Tras el último ataque perpetrado por Rusia en la región de Lugansk, al este de Ucrania, justamente bajo una escuela en la que se encontraban civiles refugiados y que dejó unas sesenta personas heridas, el fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) emitió un comunicado en el que rechazaba el bombardeo ruso.

“Unicef condena enérgicamente un nuevo ataque contra una escuela en Ucrania, en medio de informes que indican que civiles, incluidos niños, habían buscado refugio en el búnker del colegio”, comenzó sentenciando la organización con las palabras de la directora ejecutiva, Catherine Russell, haciendo referencia a los menores de edad que también se encontraban refugiados en la escuela.

Entre tanto, la organización recalcó que todavía no se conoce la cifra de menores de edad que pudieron haber sido víctimas del bombardeo, pero aseguraron que este ha sido uno de los grupos afectados en la guerra rusa contra Ucrania.

“Todavía no sabemos cuántos niños pueden haber muerto o resultado heridos en el bombardeo del que se ha informado, pero nos tememos que este ataque acaba de sumar más víctimas a los cientos de niños que ya han perdido la vida en esta guerra”, añadió la directora.

Unicef insistió en que estos lugares no deberían ser un objetivo militar, ya que el ataque de civiles es considerado una violación al derecho internacional humanitario, en cualquiera de los contextos; la organización recalcó que esta constituía una continua actuación de ataque a personas vulnerables de Rusia hacia los ucranianos.

“Las escuelas nunca deben ser atacadas ni utilizadas con fines militares... Atacar a civiles e infraestructuras civiles, incluidas escuelas, es una violación del derecho internacional humanitario”, afirmó la directora en su comunicado.

Y concluyó, “este último ataque es solo uno de los muchos casos en esta guerra en los que hemos visto un flagrante desprecio por las vidas de los civiles”, haciendo referencia a los múltiples bombardeos que ha perpetrado el Ejército ruso centros de refugiados ucranianos.

“Las bombas cayeron sobre la escuela y, lamentablemente, quedó completamente destruida”, dijo el gobernador regional Sergei Gaidai en su cuenta de Telegram. “Había 90 personas en total. Se salvaron 27″, afirmó.

“Lo más probable es que sesenta personas que estaban en la escuela hayan muerto”, agregó, y señaló que la temperatura se había elevado mucho en el lugar de la explosión.

“A los servicios de emergencia les fue imposible trabajar durante la noche debido a los ataques. Habrían tenido que iluminar el lugar, lo que habría atraído más bombardeos”, dijo el funcionario. Las operaciones de rescate siguieron este domingo, agregó

Los equipos de rescate también estaban buscando supervivientes en la vecina localidad de Shepilivka, donde un ataque alcanzó una casa en la que estaban 11 personas, dijo.

“Hay ahí más posibilidades de que la gente haya sobrevivido”, dijo el gobernador, al explicar que las personas se encontraban en un sótano y que se trató de fuego de artillería, no de una bomba.

Las autoridades de Ucrania informaron este viernes que cerca de 225 niños han muerto desde el inicio de la ofensiva militar rusa, desencadenada el 24 de febrero, por orden del presidente Vladimir Putin; la Fiscalía ucraniana ha señalado, en un mensaje en su cuenta en Telegram, que hasta la fecha se ha confirmado el fallecimiento de 223 menores y otros 408 han resultado heridos en el marco de las hostilidades.

“Estas cifras no son finales, ya que el trabajo está en marcha en lugares de hostilidades activas y en los territorios temporalmente ocupados y liberados”, afirmó el organismo de control, antes de subrayar que la provincia de Donetsk (este) es la que acumula un mayor número de víctimas, con 139 entre muertos y heridos.

*Con información de Europa Press y AFP.

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