible pena de muerte.
Sí se ha eliminado un apartado que castigaba con hasta seis meses de cárcel a quienes no notifiquen a las autoridades supuestos actos de homosexualidad, y se mantienen las penas de hasta 20 años de cárcel por “promocionar la homosexualidad”.
La ley, que persigue también a periodistas, cineastas o empresas a las que se les considera responsables de alguna forma de fomentar la homosexualidad, ha recibido todo tipo de críticas a nivel internacional, pero tanto Museveni como el Parlamento han dejado claro que no tomarán decisiones en función de estas opiniones.
Incluso, a inicios del mes anterior, el presidente ugandés también felicitó a los parlamentarios ugandeses por apoyar el proyecto de ley anti-LGBTI y prometió no permitir “la promoción y publicidad de la homosexualidad”, que no será “tolerada” en el país africano.
Oposición internacional
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, expresó que dicha legislación es “una de las peores de este tipo en el mundo”. En su opinión, supondría una “carta blanca” para la “violación sistemática” de los Derechos Humanos y alimentaría el odio social.
Naciones Unidas ya venía detectando un aumento del discurso de odio contra la población LGTBI y se ha hecho eco de un estudio de un grupo de la sociedad civil que denunciaba que, solo en febrero, se produjeron más de 110 incidentes contra esta comunidad, desde detenciones a desahucios, pasando por abusos sexuales o vejaciones públicas.
Otra reacción ante las medidas y declaraciones fue la de Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, quien declaró lo siguiente vía Twitter: “la Ley Anti-Homosexualidad aprobada por el Parlamento de Uganda socavaría los derechos humanos fundamentales de todos los ugandeses y podría revertir los avances en la lucha contra el VIH/SIDA”.
*Con información de Europa Press.