El pasado jueves 2 de febrero, Estados Unidos anunciaba el descubrimiento de un globo en la atmósfera. Al poco tiempo, se supo que era propiedad de China, mientras que se acusaba a la nación asiática de estar espiando territorio norteamericano, por lo que a los pocos días fue derribado por un misil de un caza F-22 después de que este atravesara el país de occidente a oriente.

Pero desde que fue derribado este globo, la situación solo ha empeorado a medida que se saben más detalles del espionaje encabezado por China y de las acusaciones que han llegado desde cada bando, esto a pesar de la negación de Pekín al inicio de la crisis. “El globo es de China y es de naturaleza civil, utilizado para investigación científica, como asuntos meteorológicos”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de Xi Jinping.

A pesar de esto, Estados Unidos se mantuvo en su idea de que China estaba espiando Norteamérica y violando su soberanía. En primer lugar, confirmaron que había otro globo sobrevolando Suramérica y que, además, son varios los incidentes similares que el Pentágono registró durante el Gobierno de Donald Trump. Esto llevó a que muchos se preguntaran por qué esta información fue escondida durante tanto tiempo.

Donald Trump y el globo chino derribado este sábado en los EE. UU. | Foto: Getty Images y AP, respectivamente.

Para la inteligencia estadounidense, China usa estos globos para vigilar sitios estratégicos del país como instalaciones militares, así como también el aparato era capaz de interceptar comunicaciones, esto según la última revelación que hizo el Departamento de Estado, después de que se recuperaran los restos del dispositivo en medio del mar de la costa este.

Aun así, Estados Unidos confirmó que el globo no representa ningún peligro militar para la nación ni ninguna amenaza de alguna manera; igualmente, afirma que China no podría recopilar mucha más información con estos aparatos que la que podría tener con satélites espías u otros medios que posee el país asiático. Al mismo tiempo, ratificó que más países han sido víctimas de esta estrategia, que se habría extendido a todos los continentes del planeta.

El Gobierno de Estados Unidos mantiene abiertas las líneas de comunicación con China. Así, ha asegurado que después de que fuera tomada la decisión de derribar el globo chino, las autoridades estadounidenses se comunicaron directamente con las chinas. | Foto: REUTERS

“El globo era capaz de realizar operaciones de recopilación de inteligencia de señales”, asimismo, este aparato chino ya había sobrevolado “más de 40 países en los cinco continentes”, según las declaraciones de un alto funcionario del Departamento de Estado, que confirmó que era usado para espionaje.

Las tensiones han ido en aumento, ya que el secretario de Estado, Antony Blinken, canceló su viaje a China después del incidente del globo y no hay, hasta el momento, una nueva fecha programada. De igual manera, Biden hizo mención al episodio durante su discurso del estado de la Unión: “Si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger a nuestro país. Y lo hicimos”, dijo, entre aplausos, el mandatario.

Desde Pekín han rechazado las declaraciones del Gobierno estadounidense, al que acusan de exagerar, manteniéndose en su teoría del globo meteorológico extraviado, pero sí rechazaron el derribo del aparato, pidiendo que Washington “se abstenga de tomar nuevas medidas que perjudiquen los intereses de China” y que dicha crisis ha “perjudicado gravemente los esfuerzos de ambas partes por estabilizar las relaciones sino-estadounidenses”, según el viceministro chino de Relaciones Exteriores.

Un portavoz del Ministerio de Exteriores chino aseguró que "el globo es de China y es de naturaleza civil, utilizado para investigación científica, como asuntos meteorológicos. | Foto: REUTERS

A las posturas sobre el conflicto en Ucrania, la guerra comercial, el boicot político, se suma el episodio de los globos espías. Todo termina sumando para que la relación entre ambas potencias se siga deteriorando con el pasar de los días. Un ejemplo de ello es que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, intentó llamar a China para hablar sobre el escándalo del espionaje en busca de respuestas, pero le colgaron la llamada.