Los cinco pasajeros a bordo del sumergible perdido el domingo cuando se dirigían en un viaje turístico a los restos del Titanic en el Atlántico Norte perdieron la vida después de que los restos encontrados mostraran una “implosión” de la nave, según la empresa propietaria del batiscafo.

“La implosión habría generado un sonido de banda ancha significativo que las boyas del sonar habrían captado”, explicó el contralmirante John Mauger de la Guardia Costera de EE. UU. en una conferencia de prensa este jueves. Eso habría significado una muerte instantánea para los tripulantes que habían pagado 250.000 dólares por estar dentro del sumergible.

“Los restos son consistentes con una catastrófica pérdida de la presión de la cámara” del Titan, cuya comunicación se perdió el domingo dos horas después de haber iniciado la inmersión con cinco personas a bordo, anunció el servicio de guardacostas estadounidense, coordinadores de esta compleja operación de búsqueda en la que participan barcos, aviones y robots.

El logo de OceanGate Expeditions se ve en un barco cerca de las oficinas de la compañía en un almacén industrial marino en Everett, Washington, el martes 20 de junio de 2023. (AP Foto/Ed Komenda) | Foto: Copyright 2023 The Associated Press. All rights reserved.

Previamente, la Guardia Costera de Estados Unidos indicó que un vehículo operado por control remoto (ROV, por sus siglas en inglés) encontró restos cerca de la zona de búsqueda. Lo anterior, horas después de que la nave agotara la totalidad del suministro de oxígeno.

“Un ROV ha descubierto un campo de escombros dentro del área de búsqueda cerca del Titanic. Los expertos del comando unificado están evaluando la información”, detalló previamente la autoridad estadounidense en su cuenta oficial de Twitter.

Se confirma la muerte de los 5 tripulantes del submarino Titán. | Foto: AFP

¿Quiénes eran los cinco tripulantes?

A bordo del sumergible iba Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation; el paquistaní Shahzada Dawood, y su hijo Suleman; el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet, y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, la empresa que coordinó esta exploración a lo más recóndito del mar.

El barco nodriza Polar Prince perdió comunicación con el vehículo marítimo menos de dos horas después de haber descendido en un trayecto cuya estimación rodeaba las ocho horas. El objetivo no era otro más que observar con mayor detalle lo que quedó del icónico Titanic a casi 4.000 metros de profundidad.

Una decena de naves de varios países, entre ellos Canadá, Estados Unidos y Francia, así como de empresas privadas y vehículos de control remoto (ROV, por sus siglas en inglés) formaron parte del dispositivo internacional de búsqueda.

Otro robot de la empresa de cartografía en aguas profundas, Magellan, esperaba llegar desde Gran Bretaña en la tarde de este jueves para sumarse al peinado de los fondos marinos.

En los últimos días, salió a la luz un informe sobre las posibles deficiencias de seguridad de la nave. El exdirector de operaciones marinas de OceanGate Expeditions, la empresa fabricante, David Lochridge, despedido por haber cuestionado la seguridad del Titan, mencionó en una demanda judicial el “diseño experimental y no probado” del sumergible.

Según Lochridge, un ojo de buey de la parte delantera del aparato fue concebido para resistir la presión a 1.300 metros de profundidad y no a 4.000 metros.

Viaje “aterrador”

Tom Zaller, director ejecutivo de la compañía que organiza la exposición del Titanic, contó su experiencia hace 23 años en una inmersión similar a la del domingo para visitar los restos del naufragio más famoso de la historia.

“A medida que bajas más y más, se vuelve más oscuro”, y más “frío”. Tras ver el video que grabó de sí mismo en las profundidades marinas, vio que “estaba completamente aterrorizado”.

“Estuve en ese sumergible por doce horas con todo marchando de acuerdo al plan”, comentó, pero “no me puedo ni imaginar” lo que es estar varios días encerrado en un habitáculo donde no hay espacio para moverse, ni para ir al baño.

El perdurable encanto del Titanic

Desde que se hundió en su viaje inaugural hace más de un siglo, el Titanic y su historia han generado una gran fascinación. En la época, el barco fue un monumento a los avances tecnológicos y a la arrogancia de los hombres que creían haber construido un buque imposible de hundir.

