En medio de una boda que se estaba celebrando en la provincia de Nangarhar, al este de Afganistán, un niño de 13 años detonó explosivos que llevaba consigo. La detonación dejó a cinco personas muertas y otras 11 heridas, según informaron las autoridades de esa zona del país medio oriental.  Entre las persomnas que confirmaron los hechos, está Ataluah Khogyani, portavoz del gobierno de Nangarhar. Le dijo a la AP que "los hechos ocurrieron hacia las 08H00: un kamikaze se hizo estallar en una ceremonia de casamiento".  El gobernador del distrito de Pachiragam, donde se produjo el ataque, dio cuenta por su parte de "14 muertos y 14 heridos en un casamiento", agregando que el balance no es definitivo. Los talibanes negaron estar detrás del atentado. Entre los fallecidos estaba Malik Toor, comandante de una milicia pro-oficialista que había organizado la boda, dijo el policía Fayz Mohammad Babarkhil. Las autoridades sospechan que Toor era el blanco del ataque que ocurrió en el distrito Pachirwa Agham de la provincia Nangarhar, en el este del país. Le puede interesar: Yihadistas sin patria: Los huérfanos de la guerra Nadie se ha atribuido el atentado, pero los talibanes dijeron que no tuvieron nada que ver, según un comunicado que ese grupo subió a su sitio web. Además, en Nangarhar, cerca de la frontera con Pakistán, están implantados otros grupos insurgentes, entre ellos el Estado Islámico (EI), autor de varios ataques sangrientos en los últimos años, pero tampoco afirmaron tener relación con los hechos.