En el marco de una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, citada este jueves por Francia y México, delegados de la Unicef, elevaron su voz de preocupación frente a la situación que se vive a actualmente en Europa por cuenta de los actos bélicos que se desarrollan en Ucrania, donde tropas usurpadoras rusas, y miembros de la resistencia ucraniana adelantan férreos enfrentamientos por el control territorial.
En ese sentido, una de las aristas del problema que fue expuesta por los delegados del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) se refirió a las acciones hostiles que se adelantan, por parte de los bandos, contra las edificaciones de las escuelas allí existentes, reclamando el cese de los bombardeos que se ejercen sobre estas.
De igual modo, la Unicef, a través de uno de sus altos funcionarios, Omar Abdi, también denunció la forma en la que estas edificaciones, construidas con fines escolares, en ocasiones han sido empleadas con fines militares, expresando su repudio ante esta práctica.
De acuerdo con los datos expuestos por ABDI, y recogidos por medios internacionales,” hasta la semana pasada, al menos 15 de las 89 escuelas apoyadas por Unicef en el este de Ucrania habían sido dañadas o destruidas desde el inicio de la guerra”.
Lo anterior traduce en la afectación de uno de cada cuatro escuelas en ese país, repudiando a demás otros de los efectos que deja esta cruenta guerra, recrudecida desde la ocupación militar rusa, el pasado 24 de febrero, contra la población infantil de ese país.
En cuanto a los ataques contra la infraestructura educativa en Ucrania, el alto funcionario de Unicef expresó que estos han sido realizados empleando artillería pesada, ataques aéreos y otras armas explosivas”. En ese sentido, la preocupación de Unicef también se traduce en lo que ello significa en términos de riesgos para la comunidad, en tanto las escuelas generalmente están ubicadas en áreas altamente pobladas.
Sobre el uso indebido de las instalaciones educativas, la Unicef también condenó que estas hubiesen sido tomadas en algunas ocasiones con fines militares, y que hubieran servido como refugio, y lugar de abastecimiento y bodega de las tropas beligerantes.
En ese sentido, miembros del Consejo de Seguridad como los citantes México y Francia, advirtieron que, tanto el uso indebido de las escuelas, como el ataque de estas, son ‘violaciones flagrantes’ al Derecho Internacional Humanitario, y como tal deben ser sancionadas.
A los llamados del cese de operaciones y beligerancia en Ucrania, se sumó el embajador francés ante la ONU, Nicolás de Rivière, quien afirmó que las tropas rusas han sido reiterativas en la comisión de delitos contra la humanidad, denunciado la frecuente información sobre muertes de civiles, entre los que se cuenta una alta cantidad de niños.
Pese a la existencia de fehacientes pruebas de la ocurrencia de estos atentados contra la humanidad, los representantes del gobierno ruso en dicho espacio, incluido su embajador Vasili Nebenzia, han elevado voces de descontento frente a lo denunciado, calificando los señalamientos de “absurdos”.
En contraposición, el delegado ruso afirmó que, contrario a los señalamientos que pesan en contra del Ejército de su país, Rusia ha desplegado esfuerzos para apoyar a las poblaciones infantiles en la región del Donbás, afirmando que contrario a las versiones que muestran a los enviados de Moscú como victimarios, son las tropas ucranianas las que libran una serie de atropellos marcados en la guerra civil desatada en la zona desde 2014.
En ese sentido, el diplomático ruso advirtió que es necesario que, desde la educación, se brinde una versión real de los hechos a las nuevas generaciones, denunciando que los libros de texto con que se educa a los menores sólo plantea la ‘verdad ucraniana’ del conflicto.
Desde la representación ucraniana, por su parte, se abogó porque desde los escenarios multilaterales se propenda por condiciones óptimas para la reunificación de los millones de familias que han resultado desintegradas por efecto de la guerra, y la monumental ola de migrantes que se ha desprendido del deseo de huir de la violencia coyuntural que azota a Ucrania.
El delegado ucraniano, también denunció la ocurrencia de presuntos atropellos de parte de las tropas rusas, refiriendo que estos son responsables de secuestrar niños para ser llevados ilegalmente a Rusia, y entregados a familias de ese país para educarlos bajo su cultura, creencias y pensamiento.
En ese sentido, otras de las denuncias elevadas en dicho espacio, se refiere a la instalación de minas de parte del Ejército ruso en inmediaciones de centros poblados, situación que ha impedido el regreso de miles de ciudadanos que, tras el repliegue ruso en algunas regiones, ha intentado regresar a casa para comenzar con la reconstrucción de su país.
Dichos campos minados, además, han limitado la acción de los organismos multilaterales que han llegado al territorio para entregar ayudas humanitarias, pues estos campos minados representan también un riesgo para dichos funcionarios.
*Con información de AFP.
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