La astronomía, la ciencia que estudia el comportamiento, composición y formación de cada uno de los objetos en el universo avanza a pasos agigantados para darle respuestas a varias incógnitas puntuales muy importantes para la humanidad como el origen del universo, y su posible destrucción, además de seguir buscando vida inteligente en el firmamento para demostrar así que los humanos no son la única civilización en el espacio.

Sin embargo, a pesar de lanzar las miradas hacia el espacio exterior en búsqueda de agujeros negros, exoplanetas y demás elementos astronómicos, dentro del Sistema Solar existen varios misterios por resolver, y algunos de ellos son enfocados hacia la luna, el satélite natural de la Tierra, el cual anualmente se aleja entre 3 y 4 centímetros del planeta.

La carrera espacial en 2023 sigue estando focalizada en la conquista de la luna. | Foto: AFP or licensors

La luna: un lugar lleno de enigmas

Recientemente se conoció una investigación realizada por científicos de la Universidad de Hawái, en la cual se aseveró que las ondas de electrones que recibe la luna de parte del sol y la Tierra han contribuido a la formación de hielo en su superficie, lo que daría respuesta al misterioso origen del agua en la luna.

Esta conclusión fue expuesta en la revista Nature Astronomy, en donde se aseveró que una “fuerza misteriosa” sigue aportando a la creación de casquetes de hielo en la superficie de la luna proveniente del sol y de su vecina, la Tierra.

Por su parte, el científico Shuan Li, de la Universidad de Hawái, declaró a medios locales que “los descubrimientos relacionados con los polos lunares oxidados indican una fuerte conexión entre la Tierra y su Luna en aspectos que aún no comprendemos por completo”, reseño Canal26.

Asimismo, el experto fue enfático al decir que: “Este escenario proporciona un laboratorio natural para investigar los procesos de formación de agua en la superficie lunar. Cuando la Luna se encuentra fuera de la cola magnética, su superficie es bombardeada por el viento solar. Anteriormente, se creía que la generación de agua era casi inexistente en esta región”, lo cual marca un precedente en la comunidad científica.

La luna ha sido la compañera de la Tierra desde los inicios del sistema solar. | Foto: Restringido

Esta teoría se basa en que las ondas de electrones entran en contacto indirectamente con la luna desde el sol y la Tierra. Luego, estas partículas impactan la superficie del satélite cuando la luna entra y sale de la cola magnética de la Tierra, y dentro de esta cola, se encuentra una lámina de plasma formada por electrones e iones altamente cargados, los cuales son extraídos de la atmósfera de la Tierra y la radiación del viento solar.

Un análisis impactante

Sin embargo, los análisis sugieren que, además del viento solar, demás factores podrían tener un protagonismo en la formación del agua en la luna, como una hipótesis que enfatiza en que los electrones de alta energía pueden estar interactuando con el suelo lunar, liberando así hidrógeno encapsulado el cual se combina para formar agua.

La luna se ha convertido en un lugar muy codiciado para adelantar programas científicos nacionalistas. | Foto: ricardoreitmeyer

De igual manera, Li precisó que: “En la cola magnética, pueden existir procesos adicionales de formación de agua, o fuentes de agua nuevas que no están directamente relacionadas con la implantación de protones del viento solar. Específicamente, la radiación de electrones de alta energía parece tener efectos similares a los de los protones del viento solar”, enfatizando en la idea de que no todo puede deberse al viento solar.

Esta misión, que buscaba inicialmente la presencia de agua en la luna, se convirtió en la primera que alunizó en el extremo sur de este cuerpo rocoso, el cual se dio luego de exitoso alunizaje de la sonda india Chandrayaan-3, en donde se declaró que, durante los primeros días de la misión asiática se logró encontrar azufre en el terreno, confirmando las teorías planteadas antes de darse ese suceso.