El diario The New York Times publicó este miércoles una fuerte columna de Héctor Abad Faciolince en contra de Álvaro Uribe. En ella, el escritor antioqueño asegura que Uribe no ha querido asumir su rol de "mueble viejo" en calidad de expresidente y le pide que "deje de meterse en el camino de todo el mundo". Tras explicar que durante muchos años en Colombia estuvo prohibida la reelección y que Uribe cambió la Constitución para estar cuatro años más en el poder e incluso intentó quedarse por otro periodo, Héctor Abad critica el hecho de que en su condición de expresidente, Uribe no haya querido retirarse a su hacienda, montar a caballo y crear una fundación para defender su legado político. En cambio -dice Héctor Abad-, Uribe prefirió quedarse en Bogotá y "dispararle" a Juan Manuel Santos a través su cuenta de twitter, de la que, según dijo, es "adicto". "Uribe nunca ha escrito mucho; él no es del tipo de personas que disfrutan desarrollando un argumento a través de las páginas de un ensayo. Sin embargo, él es adicto a twitter y le encantan las frases cortas: eslóganes, más que pensamientos. Él pasa su tiempo, día y noche, disparándole al (él mismo usa el verbo disparar) presidente Juan Manuel Santos y sus llamados actos de 'traición'. Santos les vendió su alma a los terroristas y a Hugo Chávez, dicen sus tweets, y está llevando al país hacia el caos". Héctor Abad agrega que "somos muchos en Colombia los que quisiéramos ver a nuestro vigoroso expresidente dando conferencias de autosuperación en el exterior o haciendo consultorías para alguna corporación extranjera. Infortunadamente, él prefiere ser una molestia en Colombia, twitteando y sembrando problemas y alegrándose cada ver que las FARC tratan de asesinar a una figura política o ponen una bomba. Cada derrota militar de Santos es un triunfo para Uribe: para él, el país va rumbo al abismo desde cuando no está en sus manos". Finalmente, el escritor antioqueño señala que "esta es la razón por la que muchos colombianos sueñan con algo parecido al ostracismo y desean que este mueble viejo llamado Álvaro Uribe deje de molestar y de meterse en el camino a todo el mundo en medio de la sala de estar".