Sebastian Harris, el hombre más joven en realizado una inmersión para conocer los restos del Titanic, contó recientemente al diario británico The Sun, que durante la exploración llegó a perder el conocimiento y afirmó que hay una naturaleza “inherentemente peligrosa” de un viaje como estos.

El joven es hijo del líder de una expedición al Titanic, G. Michael Harris y tenía apenas 13 años en 2005, cuando él, su padre y un piloto se adentraron en las profundidades del mar, para conocer los restos del naufragio más famoso del mundo.

El Titán, el sumergible que desapareció el domingo pasado con cinco tripulantes, que habrían muerto por una implosión debido a la presión del agua subterránea, no contaba con ninguna certificación y de hecho fue descrito por el propio CEO de Oceangate, Stockton Rush, como algo experimental. | Foto: AFP

“Durante nuestra inmersión, tuvimos un pequeño problema de seguridad. De repente, nuestros niveles de oxígeno comenzaron a caer y me quedé inconsciente mientras nos zambullíamos”, contó Harris a The Sun, en una entrevista realizada durante las horas en las que aún se realizaba la búsqueda del sumergible Titán de la empresa OceanGate, que partió el domingo pasado al mar y perdió contacto con el exterior a menos de dos horas de su salida.

El manejo

Harris contó que fue solamente él quien perdió la consciencia, lo que les permitió a los adultos en ese momento seguir al frente de la misión: “Afortunadamente, mi padre y nuestro piloto no experimentaron el mismo problema; de lo contrario, podría haber sido fatal y, afortunadamente, teníamos medidores de oxígeno dentro del submarino, que mostraban niveles de oxígeno más bajos de lo normal. Así que lo pusimos en marcha y luego volví, contó a The Sun.

Sebastian Harris es hijo del líder de una expedición al Titanic, G. Michael Harris y tenía apenas 13 años en 2005, cuando él, su padre y un piloto se adentraron en las profundidades del mar. | Foto: Imagen https://www.facebook.com/gmichaelharris Facebook

Harris afirma que estas aventuras están sujetas a que suceda este tipo de cosas: “este tipo de problemas pequeños pueden ocurrir y ocurren con regularidad, por lo que la certificación y la seguridad de estos vehículos es tan importante” dijo.

El Titán, el sumergible que desapareció el domingo pasado con cinco tripulantes, que habrían muerto por una implosión debido a la presión del agua subterránea, no contaba con ninguna certificación y de hecho era descrita por el propio CEO de Oceangate, Stockton Rush, como algo experimental, Rush fue uno de los tripulantes que falleció.

Harris cuenta que aunque en su caso la historia tuvo un desenlace feliz, el riesgo es alto, más cuando se trata de un niño o una niña: “Estas actividades son intrínsecamente peligrosas. Un niño de 13 años realmente no tiene un sentido de su propia moralidad, así que yo era felizmente ignorante hasta cierto punto, pero en diferentes circunstancias eso podría haber terminado en tragedia”, afirma.

Harris, quien habló con The Sun antes de que se supiera del desenlace de la nave, afirmó durante la entrevista que el Titán de OceanGate Expeditions, probablemente había sufrido una implosión catastrófica durante su descenso, matando a todos los que estaban a bordo al instante, días después se confirmó que así sucedió.

OceanGate existía desde 2009, pero los recorridos a los restos del Titanic se realizaban desde 2021, con un sumergible que fue criticado por muchos conocedores en la industria de las exploraciones, por sus materiales y la seguridad frente a la presión del agua profunda.

Un ex empleado de OceanGate Expeditions había advertido desde hace años al propio CEO Stockton Rush, quien murió en el submarino, y a otros ejecutivos de la compañía, sus preocupaciones por la seguridad del Titán, pero estas fueron ignoraradas.

Record

Harris viajó con su padre al fondo del mar, a más de 3.900 metros debajo de la superficie del Océano Atlántico Norte, en ese momento el vehículo fue un sumergible ruso Mir II.

En total el viaje duró 12 horas, cerca de seis de esas 12 horas, fueron usadas para explorar los restos del naufragio del Titanic, por lo cual esa exploración se ganó un lugar en el Libro Guinness de los récords mundiales.