Desde hace siete meses, el mundo geopolítico ha estado marcado por la guerra en Ucrania, y la Asamblea General de la ONU de este año no fue la excepción. Nueva York se convirtió en un escenario de críticas contra Vladímir Putin y su régimen en un mundo que reclama paz.
En materia internacional, el gran discurso llegó del presidente estadounidense, Joe Biden, que acusó a Rusia de querer acabar el “derecho a existir de Ucrania”. Así mismo, aseguró que la guerra fue decisión de un solo hombre. “Putin asegura que él tenía que actuar, porque Rusia estaba siendo amenazada. Nadie amenazó a Rusia. Nadie más que Rusia fue la que buscó el conflicto”, dijo.
Acerca de un posible final de la guerra, Biden dijo que no puede ser bajo cualquier condición que quiera el Gobierno ruso. “Queremos que se ponga fin a esta guerra, pero en términos justos, con los que todos estemos de acuerdo; uno no puede apoderarse del territorio de otro país a la fuerza: el único país que lo obstaculiza es Rusia”.
Así mismo, Biden propuso una reforma al Consejo de Seguridad de la ONU, no solo para evitar los abusos de Rusia que impiden que se opere contra ellos el derecho al veto, sino para darles una mayor inclusión a países que no tienen presencia, como algunos de Latinoamérica, el Caribe y África, y prometió que apoyará que tengan una mayor representación en el futuro.
De igual manera, a la voz de Biden se sumaron las de varios representantes de otras naciones, como la nueva primera ministra del Reino Unido, Liz Truss; el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller de Alemania, Olaf Scholz, que, funcionando como un bloque de potencias europeas, condenaron nuevamente a Rusia y a sus acciones en Ucrania.
Pero Rusia no se quedó callada y, con la representación de su canciller, Sergéi Lavrov, justificó las acciones del régimen de Putin. Manifestó que Volodímir Zelenski había convertido a Ucrania en un Estado totalitario y nazi que oprimía a la población de habla rusa, por lo que dijo que la invasión en el país era algo inevitable.
Además, el canciller ruso acusó a Occidente de encubrir los crímenes del Ejército ucraniano en la guerra. “Estados Unidos y sus aliados, con la connivencia de las organizaciones internacionales de derechos humanos, han estado cubriendo los crímenes del régimen de Kiev”, dijo ante los informes de torturas y asesinatos a inocentes de las tropas de Rusia.
Pero todo lo concerniente a la visita de Lavrov en Nueva York fue muestra de la exclusión que vive Rusia desde que se inició la guerra en Ucrania. Su visa fue tramitada por semanas y solo hasta último minuto recibió el aval de los Estados Unidos para el viaje, el cual duró más de 12 horas porque tiene prohibido pasar por espacio aéreo de la Unión Europea, el Reino Unido y Canadá.
Pero la mayor muestra del carácter de los rusos es que Lavrov tuvo una fugaz aparición. Solo llegó para pronunciar su discurso en el Consejo de Seguridad y, una vez terminó, se retiró del recinto. No escuchó ninguna intervención anterior ni posterior a la suya, para evitar los ataques y reclamos de los miembros del Consejo contra Rusia y Vladímir Putin. Todo en medio de un ambiente lleno de tensión.
¿Latinoamérica Unida?
Lo que más sorprendió a varios espectadores de la Asamblea fue ver a la totalidad de los mandatarios latinoamericanos mostrando las mismas preocupaciones y haciendo peticiones conjuntas para solucionar los problemas que aquejan al mundo y a la región: la seguridad alimentaria y la paz en Ucrania.
El más destacado en su intervención fue el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. “Estas medidas han dañado la recuperación económica y han amenazado los derechos humanos de las poblaciones vulnerables, incluidos los países europeos”, declaró con respecto a los riesgos para el mundo de la guerra en Ucrania.
Pero así mismo, el mandatario aprovechó para hacer campaña a poco más de dos semanas de las elecciones presidenciales en su país. Según Bolsonaro, su gobierno logró “desterrar la corrupción de la izquierda” y afirmó que eso pertenece al Brasil del pasado. También aprovechó la Asamblea para hablar de los logros de su administración, lo cual le valió duras críticas en su país.
Otro que supo ser protagonista fue el mandatario chileno, Gabriel Boric, que a modo de reflexión admitió los errores que ha tenido su gestión. “No soy quién para dar lecciones sobre cada uno de los problemas que vive el mundo convulso en el que habitamos”, dijo reconociendo el malestar de su pueblo por el sistema de salud, el pensional, las deudas estudiantiles y la desigualdad.
Así mismo, se sumó a las voces de los mandatarios que condenaron el conflicto en Europa. El joven presidente chileno instó a los países a “realizar las acciones necesarias para detener la injusta guerra de Rusia sobre Ucrania”. Además pidió que la justicia social se ejecute en todo el planeta.
Atrás no se quedó el presidente peruano, Pedro Castillo, quien pidió, al igual que el mandatario de Bolivia, Luis Arce, que se realicen diálogos de paz entre Rusia y Ucrania para detener el conflicto. Así mismo, pidió que Palestina sea independiente de Israel y que Argentina tenga jurisdicción sobre las Islas Malvinas.
Sobre los problemas de seguridad alimentaria, el polémico mandatario del Perú pidió “respetar el derecho humano a la alimentación”, ante lo que recalcó la necesidad de “dar continuidad al acuerdo que permite la exportación de cereales ucranianos (...) y las exportaciones de fertilizantes, cuya carencia está agobiando a los agricultores más pobres del mundo en desarrollo”.
Otro de los destacados en este grupo fue el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien dijo que no cree que nada que venga de la ONU pueda asegurar el final de la guerra en Ucrania, pero que anhela que esta llegue pronto. “Creo que esto es cien presidentes hablando, cada quien diciendo lo que quiere, y al final el resultado será nada”.
Además, Bukele criticó fuertemente a las potencias y organizaciones mundiales que cuestionan sus métodos para combatir la delincuencia en El Salvador. “Si no quieren ayudar, que no estorben”, dijo arremetiendo contra los principales países del mundo. “Vine hasta acá para pararme en este pódium en un formato en el que ya no creo, para decir algo que lo más probable es que de todas maneras no cambie la forma en que los países poderosos ven a los demás”, dijo.
En cuanto a temas pactados, lo principal fue lo anunciado por el presidente Biden, que afirmó que los Estados Unidos donarán 2.900 millones de dólares para abordar la seguridad alimentaria mundial, algo que fue aplaudido por todo el mundo. Mientras tanto, inician seriamente aires de cambio en cosas tan importantes como el Consejo de Seguridad, aunque eso es algo que aún tomará tiempo.