En las décadas siguientes, su naufragio, uno de los peores accidentes marítimos de la historia, inspiró libros, películas y sedujo a incontables aventureros ávidos por ver lo que ocurrió cuando el lujoso barco impactó contra un iceberg. El RMS Titanic llevaba más de 2.000 pasajeros y su tripulación cuando partió desde la ciudad inglesa de Southampton hacia Nueva York en abril de 1912.

En la época, era el mayor barco del mundo, un palacio de lujo flotante, donde los pasajeros de primera clase tenían a su disposición un gimnasio, cancha de squash, una piscina y varios restaurantes. También podían descansar en sus suntuosas habitaciones con cientos de personas disponibles para atender cada uno de sus caprichos.

Los restos del Titanic fueron encontrados en 1985. | Foto: Reuters/Foto de archivo

Bajo cubierta, cientos de pobres inmigrantes estaban apretujados en austeros camarotes, desesperados en busca de la promesa del Nuevo Mundo. Pero el 14 de abril el Titanic chocó contra un iceberg que abolló y dobló el casco, y permitió la entrada de agua.

A medida que los compartimentos se inundaban, el barco de 269 metros de eslora comenzó a hundirse. No había suficientes salvavidas para el número de pasajeros, y la tripulación no sabía cómo utilizarlos. En su mayoría, mujeres y niños llenaron los botes salvavidas, bajo la instrucción de que los hombres debían esperar. Algunos partieron a media capacidad.

Horas después de empezar a inclinarse a medida que la proa se hundía, el enorme barco se partió en dos y se sumergió en las profundidades. Las personas que no alcanzaron a entrar en los pocos botes salvavidas fallecieron en minutos en el helado mar.

Unas 1.500 personas murieron en la tragedia. Apenas 700 fueron rescatadas por el RMS Carpathia, un trasantlático a vapor que respondió a las llamadas de emergencia del Titanic.

El naufragio del Titanic

La ubicación exacta del naufragio fue un misterio durante 70 años, hasta que una expedición franco-estadounidense la descubrió a unos 3.700 metros de profundidad. Imágenes del lecho marino muestran las dos mitades del barco rodeadas por restos: muebles, zapatos, platos y otros objetos que cayeron de la nave mientras se hundía.

Desde que fue descubierto en 1985, el naufragio ha sido visitado por investigadores, exploradores, turistas y cineastas. Uno de sus más famosos visitantes fue el director James Cameron, a cargo de la taquillera ‘Titanic’, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, quienes interpretaban a dos pasajeros de diferentes clases sociales que viven una intensa historia de amor a bordo.

La película también es conocida por el éxito de la cantante Celine Dion My Heart Will Go On, así como por la escena en la cual Jack, el personaje de DiCaprio, rescata a Rose (Winslet) al empujarla sobre una puerta que flotaba en el mar, sacrificándose en el proceso.

La popularidad de la producción es tal que pasado un cuarto de siglo de su estreno persiste el debate de si la puerta era lo suficientemente grande para albergar a Jack y a Rose.

La discusión es uno de los ejemplos de como la historia del Titanic “nunca parece tener fin”, dijo Cameron en una rueda de prensa este año para marcar el relanzamiento por el 25.º aniversario. “El Titanic tiene esa especie de cualidad de novela perdurable, casi mítica. Y tiene que ver, creo, con el amor y el sacrificio y la mortalidad”.

“Los hombres que se apartaron de los botes salvavidas para que las mujeres y los niños pudieran sobrevivir”, dijo.

El viaje a ver los restos del Titanic

Aunque para muchos el Titanic es una curiosidad histórica, tan distante de nuestra actualidad como el Partenón o Pompeya, para los familiares de quienes fallecieron a bordo del barco hay algo desagradable en que turistas adinerados gasten un cuarto de millón de dólares para visitar el naufragio.

“Honestamente, creo que es de mal gusto”, dijo John Locascio, de 69 años, sobrino de dos hombres que fallecieron en la tragedia, según The Daily Beast. “Me gustaría que pararan con esto, para ser honesto. No tiene sentido, se trata de ir a ver una tumba”. “Tuvieron una muerte horrible. Dejen los cuerpos descansando. Ellos no quieren gente yendo a verlos, apenas déjenlos en paz”.

Las subastas de recuerdos y artefactos del Titanic siguen siendo populares. La semana próxima, por ejemplo, un abrigo rosado bordado que Winslet usó en la filmación de la película de 1997 y una carta escrita por un pasajero uruguayo que murió en la tragedia serán subastadas por separado.

*Con información de la AFP.