SEMANA: Vicepresidenta, en menos de un mes termina su mandato junto al presidente Lenín Moreno, ¿cómo ha sido todo ese proceso de transición con el presidente electo Guillermo Lasso y su vicepresidente Alfredo Borrero?

MARÍA ALEJANDRA MUÑOZ: Hemos iniciado desde hace más de dos meses el trabajo interno de transición con una metodología de Naciones Unidas. El presidente Moreno nombró un comité de transición y se avanzó en los aspectos más relevantes de lo que está dejando el Gobierno nacional. Es una muestra de transparencia, por un lado, pero también de ejecutividad y de entendimiento de la urgencia que tenemos en el país frente a una crisis ‘sanitaria’ que en realidad es humanitaria, como lo es la pandemia y las crisis económicas que estamos viviendo. La urgencia es que no nos detengamos en los proyectos principales que está dejando el Gobierno en marcha. Es un ejercicio sano, saludable y sobre todo una muestra de transparencia democrática para el país.

SEMANA: Seguramente el enorme reto ha sido la pandemia, ¿cómo ha sido su gestión en medio de esta dificultad?

M.A.M.: En una pandemia todos perdemos. Yo en eso soy muy empática y muy clara, hemos perdido mucho. Es importante comprender que una pandemia no es una crisis, que normalmente tiene una temporalidad específica: un pico y luego empieza su bajada normal. Esta pandemia tiene una característica, y es que no solamente es una crisis sanitaria prolongada, sino que adicionalmente es una crisis humanitaria con daños irreversibles. Lo que nos resta a los gobiernos es desacelerarlos hasta que se controlen.

SEMANA: Para desacelerarlos es importante la vacunación... ¿cómo avanza Ecuador?

M.A.M.: Corresponde como sociedad y gobiernos comprender que el covid-19 es una pandemia que no solamente tiene la arista propia de la vacunación, y ustedes también lo viven, no es la única solución, es una de las piezas que nos lleva a una solución integral. Lo primero que tenemos que atender son los sistemas de salud colapsados, lo segundo es implementar los planes de vacunación con una arista muy relevante, el modelo de gestión de cómo lo hacemos más rápido casi que queda en segundo plano al lado de la provisión de vacunas internacional. La problemática de provisión de vacunas lleva a que el primer semestre de este año sea lo más difícil, no solamente en términos de negociaciones, sino de provisión de esas vacunas, porque es cuando las grandes potencias se están vacunando.

SEMANA: Es decir que le queda un gran reto al próximo gobierno...

M.A.M.: Ya dejamos contratado al siguiente gobierno más de 20 millones de dosis de vacunas para 17 millones de ecuatorianos, restando niños y adolescentes. Esperamos que, a partir del segundo semestre, esas vacunas puedan llegar. Adicionalmente esperamos dejar vacunados al menos a 2 millones de ecuatorianos que pertenecen a los grupos más sensibles y vulnerables, a los adultos mayores, a todo el personal sanitario, docentes y atención en seguridad y socorristas principalmente. Al siguiente gobierno le corresponden el resto de ecuatorianos que son 8 millones más. La iniciativa Covax sigue siendo muy lenta a la hora de entregar vacunas a países como Ecuador. El plan de vacunación se ejecuta pero no podemos dejar de cuidarnos, por eso es importante la cultura, mientras la vacuna no esté completa no estamos a salvo.

SEMANA: Hablemos de su gestión más allá de la atención de la pandemia. Hay una iniciativa que sacó adelante sobre la lucha contra la desnutrición infantil, cuéntenos de qué se trata...

M.A.M.: Ser vicepresidente en los 10 últimos meses de Gobierno ha sido una de las tareas más desafiantes. Ecuador es el segundo país en Latinoamérica y el Caribe con más altos índices en términos de desnutrición crónica infantil, 1 de cada 4 niños sufre de desnutrición en Ecuador, eso significa que tenemos 25% menos de su fuerza para desarrollarse. No es un problema social, sino de desarrollo y no es posible, porque es una vergüenza, no poder salir de unos índices tan altos. “Invertir en la primera infancia es la vía más rápida para alcanzar el desarrollo”, lo dijo el Nobel (James) Heckman. La primera discusión es cómo cierro la brecha y ahí empezamos con un trabajo muy importante.

María Alejandra Muñoz, vicepresidenta de Ecuador. | Foto: VICEPRESIDENCIA DE ECUADOR

SEMANA: ¿Y qué logros obtuvieron dentro del programa?

M.A.M.: 10 meses pueden ser muy pocos cuando de cerrar brechas sociales se trata. El rol de la vicepresidencia es hacer que las cosas pasen, generar política pública a través de bases científicas, no de lo que pensamos que es bueno. Empezamos una cruzada en el mes de diciembre cuando se aprobó el decreto que establece la estrategia ‘Ecuador crece sin desnutrición’ que trae cuatro novedades.

