Los ministros europeos de Relaciones Exteriores abrirán este martes en Praga una difícil discusión sobre el pedido lanzado por Ucrania para que la Unión Europea prohíba el ingreso de turistas rusos, una iniciativa que genera agrias divisiones.
Los países bálticos, Polonia y Finlandia defienden una posición común del bloque europeo sobre la propuesta, que será el punto central de la agenda en la reunión. La medida no tiene precedentes en la Unión Europea, aunque un puñado de países vecinos de Rusia ya ha tomado iniciativas unilaterales para limitar los visados a ciudadanos rusos.
Como parte de sus sanciones por la guerra en Ucrania, la Unión Europea ya decidió vetar visas a determinados ciudadanos vinculados al Gobierno ruso, pero la emisión de visas de turista no ha sido suspendida.
Llamado de Ucrania
La idea fue lanzada por el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien pidió que los países occidentales cierren sus fronteras a todos los ciudadanos rusos, incluidos los turistas, afirmando que deberían “vivir en su propio mundo hasta que cambien su filosofía”.
Por su parte, el canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, recordó que los rusos “apoyan abrumadoramente la guerra, aplauden los ataques con misiles en ciudades ucranianas y (el) asesinato de ucranianos. Dejemos que los turistas rusos disfruten de Rusia entonces”.
De su lado, el Gobierno ruso reaccionó con indignación, y calificó la idea como “irracional”, además de prometer represalias.
Finlandia sale al frente
Finlandia, país que tiene la frontera más larga de Europa con Rusia, reducirá a partir del jueves el número de solicitudes de visa de turista a ciudadanos rusos a solamente el 10 % de los mil pedidos habituales diarios. La ley finlandesa no permite una prohibición total de la concesión de visados con base en la nacionalidad del solicitante.
Sin embargo, la medida decidida en Finlandia tendrá un impacto: como las sanciones de la Unión Europea cerraron el espacio aéreo a los vuelos desde Rusia, muchos ciudadanos de ese país utilizan vías terrestres a través de Finlandia para llegar a otros países europeos.
En tanto, Letonia, Lituania y Polonia ya dejaron de emitir nuevos visados de turista a ciudadanos rusos cuando las fuerzas del Kremlin invadieron Ucrania, el pasado 24 de febrero.
Ingreso al espacio Schengen
Los turistas rusos utilizan los visados para el espacio Schengen, normalmente válidos en 26 países de la Unión Europea y asociados como Suiza y Noruega. Esas visas generalmente permiten estadías de hasta 90 días en un período renovable de 180 días.
Esos 26 países recibieron alrededor de tres millones de solicitudes de visado para el espacio Schengen el año pasado.
Las sanciones de la Unión Europea requieren la unanimidad de los 27 estados miembros, pero Hungría, país que mantiene lazos amistosos con Rusia, podría vetar una prohibición de visado en todo el bloque. Además, varios países de la Unión Europea -como Francia, Alemania y Portugal- insisten en que se debe seguir permitiendo la entrada a periodistas rusos y otros civiles que temen ser perseguidos.
Y el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell -quien presidirá la reunión de ministros en Praga-, dijo que prohibir que todos los rusos ingresen a Europa “no es una buena idea”. Lituania, a su vez, ha sugerido que si no se acuerda una prohibición en toda la Unión Europea, podría buscar una “solución regional”, posiblemente incluyendo a Letonia, Estonia, Finlandia y Polonia, para vetar turistas rusos.
“Error de análisis”
Marie Dumoulin, experta del grupo de expertos del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, apuntó que el llamado a prohibir la entrada de rusos en Europa constituye “un peligroso error de análisis’.
“Menos del 30 % de los rusos tiene pasaporte, y sus principales destinos de viaje son Turquía, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos”, dijo.
De acuerdo con Dumoulin, una prohibición a esas visas “tendrá exactamente el efecto contrario al buscado: al estigmatizar a todos los rusos, estamos alimentando la propaganda del Kremlin que durante años, y en particular desde la ofensiva en Ucrania, ha denunciado la supuesta rusofobia de los occidentales”.
En tanto, Cyrille Bret, del Instituto Jacques Delors, apuntó que “la Unión Europea se contradeciría a sí misma. Esta medida es contraria a la libertad de circulación y a la política de sanciones que ha seguido hasta ahora al afirmar que no es contra el pueblo ruso, sino contra el régimen”.
*Con información de la AFP.