Tres días después de que Marruecos se viera estremecido por el terremoto de 7 puntos en la escala de Richter que devastó algunas regiones del país, el peor de su historia, se siguen conociendo más relatos del horror que vivieron sus habitantes en esos breves pero devastadores instantes.

Tayeb ait Ighenbaz es el ejemplo de cómo una tragedia de esta índole puede orillar a una persona a una cruel disyuntiva.

Residente en los montes Atlas, el marroquí le contó a la prensa que se sintió muy atormentado cuando, todo sucedió, pues le tocó escoger entre salvar a sus padres o a su hijo.

En el momento del sismo, Tayeb estaba en un día común y corriente con su esposa, sus dos hijos y sus padres en su pequeña casa de piedra.

Al hombre se le quedó grabado en la memoria lo rápido que pasó todo y tiene muy nítida la imagen de su madre esperando a que su papá saliera de su habitación durante el temor, pues estaba durmiendo.

Rescatistas trabajan en zonas destruidas tras el sismo de 6.8 de magnitud que ha matado a más de 2,100 personas. | Foto: AFP or licensors

Atrapados bajo una enorme losa

Tayeb ayudó a salir a su esposa y a uno de sus hijos y volvió a la vivienda para rescatar a sus padres y a su otro pequeño.

Fue allí cuando se vio en el dilema que jamás habría querido enfrentar: rescatar al niño de 11 años o a sus progenitores.

Pero como la emergencia no daba espera decidió salvar al menor primero, cuya mano podía ver entre los escombros. Tuvo que cavar apresuradamente hasta que logró extraerlo con vida.

Ahora, pensó, podría proceder con papás, pero la dureza de las circunstancias le impidió tener un final feliz en medio de la debacle, porque ellos estaban atrapados debajo de una enorme losa.

“No pude ayudar a mis padres porque el muro cayó sobre la mitad de sus cuerpos. Es muy triste. Vi morir a mis padres”, dijo desconsolado el hombre ante los reporteros que se han volcado a Marruecos para cubrir la catástrofe.

Juan Pablo Arbeláez, el colombiano que sobrevivió a la tragedia. | Foto: Anadolu Agency via Getty Images/ Archivo persona Juan Pablo Arbeláez

“La sacudida fue tremenda”

De otro lado, también se conoció la historia de Juan Pablo Arbeláez, un colombiano que llegó a Marruecos pensando que asistiría a una conferencia de la UNESCO como motivo central del viaje y terminó viviendo lo que él mismo describe como “el día más miedoso de mi vida”.

Arbeláez es uno de los colombianos que sobrevivió al terremoto que estremeció al país del norte de África el pasado 8 de septiembre y que ya ha cobrado las vidas de más de 2.500 personas.

Como se lo contó a Noticias Caracol, en principio, no sintió pánico, pues, como se recuerda, varios temblores de tierra se han presentado en los últimos meses en Colombia.

Sin embargo, llegó un momento es que no le quedó duda de que aquello no era un simple temblor sino un terremoto.

“Cuando empezaron a caerse las cosas, las lámparas empezaron a estallar, la sacudida fue tremenda”, recordó el manizaleño sobre la terrible experiencia.

El rey Mohammed VI reunido con los funcionarios encargados de atender la emergencia en el Palacio Real de Rabat. | Foto: ap

El sismo del siglo

En efecto, el que ya es considerado en Marruecos como “el sismo del siglo”, fue tan fuerte (7 puntos en la escala de Richter), que dejó sumidas en escombros a lugares como la turística Marrakech y su área circundante.

“Sonó un estruendo durísimo y era que una casa se había venido abajo, la tienda del frente quedó totalmente tapada. La gente salió corriendo, llorando, gritando, hay mucho nerviosismo colectivo, muchas horas sin poder descansar”, le explicó Arbeláez al canal colombiano.

En cuanto a lo que pasaba por su mente en esos instantes breves pero intensos, Juan Pablo dijo: “En esos segundos lo único que hice fue orar y pensar en mi hijo. Y me decía ‘yo no puedo quedar bajo unos escombros aquí tan lejos, no puede ser hoy’. El día más miedoso de mi vida, realmente esa adrenalina que lo embarga a uno, el mismo susto lo hace a uno tomar decisiones buenas y no tan buenas”.

Una opinión que seguro comparten muchos otros sobrevivientes de la tragedia, que, en medio de todo, se pueden preciar de no figurar en la lista de más de 2.500 muertos en que ya va el conteo realizado por el ministerio del Interior marroquí.

Las órdenes del rey

Luego de una reunión con varios funcionarios, el rey Mohammed VI, quien ejerce funciones ejecutivas y un poder casi que absoluto, ordenó acelerar las labores de búsqueda, en aras de asegurar el salvamento de personas que permanezcan malheridas en medio de las ruinas.

El monarca también tomó otras disposiciones de urgencia, como el aprovisionamiento de agua potable en las zonas afectadas y el pronto restablecimiento de los servicios públicos.

En un país que atravesaba una situación económica delicada, Mohammed VI también ha instado a que las actividades comerciales retomen su curso.

En cuanto a las labores de rescate, se sabe que se han visto obstaculizadas por la dificultad para acceder a zonas montañosas aisladas, aunque en las últimas horas se han reportado avances al respecto.

En medio de la tragedia, sin embargo, también se han dado señales esperanzadoras.

El diario local Le Matin, titula este lunes “Terremoto en Marruecos: una ola de solidaridad ciudadana espontánea”, para referirse al modo en que, tanto los nativos del país, como los residentes de otros lugares y turistas, se han volcado en tenderles la mano a los damnificados.

“Me entristece mucho ver los daños, pero también me alegra ver la solidaridad. Durante mi viaje a Tahanaout y Amzmiz vi cientos de autos cargados con productos alimenticios que llegaban de todas partes. (Vi) mujeres, hombres y niños que acudían espontáneamente para llevar un poco de consuelo a los vecinos”, declaró el camarógrafo Aissa Saouri, quien está cubriendo la emergencia para el diario.