El huracán Ian tocó tierra este viernes en Carolina del Sur, Estados Unidos, con vientos sostenidos de hasta 146 kilómetros por hora, según informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC). El ciclón tomó su curso cerca de Georgetown.
El presidente estadounidense, Joe Biden, había instado a los residentes de Carolina del Sur para que acataran las recomendaciones de las autoridades. El NHC había emitido una alerta de huracán para toda la costa en Carolina del Sur, así como algunas zonas de Georgia y Carolina del Norte.
Caos y destrucción en Florida
Su paso por Florida generó devastación y cobró la vida de al menos 21 personas, mientras las autoridades no descartan que la cifra pueda aumentar en las próximas horas. La agencia meteorológica estadounidense pronosticó hasta dos metros de marejadas ciclónicas en horas de la tarde (este viernes).
El gobernador del estado, Ron DeSantis, calificó el área costera de Fort Myers como “zona cero”, pero destacó que también hay “efectos tierra adentro”. DeSantis aseguró que “los equipos de búsqueda y rescate están trabajando las 24 horas patrullando las áreas afectadas por el huracán”.
Más temprano, el mandatario local también dijo que muchas personas lograron salir a tiempo de sus hogares, pero que al menos 20.000 habían decidido quedarse. Funcionarios de Florida confirmaron la muerte de 12 personas, la mayoría en el condado de Charlotte. No obstante, se advirtió que ahora era “muy pronto” para hacer un balance de víctimas y que se esperaba mayor información en los siguientes días.
El comisionado de ese condado, Chris Constance, indicó que el área solamente tiene un hospital activo que ya no puede recibir a nadie más en la unidad de urgencias, porque su capacidad ya excedió los límites.
“Solo tenemos un hospital en funcionamiento. Es código negro, lo que significa que ni siquiera aceptan a nadie en la sala de emergencias porque simplemente no tienen capacidad”, dijo Constance, y agregó que “se está coordinando, tenemos activos, tenemos alimentos, tenemos agua, pero solo se trata de establecer las ubicaciones”.
La cadena CNN recogió los datos de la firma analítica CoreLogic, la cual estima que Ian pudo haber provocado pérdidas “aseguradas” de hasta 47.000 millones de dólares, unas de las más costosas en ese Estado.
Un intento por reanudar sus vidas
Ahora, los residentes de Florida intentan reanudar sus vidas, muchos aseguran “sentirse ya cansados”. Otros recuerdan los momentos de terror que vivieron hace algunas horas.
Un residente, de 54 años, dijo a la AFP que tenía miedo porque “nunca había pasado por eso”. Como a otros, para él “eran ruidos aterradores, con escombros volando por todas partes, puertas por el aire”.
Por fortuna, su vivienda no resultó afectada; sin embargo, algunos vecinos no corrieron con la misma suerte. Una mujer tuvo que pedir asistencia, luego de que la primera planta de su vivienda empezara a inundarse. “Agarraron a mis perros y luego salté por la ventana y nadé”, cuenta Janelle Thil, una de las damnificadas.
Los efectos de Ian en Cuba
En Cuba, varias personas salieron a las calles este jueves (29 de septiembre) para protestar por el tercer día de “apagones”, tras el paso del huracán Ian. Con ollas y sartenes, residentes de algunos barrios en la capital piden al Gobierno acciones que reduzcan las continuas fallas eléctricas.
“Esto no está funcionando, basta de esto. Toda mi comida está podrida. ¿Por qué? Porque no tenemos luz y esto no durará más. Esto no funciona, hermano”, recalca el residente de La Habana, Jorge Luis Cruz.
Otro capitalino dice que han pasado “72 horas sin luz, no hay nada. Estamos arruinados, estamos arruinados, toda nuestra comida se está echando a perder”.
La tormenta provocó el colapso de la red eléctrica cubana, dejando sin luz a unas 11 millones de personas, además de convertir en ruinas campos agrícolas y viviendas.