Rusia y Ucrania alcanzaron un acuerdo para canjear 48 niños desplazados por la guerra, al término de un encuentro entre responsables de Moscú y Kiev en Catar, informó el miércoles la comisionada rusa para la infancia, Maria Lvova-Belova. En total “29 niños regresarán a Ucrania y 19 a Rusia”, declaró ante la prensa la responsable desde Doha, sin dar más detalles sobre los menores concernidos.
Como el presidente ruso Vladimir Putin, Lvova-Belova es objeto de una orden de arresto desde 2023 por parte de la Corte Penal Internacional (CPI) por deportar a miles de niños ucranianos a Rusia. En marzo, cuatro niños ucranianos fueron repatriados de Rusia, ya con la mediación de Doha, tras otra operación similar en febrero que implicaba a 11 menores.
Estos últimos meses, Catar ha actuado como intermediario en el tema complejo de la repatriación de niños ucranianos presentes en el territorio ruso desde febrero de 2022. Kiev estima que al menos de 20.000 menores ucranianos fueron deportados a Rusia desde la zonas ocupadas en dos años, pero el total podría ser mucho más elevado, ya que esta cifra sólo incluye a los niños identificados oficialmente.
Casi 400 de ellos fueron repatriados por las autoridades ucranianas. La CPI emitió en marzo de 2023 una orden de arresto contra Putin y Lvova-Belova por su implicación directa en la “deportación” de niños ucranianos hacia Rusia desde febrero de 2022.
Rusia niega las acusaciones y asegura que protege a los menores de los combates. También dice estar dispuesta a entregarlos a sus familias en Ucrania y estas lo piden. Las autoridades rusas también han explicado que han puesto en marcha un programa especial para recibir a estos niños, algunos de los cuales son enviados a campamentos donde se hace hincapié en la educación patriótica.
Aunque Rusia no es miembro de la CPI, Putin se ve limitado en sus viajes internacionales por esta amenaza de arresto en el extranjero.
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