Desde el pasado 16 de diciembre, Wendy Hellem Sandom Herrera, una peruana de 33 años, había sido reportada como desaparecida en México, país en el que vivía desde hacía diez años.

Este viernes la mujer fue hallada sin vida, de acuerdo con el diario La República de Perú. Su cuerpo estaba desmembrado y oculto dentro de unas bolsas, en un terreno baldío del estado de Tlaxcala, al este del país.

Su pareja, el principal sospechoso

La pareja que tenía la peruana al momento de su muerte es el principal sospechoso del crimen y se encuentra actualmente detenido, sospechoso de feminicidio.

De acuerdo con La República de Perú, las autoridades cuentan con unas cámaras de vigilancia que captaron cómo la pareja de Wendy, de nombre Darío, salió en días recientes con bolsas negras sospechosas, las que subió a al baúl de su carro antes de partir.

Sus familiares habían denunciado la desaparición ante la Fiscalía General del Estado de Puebla.

Víctima, madre de tres hijos

Sandom Herrera era empresaria y vivía en México desde hacía diez años, país donde migró justamente para cumplir con ese sueño de emprendimiento, fue en México donde creó su propia marca de estética, Hellen Sandon Studio, un negocio que ofrecía variedad de servicios estéticos.

Recientemente habían publicado en las redes sociales del negocio información sobre una nueva sucursal que abrirían, la cuarta: “Próxima inauguración, plaza opera, local 1-19, sonata”, decía el mensaje, con la invitación a usar el servicio de balayage, una técnica de coloración de pelo.

Posteriormente se publicaron imágenes de la inauguración, con fotos de la entusiasta empresaria. Al día siguiente la mujer desapareció. Desde entonces la familia de la joven madre y empresaria dejó de tener comunicación con ella.

La mujer deja tres hijos, dos de ellos de un matrimonio anterior con un estadounidense.

Estafa

Justo días antes de su desaparición la mujer había publicado información quejándose de un perfil falso, que la acusaba de estafa.

La empresaria habría demostrado que la foto de perfil de la cuenta que estaba acosándola había sido bajada de Google y recibió el respaldo de muchas personas que conocían su negocio.

“Utilizar mi imagen, mi nombre, y mi negocio para difundir información falsa se puede constituir en daño moral, me queda claro que este no es el medio para resolverlo, pero si los tribunales, en los cuales confío“, escribió la mujer, el pasado 13 de diciembre, en sus redes, en un mensaje en el que mostraba que la foto de perfil de la supuesta usuaria aparecía en la búsqueda de Google al ingresar la palabra “mujeres”.

En sus redes podía verse que la empresaria gestionaba con gran acogida su negocio. “Lo bueno de este ‘chisme’ que aumenten tus seguidores, padrísimo lo qué haces, me daré mi vuelta!”, escribió una usuaria refiriéndose al tema de la supuesta estafa. “Pero que gusto que no existe publicidad mala para quienes conocemos el buen trabajo y el actuar de todo el equipo. Estamos contigo y además los perfiles se ven completamente falsos”, anotó otra cliente.