La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) anunció este viernes que se alcanzó un acuerdo sobre un impuesto de sociedades del 15 % a nivel mundial para las multinacionales a partir de 2023, que recibió el respaldo de 136 países.
El pacto buscará redistribuir a todo el mundo más de 125.000 millones de dólares de beneficios a unas 100 multinacionales que son las más grandes y rentables del mundo, según anunció la Ocde.
La medida, que ya venía cocinándose en la sede de la organización en Paris desde hace varios meses, recibió su impulso decisivo con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, gracias a un acuerdo que acabó de perfilarse este viernes.
“El acuerdo de hoy representa un logro único en una generación para la diplomacia económica. Hemos convertido las incansables negociaciones en décadas de mayor prosperidad”, se felicitó la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen.
Si bien 136 países aprobaron la iniciativa, hubo cuatro naciones que dieron su no. Se trata de Kenia, Nigeria, Pakistán y Sri Lanka-- y en la recta final consiguió los apoyos de Irlanda, Estonia y Hungría.
El apoyo de Irlanda representa un punto importante para el acuerdo ya que Dublín acoge las sedes europeas de los gigantes norteamericanos de internet como Facebook, Google y Apple, ya que cuenta con uno de los impuestos de sociedades más bajo del mundo, en el 12,5%.
“Todos los países del G20″, “todos los de la Unión Europea” y “todos los de la OCDE” han dado su visto bueno a la propuesta, que se presentará a fines de mes a los mandatarios del G20 en Roma, celebró el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.
Las bases del acuerdo
La decisión y el acuerdo se basa en dos estructuras fundamentales, uno de ellos es la imposición de un impuesto mínimo del 15% para las empresas con más de 750 millones de euros anuales (867 millones de dólares) de facturación. Para lograr el apoyo de Irlanda, se eliminó la referencia a “al menos” un 15% de la propuesta inicial.
El otro pilar busca que los ingresos abonados por las grandes empresas lleguen a los países donde obtienen sus ingresos y no donde tienen su sede social, limitando así las controvertidas prácticas de optimización fiscal.
De acuerdo con la Ocde, la medida aplica para las multinacionales cuya facturación mundial supere los 20.000 millones de euros (unos 23.000 millones de dólares) y cuya rentabilidad sea superior al 10%. Se gravarán así el 25% de los beneficios en este apartado.
“Pedir a las grandes empresas que paguen la cantidad correcta de impuestos no es sólo una cuestión de finanzas públicas. Es sobre todo una cuestión de equidad básica”, reaccionó la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que llamó a implementar el pacto.
Sin embargo, no todo fueron felicitaciones. Para las oenegés y los economistas, a este pacto, apoyado por las economías que representan más del 90% del PIB mundial, le falta ambición para acabar realmente con la desigualdad.
Según Oxfam, con un tipo impositivo del 15%, los dos tercios de los ingresos fiscales adicionales beneficiarán sobre todo a los países ricos del G7 y de la UE. Las naciones más pobres recuperarían menos del 3%.
Además, “en el último minuto se ha añadido un colosal período de gracia de 10 años al impuesto de sociedades global del 15%”, lamentó Susana Ruiz, responsable de esta organización para políticas fiscales.
El jueves, cuando ya se vislumbraba el pacto, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz ya lamentó que el acuerdo no responda a las inquietudes de los países en desarrollo y de los países emergentes. El economista abogaba por un tipo mínimo del 25%.
*Con información de AFP