Lo primero es desmitificar. La lucha contra la desnutrición crónica no solamente tiene que ver con alimentación, tiene que ver con acceso a salud, agua potable, consejería, higiene, comportamiento y cultura, aprendizaje y educación. Lo segundo es un presupuesto por resultados, poder saber cuánto inviertes en las distintas líneas que cubren ese paquete priorizado, aunque sean distintas instituciones que lo ejecuten, a mejor resultado, mejor presupuesto. Tercero, seguimiento niño por niño y a sus madres. Por último algo fundamental, no se puede saber cómo se avanza si no se miden las cosas, Ecuador tenía una historia de medición bajo distintas instituciones y metodologías, se unificó la metodología y por primera vez el país tiene la encuesta ENDI, exclusiva por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos que se hará una vez por año.

SEMANA: ¿Qué tendrá que hacer el próximo gobierno en ese sentido?

M.A.M.: Dejamos un avanzado proceso y esperamos que en el proceso de transición existan 3 elementos fundamentales: lo primero un liderazgo de más alto nivel, solo puede estar en manos del presidente y el vicepresidente; lo segundo es el modelo de gestión de seguimiento; y Ecuador va a entrar a la iniciativa SUN de Naciones Unidas, estamos entregando a la cooperación internacional y a toda la sociedad civil el seguimiento de cómo las políticas públicas van acortando la brecha de la desnutrición crónica infantil para llegar al 2030 con un Ecuador libre de desnutrición crónica infantil.

SEMANA: ¿Cómo son las relaciones de comercio exterior con Colombia?

M.A.M.: Nuestra relación con Colombia se ve buena porque es muy buena. El trabajo que tenemos en conjunto desde la perspectiva de comercio exterior es una comunicación profundamente fluida. Se ha visto un crecimiento de los últimos 3 años de relación entre ambos países y ha existido un avance sobre todo para homologar las mejores prácticas hacia el acuerdo de facilitación de comercio. Veo una integración a través de la CAN mucho más sólida, avanzando con muchas más ejecutividad, ese importante liderazgo de Colombia hoy en día en términos de la comunidad andina genera una visión de fortaleza regional que nos va a permitir hacer frente a todos los objetivos de desarrollo que vamos a tener hacia el futuro frente a la pandemia. Tenemos una fluida relación de las policías de ambos países tanto en la lucha contra el narcotráfico como en la de lavado de activos, como contrabando, con Colombia nuestro proceso de fortalecimiento en los últimos 3 años ha sido muy alto. La Policía Nacional de Colombia es un gran aliado en términos de control.

SEMANA: En el caso ecuatoriano usted no es la primera mujer en ocupar el cargo, pero en Colombia sí tenemos ese contexto con la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, ¿qué mensaje envía a las mujeres que quieren llegar a ser líderes en la región?

M.A.M.: Lo primero es decirle gracias a Marta Lucía porque ha sido una vicepresidenta generosa, abierta, que ha estado muy pendiente del Ecuador, siempre dispuesta a mi llamada cuando lo hemos necesitado y siempre dispuesta a dar una mano cuando lo hemos necesitado. El gran reto que tiene la sociedad ecuatoriana es no solamente permitir los espacios de las mujeres, sino que la mejor forma de transformar y de invitar a las otras mujeres es estando, es atreviéndose, la mujer va a estar cuando quiera estar. Hay techos de cristal que tenemos que seguir luchando no solamente desde las políticas públicas sino desde la decisión auténtica de estar en aquellos lugares que generan y que dirigen. Mi invitación es a transformar desde adentro, para poder inspirar, mi único consejo es que no debemos ser súper personas que asumimos todo, la gran lucha por la equidad e igualdad no es ir sumándonos tareas, es saber ser equitativos. Ningún cargo público o privado por más alto que sea te tiene que transformar, es mantener la esencia, lo que eres, lo que piensas y siempre caminar por el estricto sendero de la ley.

SEMANA: ¿Qué sigue en su vida profesional y qué espera para el futuro de Ecuador?

M.A.M.: Espero para el país lo mejor y que la desnutrición crónica infantil sea una lucha de todos y que el nuevo gobierno lo lidere con la más alta rigurosidad y con el más alto liderazgo. Espero para la niñez de este país un cambio absoluto en términos de que así como el covid nos volvió la mirada hacia nuestros más viejos, que el sufrimiento social nos permita mirar hacia los que menos voz tienen que son los niños. Deseo paz, democracia y éxitos al siguiente Gobierno porque será el éxito de los ecuatorianos.

Para mí y para mi familia vamos a tener un día en el que nos vamos a dedicar solamente a estar hablando de las cosas cotidianas, ansío que el 25 de mayo sea un día de cosas cotidianas en la vida de la familia. Tengo 4 hijos, uno en el cielo, 3 en la tierra, un esposo desde hace 20 años, llevamos una relación muy larga, 6 perros, y esperamos un día de mucha calma. Tengo muchos planes, todavía nada muy concreto, pero tengo una claridad: hay luchas irrefutables y hay luchas que cuando uno las toma ya no las puede dejar.