Durante la jornada del jueves 11 de mayo, el parlamento de la Unión Europea (UE) votó a favor de la limitación del uso de la Inteligencia Artificial (IA) en el continente, sin dejar de incentivar la innovación en esa área.
La inteligencia artificial es una tecnología que en el último tiempo ha captado la atención del público y en especial para las empresas. Sus aplicaciones y alcances han despertado la curiosidad del mundo, a tal punto que es catalogada como una revolución tecnológica por el factor innovador que trae.
No obstante, al igual que otras herramientas, ha presentado desafíos y riesgos por el uso negativo empleado. La IA ha permitido mejorar en varios aspectos de la vida cotidiana, como lo es en la medicina con la detección de enfermedades. Sin embargo, ha habido casos mediáticos con manejos mal intencionados que implican una problemática seria.
En ese orden de ideas, la UE tomó cartas en el asunto para ser regulada e impedir que los aciertos se ven opacados por prácticas negativas.
Los diputados de las comisiones de Libertades Civiles y de Protección solicitaron prohibiciones con el manejo de herramientas de IA, concretamente con el uso de ChatGPT. A través de un proyecto de ley, el órgano legislativo pretende encontrar un equilibrio entre la innovación de los instrumentos con la protección de los derechos de los ciudadanos.
Esta medida no es nueva, debido a que se lleva discutiendo desde hace dos años y todo parece indicar que la regulación está más cerca que nunca. La idea central de la propuesta de la Comisión es tener una lista de actividades catalogadas como de alto riesgo bajo el uso de la IA. Estas acciones abarcarían principalmente la manipulación de la herramienta en asuntos sensibles, como lo son educación, orden público o gestión migratoria.
Adicionalmente, el articulado propone control y vigilancia de alta rigurosidad para tener en el radar la manera por la cual la inteligencia artificial se está implementando. Por ejemplo, está contemplado que cada país miembro de la UE cuente con facultades para supervisar y garantizar el cumplimiento de la norma.
El principal obstáculo ha sido entre los parlamentarios, debido a que hay diversas opiniones sobre lo que van a calificar como acciones de riesgo; es decir, hay que acordar por unanimidad los criterios para definir que usos son negativos que ameriten ser restringidos.
Para el caso puntual de ChatGPT y otras inteligencias generativas, los parlamentarios también están buscando la manera más eficaz de enumerar las acciones de alto riesgo, especialmente en el manejo que efectúen las empresas con respecto al contenido ilegal y obras protegidas con derechos de autor.
La propuesta planteada por la Comisión estable que los usuarios sean notificados al momento de estar interactuando con una IA sobre las imágenes que están empleando, tomando en cuenta los derechos de autores y otras normativas previas. Hay que destacar que las prohibiciones que se aprueben solo se podrán aplicar en aquellos casos que vayan en contra de los valores fundamentales que cobijan a las naciones de Europa.
Los legisladores también buscan añadir prohibiciones para que la IA no pueda reconocer emociones y para eliminar excepciones que permitan la identificación biométrica remota de personas en lugares públicos por parte de las fuerzas del orden.
Por ahora, el Parlamento votó a favor de regularla, con la invitación de construir un articulado con las condiciones de prohibición, el cual se espera que sea presentado en junio. La votación fue calificada como histórica, en especial por el apoyo de 84 legisladores y por ser un gran paso para darle normatividad a la inteligencia artificial.