Este jueves 4 de agosto, en medio de la crisis sanitaria que se vive el mundo por cuenta del aumento exponencial de la llamada viruela del mono, las autoridades sanitarias de Estados Unidos han declarado esta enfermedad como una emergencia de salud pública en todo el territorio de su país.
Esta decisión se conoce apenas horas después de que varios de los estados de ese país decidieran, de forma autónoma, decretar dicha emergencia en cada uno de sus territorios ante el aumento de los casos detectados de la enfermedad que, según el más reciente reporte de la OMS, ya está presente en cerca de 87 países del mundo, siendo Guatemala, en Centroamérica, el que más recientemente se adhirió a la lista.
La decisión de la administración Biden fue comunicada a través de la Secretaria de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, en cabeza del funcionario Xavier Becerra, y se consolida en una medida que permitirá a las autoridades sanitarias de ese país la posibilidad de destinar y movilizar mayores recursos para el combate de la enfermedad que tiene a Estados Unidos como uno de los principales focos de la actual ola epidemiológica.
Esta declaratoria de emergencia sanitaria en todo el territorio de Estados Unidos se da en momentos en los que los mismos reportes han evidenciado el rápido y exponencial crecimiento de la enfermedad al interior de ese país, donde la cifra de contagiados se aproxima a los 6.000 casos desde la detección del primer episodio el pasado mes de mayo en Boston, en una ola que inicialmente comenzó en Europa, con Portugal y Reino Unido como principales afectados; no obstante, tras la llegada a Norteamérica, el virus, caracterizado por la aparición de dolorosas erupciones cutáneas, se ha difundido masivamente en territorios como Canadá y EE. UU.
Precisamente, en la coyuntura actual, Estados Unidos es considerado como el territorio más afectado por la enfermedad, que ha tenido en las poblaciones masculinas; especialmente en las que tienen relaciones con individuos de su mismo género, su foco más amplio.
Al interior del territorio estadounidense, según los reportes, los principales focos de la enfermedad se concentran en California, Florida, Georgia, Illinois, Nueva York, Texas y Washington D.C.
Según precisan medios de ese país, en los esfuerzos que, hasta el momento, había emprendido Estados Unidos para contener la enfermedad, se ha llegado a adoptar la vacunación como estrategia, a través de la distribución y aplicación de cerca de 600.000 dosis, que se han destinado esencialmente a la población considerada en mayor riesgo.
La expansión del virus en Estados Unidos
Sobre las particularidades de esta ola del virus, detectado originalmente en los años 70 en África, autoridades sanitarias de Estados Unidos han reportado que la enfermedad está presente en al menos 48 de los 50 estados que componen la unión americana, incluido el Estado libre asociado de Puerto Rico, y el Distrito Capital, Washington.
Pese a que las autoridades sanitarias han extremado los esfuerzos para la identificación de los casos de viruela del mono en Estados Unidos, algunos medios locales han referido que el registro oficial de la enfermedad entregado en los reportes oficiales, podría estar viciado por un subregistro, en tanto estos exámenes solamente son practicados al evidenciar un estado avanzado de la enfermedad, por lo que pacientes en ‘estados tempranos’ del virus, podrían estar aún fuera de la estadística y de las acciones preventivas.
Si bien en países como India, Brasil, España, entre otros (en su mayoría en África), donde se presenta la enfermedad, ya se han registrado decesos asociados a casos de contagio, hasta el momento, en Estados Unidos, no se tiene conocimiento de un hecho similar.
Sobre la decisión adoptada por las autoridades federales este jueves, esta se presenta luego de que, desde diversos sectores de la sociedad, incluidos algunos al interior del Congreso, se elevaran sendas críticas en contra del gobierno Biden, por lo que han calificado como una respuesta demorada, en tanto, desde las autoridades nacionales, se había sugerido que la estrategia requería, de momento, una mayor acción individual por parte de los estados, llamando a su vez a que el Congreso aprobara una mayor destinación presupuestal para hacer frente a la ola epidemiológica.
Mientras tanto, de forma autónoma, tres de los estados más afectados por la actual ola de la viruela del mono;, Nueva York, Illinois y California habían optado, desde sus autoridades, por la declaración estatal de la emergencia.
Frente a esta enfermedad, y pese a que la mayoría de la información que circula ha asociado su difusión a prácticas sexuales, la OMS ha precisado que esta no se trata de una ETS, o enfermedad de transmisión sexual, apuntando a que el virus también presenta dinámicas de difusión a través del contacto directo con las personas infectadas, lo que sugiere escenarios de propagación a través de abrazos, besos, así como con el contacto con prendas, toallas y sábanas contaminadas.
Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, que decretó la emergencia global a finales del pasado mes de julio, si bien existe un amplio abanico de países que actualmente presentan casos positivos de contagio, Estados Unidos contiene a uno de cada cuatro contagiados en el mundo.